Sanz y la Gaviota de Oro, el máximo trofeo de este 2011, que el español se lleva a casa.
Tomás FernándezVIÑA DEL MAR.- "Yo estaba histérico también", dice Alejandro Sanz comentando la reacción de sus fanáticas durante su presentación. El español volvió a hacer su negocio en Viña, y en conferencia de prensa posterior al show mostró su satisfacción por la respuesta de Viña.
"Esta edición ha sido maravillosa", afirma el español sentado frente a sus gaviotas y antorchas, las que se asegura que se lleva gracias a la dedicatoria que hace a sus hijos, antes de cada concierto.
"Ustedes han visto cómo es el público, cómo ha reaccionado, es un público exigente, pero al mismo timepo muy agradecido cuando uno se entrega", agrega.
Sobre el futuro, Sanz contó que "todavía no proyecto un nuevo disco, pero sí es hora de despedir éste (Paraíso express), que me ha traído cosas buenas. También de compañía disquera", dice aludiendo a su cambio de Warner a Universal, con quienes espera que "ojalá tengamos un disco pronto y sea tan exitoso como éste".
En la rueda de prensa, Sanz sólo respondió unas pocas preguntas, pero recién bajado del escenario habló con los encargados de la transmisión en bambalinas de CHV. En esa instancia aseguró que "nos debíamos" la presentación, y que "la sensación no se puede explicar".
Más relajado, y recordando una vez más su debut en Viña en 2004, bromeó luego con que "esta vez no falló nada".