Flaming Lips hizo olvidar parte de los malos momentos ocurridos en La Cúpula del Parque O'Higgins.
Cristián Soto L., EmolSANTIAGO.- En La Cúpula los ánimos se calmaron. Tras la presentación de Devendra Banhart, se obligó al desalojo de las 2.500 personas que repletaban el teatro, para que después de un respiro y de la reagrupación de los interesados en ver al resto de los artistas de ese escenario, se permitiera el reingreso del público.
Así pudo continuar una jornada que en algún momento se tiñó de riesgo, tras el colapso de público que se vio en el exterior de La Cúpula, donde faltan las actuaciones de Cat Power, The Drums y Cold War Kids.
Pero ajeno a todo eso ha permanecido el público de la elipse quienes tras la fiesta de Chico Trujillo, continuaron sumergidos en similar ánimo, aunque con distinta tonalidad, ahora al amparo de la electricidad lúdica de The Flaming Lips.
El conjunto, verdadero emblema del movimiento alternativo, apareció en escena con su líder Wayne Coyne introducido en su ya mítica bola inflable y transparente, que le permite desplazarse a su antojo por sobre el público.
Fue sólo la primera señal de que lo que vendría sería una psicodélica ceremonia, impulsada por un ejército de inquietos animadores vestidos de overol naranjo en los costados del escenario. El líder, en tanto, no podía ser otro que Coyne, quien puso su cara en primerísimo primer plano para la pantalla del fondo, se vistió de superhéroe y disparó cuanta serpentina pudo, mientras del escenario salía tanto papel picado como para contar por kilos, además de enormes globos.
En ese entorno, el grupo despachó canciones como "The yeah yeah yeah song", "See the leaves", y las emotivas "Yoshimi battles the Pink Robots" y "Do you realize?", que fueron realmente vividas por cerca de siete mil personas, quienes se compenetraron con la lluvia de estímulos.
Mientras, en la Arena Movistar comenzaba la presentación del conjunto Fisherspooner, quienes cautivaron a cerca de siete mil personas con una fórmula electrónica de inspiración new wave, a la que agregan una llamativa puesta en escena, comandada por cuatro bailarinas.
El histórico conjunto de ska, punk y reggae, Sublime, logró capturar la atención del público en la elipse tras la actuación de The Flaming Lips, ahora con el joven cantante y guitarrista Rome Ramirez a la cabeza. Tras su actuación, será el turno de 30 Seconds To Mars, mientras Kidzapalooza también retoma la actividad con Power Peralta y Pulentos.