EMOLTV

Ciudadana del mundo

Con lecturas más agitadas o más pausadas, la colombiana hoy explora cuanto puede en las posibilidades de su propio repertorio, al que dota de nueva actitud y vestiduras, sin llegar a desfigurarlo.

11 de Marzo de 2011 | 08:52 |
imagen

Shakira regresó al Estadio Nacional a cinco años de repletarlo por primera vez, y ya graduada como estrella global.

Harold Castillo, El Mercurio

Se llamaba "Pop Festival" y el cartel lucía otros cuatro nombres además del de Shakira. Sin embargo, la jornada que en la noche del jueves 10 de marzo culminó en el Estadio Nacional era absolutamente por y para la colombiana, quien regresó al recinto ñuñoíno a cinco años de repletarlo por primera vez, y ya graduada como estrella global.

De ello dio cuenta el inferior efecto cualitativo y cuantitativo de sus predecesores en el programa, pero también un repertorio que ya puede componerse de forma casi íntegra por éxitos planetarios. Desde el filo rock de "Te dejo Madrid" y "Si te vas", hasta el marcado acento dance de "Años luz" y "Las de la intuición", pasando por el mestizaje popular de "La tortura" y "Hips don't lie".

Todos temas que marcaron algunos de los momentos más intensos del show, gracias al colorido trabajo de un grupo de ocho hábiles y diversos músicos, quienes también se encargaron de dotar de intimidad acústica a "Gitana" (afortunadamente lejos del cliché de la precariedad) y revestir de psicodélico misticismo a "Ojos así" (en la línea de piezas como "If only tonight we could sleep", de The Cure).

Aquellas maneras más agitadas, así como éstas más pausadas, parecen reflejar lo mismo, que no es otra cosa que el afán de Shakira por explorar cuanto se pueda en las posibilidades de su propio repertorio, al que hoy dota de nueva actitud y vestiduras, sin llegar a desfigurarlo.

En el lado contrario, en tanto, aparece la bizarra versión andina de "Nothing else matters", de Metallica. Un atrevimiento inclasificable, que ya había sido anticipado en los fragmentos de "Unbelievable", de EMF, incluidos en "Suerte", pero que de todos modos no se anota como la más bajo de la noche. Ese lugar está reservado para "Underneath your clothes", una canción cuyo problema no está tanto en su insípida languidez, sino en su vergonzosa similitud con "Eternal flame", de The Bangles.

Pero lo cuestionable sigue bajo lo rescatable en la Shakira de estos días, quien no se entrega al simple paso de figura regional a estrella pop que otros han dado. Tanto a través de lo nuevo como de lo antiguo, la colombiana hoy parece recalcar que lo suyo no es sólo afán de figurar en radios: Ésa, seguramente, es la consecuencia lógica para una fórmula multicolor y propia, elaborada por alguien a quien sólo puede calificarse como ciudadana del mundo.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?