Patricio Guzmán junto a Katell Djian, durante el rodaje de ''Nostalgia de la luz''.
APSANTIAGO.- Han sido días agitados para el cineasta chileno Patricio Guzmán. Paseándose por Nueva York, dando entrevistas y siendo laureado por su trabajo, gracias a un ciclo de homenaje organizado por el BAM (Brooklyn Academy of Music) y el estreno de su más reciente documental, "Nostalgia de la luz".
El reconocimiento que recibe en Estados Unidos una vez más contrasta con la poca atención que genera su obra en Chile, tanto así que su última película ni siquiera ha pasado por las salas locales comerciales y ya se está dando en pantallas neoyorquinas, además de haber sido aplaudido en Cannes el año pasado.
Guzmán está consciente de esto y no lo oculta. "En mi país jamás los han proyectado en la televisión", dijo refiriéndose a sus trabajos, en una entrevista publicada por el diario español "El Mundo". "Quizás el día que se proyecten, pueda decirse que el país ha logrado reconciliarse con su pasado, asumirlo", agregó.
El documentalista nacional, autor de "La batalla de Chile", fusionó en "Nostalgia de la luz" dos de sus grandes intereses, la astronomía y la arqueología, vinculándolos nuevamente con temas de la memoria nacional y específicamente el olvido por los detenidos desaparecidos durante la dictadura.
"Atacama, finalmente, no sólo es la puerta hacia el origen del universo o el libro donde leer la historia del continente previa a la conquista española. Fue también el lugar elegido para hacer desaparecer los cadáveres de los ejecutados durante la dictadura", comenta el realizador.
"La cuestión de fondo que alienta 'Nostalgia de la luz' es cuestionar cómo es posible que seamos más capaces de enfrentarnos al pasado remoto, al más inaccesible, mientras que los muertos de hace treinta o cuarenta años no interesan a nadie", añade.
Guzmán cree que "deberían interesarle a todo el pueblo chileno" y considera que la memoria es "terapéutica", porque "evitar que repitamos los errores del pasado ayuda a conocerse".
El cineasta no sólo toca el pasado reciente del país, sino que viaja hacia lugares más remotos de la historia para continuar su crítica. "Resulta inconcebible, por ejemplo, que al 90% de los indios chilenos los matáramos nosotros en el XIX, no los españoles, como solemos decir para evitar sentirnos culpables, pero de esas matanzas, de ese genocidio, nadie habla. Eso no se toca. No existe", explica.
"En Chile sólo tenemos héroes de cartón-piedra, y sólo ahora, tras muchos años de silencio, una nueva generación de historiadores comienza a indagar", critica Guzmán, quien piensa que en la actualidad en Chile "todo está reluciente", pero con un precio enorme: "todo se ha construido sobre una desigualdad atroz, sobre el olvido sistemático de amplias capas de nuestra población".