Belong

Los neoyorquinos The Pains Of Being Pure At Heart son la banda joven más masiva que rescató el indie menos masivo. Tal como sus vecinos The Strokes lo hicieron con Lou Reed y Television, ellos lo hacen con buena parte del C-86. Un mítico cassette repartido por la revista New Musical Express en 1986 que sacaba a la luz un nuevo rock-pop subterráneo inglés. Bandas como The Bodines, The Pastels, McCarthy, Wedding Present o incluso Primal Scream, aparecían en esta compilación. ¿Sus lineamientos básicos? Arpegios, pedales baratos de guitarra, melodías sesenteras, conciencia política, mucho eco en las voces y furia punk.

Naturalmente, esto no lo sabía la prensa musical estadounidense que comparó su debut de 2009 con lo único que conocían: My Bloody Valentine y Jesus and Mary Chain. Y si bien hay puntos parecidos -partiendo por las influencias y política de sonido- The Pains (como abrevian cariñosamente sus fans) más que experimentar con el ruidismo, quería hacer buenas canciones. Ahí tienen las extraordinarias: "Young adult friction", "A teenager in love" o "This love is fucking right!"

Belong es la profundización de todo esto. Si el primero era puro C-86, este correspondería a lo que vendría inmediatamente después: Sarah Records, la primera oleada noise y dream pop, el Kiss me, Kiss me, Kiss me (1987) de The Cure. Así puede entenderse la batería redoblando sobre la masa eléctrica de "Girl of 1,000 dreams" o la lánguida construcción melódica de "Anne with an E". También en los acordes optimistas y teclados primaverales de "My terrible friend", la urgencia de "Heart in your heartbreak" o las guitarras desvaneciéndose con la voz en "Strange". Citas y referencias que provocarán sonrisas en quienes conocen de donde vienen las pistas. Pero que también son un viento de aire fresco en un contexto musical de dispersión, megaventos y baladitas insoportables como "Hey soul sister".

—JC Ramírez Figueroa