El grupo ya se había presentado en Chile en 2007 y 2009.
El MercurioSANTIAGO.- El solo anuncio de que The Killers haría un concierto adicional al de Lollapalooza ya sonaba a buen gesto por parte de los de Las Vegas: Tras más de un año sin tocar juntos, de ninguna manera vendría mal calentar un poco las manos y gargantas, de cara a lo de este sábado en Parque O'Higgins.
Pero si hasta hoy todo se quedaba en eso, en una iniciativa de responsabilidad y gratitud con sus fans, lo cierto es que lo visto en La Cúpula ratificó que además había cierta necesidad en esto de retomar el ritmo.
En un recinto repleto con dos mil fanáticos que se dieron el lujo de ver el regreso a las pistas de Brandon Flowers y compañía, el grupo se vio algo más duro que en sus ocasiones anteriores (2007 y 2009), y canciones tan digeribles como "Human" y "Losing touch" encontraron algo más de trabas en el tránsito diáfano que el cuarteto transformó en marca registrada.
Convengamos en que no hay nada de dramático en esto, y que la posibilidad de ver el sábado a los Killers de siempre sigue casi intacta. Sin embargo, los dos mil de hoy se encontraron con detalles que hacen la diferencia, partiendo por ciertos desequilibrios a la hora de descargar esa electricidad abundante pero bien distribuida que ha dado sello a la banda, así como cierta brusquedad y vacíos en los siempre bien medidos finales y transiciones de los temas.
Pero eso —y la media hora de retraso— fueron simples granos de arena para los presentes hoy, quienes se entregaron a la efectividad incombustible de canciones como "Read my mind", "Mr. Brghtside", "Somebody told me" y el ya célebre cover de "Shadowplay" (Joy Division).
Y si a eso se suma algo de emotividad en una ocasión tan propicia como ésta, la mesa queda simplemente servida. Asi lo demostró Flowers preguntando de entrada si los extrañaban ("nosotros también", respondió luego), consignando el tiempo que llevaban sin tocar juntos y estrechando las manos a los de las primeras filas.
Así comenzó entonces la carrera de retorno a los escenarios de The Killers. Lo que hoy se vio tendrían que haber sido los siempre dificultosos e incómodos primeros metros; para la noche del sábado, en cambio, debería quedar el tramo final y el cruce por la meta.