Jane's Addiction se impone con potencia y rebeldía como uno de los shows clave de Lollapalooza

SANTIAGO.- Era el dueño de la fiesta e hizo valer su derecho a ser una de las atracciones de fondo del festival. Perry Farrell y su banda, Jane's Adiction, fueron el penúltimo número estelar en la jornada de domingo y estuvieron a la altura con un show estimulante en el que el creador de Lollapalooza mostró sus dotes de anfitrión y showman.

Con el guitarrista Dave Navarro como otro foco paralelo de atención en el escenario, Jane's Adiction vino a poner al día al público chileno con el repertorio y el sonido de uno de los grupos fundamentales del llamado rock alternativo de fines de los años '80 en adelante.

Quizás por eso el grupo dejó prácticamente de lado las canciones de su más reciente disco, "Strays" (2003). En lugar de eso, la banda mostró un single inédito como adelanto de su futuro álbum, y sobretodo se remontó al repertorio de sus producciones de comienzos de los '90. El público reconoció, coreó, bailó y saltó a lo largo de todo el show con cumbres explosivas como el hit "Been caught stealing" y "Jane says", versión acústica con la que clausuraron su show.

Una concurrencia superior a las 25 mil personas fue la que disfrutó de la presentación de la banda que completan el bajista Eric Avery y el baterista Stephen Perkins, quienes estuvieron reforzados en un inicio por dos bailarinas que ejecutaron una coreografía colgadas.

El líder del conjunto aprovecho de recordar que está celebrando su cumpleaños y también el de Sebastián de la Barra -director artístico de lo productora a cargo del evento (Lotus)-, así como de apuntar a quienes esparcieron rumores que presumían el fin del conjunto, antes de la presentación del nuevo single "End to the Lies".

Tras los 90 minutos asignados a Farrell y compañía, se presentará en uno de los escenarios principales el hiphopero Kanye West. Paralelamente tocará el DJ Armin Van Buuren y Cold War Kids. Este último retrasó su presentación en el teatro La Cúpula, tras una serie de conflictos con el acceso del público.

El rock juvenil dice "presente"

Luego de la pachanga de Chico Trujillo y el rock emblemático de Flaming Lips, 311 y Sublime With Rome, el público de Lollapalooza alzó la voz con el ritmo del trío estadounidense 30 Seconds to Mars, liderado por el actor Jared Leto.

El protagonista de "Réquiem por un sueño" congregó a alrededor de 10 mil personas durante su debut como músico en Chile. La mayor parte de la fanaticada -que no supera los 20 años de edad- se reunió frente al escenario y respondió a sus peticiones de saltos, gritos y garabatos, elementos claves para mantener los ánimos elevados.

El trío aprovechó sus 60 minutos sobre el escenario para exhibir el material más popular de sus tres discos, 30 Seconds to Mars (2000), A Beautiful Lie (2005) y This is War (2009). Fue así comio ejecutó los sencillos "The Kill", "This is War", "Search and Destroy", "Closer to Edge" y "The Fantasy".

Mientras una multitud juvenil saltaba con Jared Leto y otra reposaba en los pastos del Parque O'Higgins, unos seis mil adeptos a la electrónica bailaban con el DJ alemán Boys Noize al interior del escenario electrónico.