Raoul Pinno tuvo encuentros con Liz Taylor entre las décadas de 1960 y 1980.
Ricardo Vásquez, El MercurioSANTIAGO.- Tras la muerte de Elizabeth Taylor, cientos de homenajes e historias salen a la luz, pero pocos tienen como protagonista a un chileno, y es que Raoul Pinno fue de aquellos afortunados que tuvieron la oportunidad de compartir con la leyenda en más de una ocasión.
Pinno es conocido por su rol de productor teatral y por ser el marido de la actriz Liliana Ross, pero pocos saben de sus varios encuentros con Liz Taylor, tal como narra en conversación con Emol. Él recuerda a la actriz como alguien de "una gentileza increíble" y llena de belleza, la misma que hace ya más de 50 años le quitó el aliento.
A finales de la década de 1960, Pinno, quien estudiaba en la University of California (UCLA), consiguió trabajo como asistente en la joyería Robinson’s, una de las más respetadas de Beverly Hills. El local era frecuentado por el actor galés Richard Burton, el que en ese entonces disfrutaba del primero de sus dos matrimonios con Taylor.
Burton había mandado a hacer "un anillo muy especial para Liz, que tenía uno de los diamantes de una sortija de la abuela (de Taylor). Él se lo quería regalar para el cumpleaños, pero no se podía quedar en la ciudad, pues debía viajar", cuenta Pinno. Para su dicha, él fue elegido para entregar la preciada joya.
Cuando llegó ese 27 de febrero, Pinno se encontraba a las diez de la mañana afuera del bungaló de la actriz en Bel-Air, con el anillo y una nota que Burton había escrito y que debía recitar. Luego de pasar por seguridad y ya dentro de la casa, la secretaria de Taylor le avisó a la diva que alguien le quería entregar un paquete.
El productor explica que "cuando apareció ella, te juro que se me olvidó todo lo que tenía que decir. Era de una belleza increíble, esos ojos violeta, hasta el día que me muera los voy a tener en mi mente. Fue una impresión extraordinaria y lo único que atine a decir fue 'feliz cumpleaños miss Taylor'", a lo que ella respondió: "Oh, eres un hombre encantador".
Esa ocasión dejó a Pinno sin aliento, pero también dejó algo en la memoria en la actriz, lo que se notaría años más tarde.
En 1982, la bailarina Martha Graham se presentaba en el teatro de UCLA, que entonces era administrado por Pinno, y Taylor iría al espectáculo, pero ella quería ir a su asiento sólo cuando las luces se apagaran para no ser vista, por lo que tuvo que esperar el momento dentro de la oficina del productor.
Pinno le contó a Taylor que él era quien le había entregado el anillo años atrás. "'Es que no lo puedo creer, nunca se me ha olvidado ese día', me dijo y mencionó que se acordaba de lo cortado y colorado que yo estaba ese día", cuenta.
Desde entonces tendrían otros encuentros, que serían más ligados al ámbito profesional. Tras la muerte del actor Rock Hudson en 1985 debido al VIH, Taylor organizó eventos para crear un fondo para combatir el Sida, y Pinno fue una de las personas que ayudó a gestar tales certámenes.
Los encuentros a lo largo de los años solamente lograron que Pinno tuviese la mejor opinión de la actriz. "A mi ella me trae muy buenas memorias y la recuerdo con mucho cariño", dice uno de aquellos pocos afortunados que tuvieron la oportunidad de verla y escucharla, sin necesidad de ir al cine.