Hasta hace unas pocas semanas habría sido un título incluso retro. En cambio ahora una canción que habla sobre ataque nuclear podrá sonar a Guerra Fría, pero sobre todo a Fukushima para cualquiera que haya seguido las noticias internacionales en los últimos días.
Así se titula una de las canciones del primer disco de una banda chilena llamada Los Chinches, disco que apareció en octubre de 2010 también caratulado Los Chinches y grabado desde febrero de 2009, mucho antes de la reactualización global de la cuestión nuclear a raíz de colapso de las centrales japonesas tras el terremoto del 11 de marzo. Pero un grupo de rock siempre puede escribir una canción contingente, incluso por adelantado.
-Siempre conversamos de que el hecho de tener la tribuna que es un escenario también te da la opción de decir si algo no te parece -reflexiona el bajista de Los Chinches, una banda integrada desde su debut en 2007 por Cristóbal Dumay (voz y bajo), Luciano Mariño (voz y guitarra), Hernán Correa (teclados y percusión) y Felipe Bawlitza (batería), también conocidos como Felito, Mariño, Herbman y Guagua en un plano más personal. Y la música que ponen a sonar sobre esa tribuna suma casi tantas vertientes como integrantes hay en el grupo.
Un seguimiento rápido a sus trayectorias arroja que Dumay y Bawlitza provienen de la disuelta banda de surf y rock and roll Pendex; que el baterista toca además en el grupo de rock Casino; que Mariño, nacido en Colombia y arribado a Chile a los doce años, se reparte entre la psicodelia y el rock de The Versions y Fangal; y que Herbman partió tocando tambores con el cantante de reggae Kingo y fue por diez años teladista de los Hermanos Tanaka, banda con la que actuó junto a titanes nacionales y mundiales del género como Gondwana y The Wailers. Las vetas de los mismos Chinches incluyen rock, reggae, cumbia y twist entre otros ingredientes, y la banda ya define rumbos nuevos para canciones recientes, con Herbman más volcado al tambor que al teclado y con lo que Dumay denomina "coros tribales".
-Si los escuchar te pueden recordar a Fela Kuti -compara el bajista en alusión a ese músico nigeriano-. O a LaFloripondio.
-O a una tarde de domingo en el Parque Forestal -agrega el tecladista.
The roots of Chinche: cumbia, rock, reggae
Tras agotar el tiraje original de ciento cincuenta copias de Los Chinches en su empaque decorado con los llamativos dibujos a lápiz de María Paz Lama, la banda anuncia en estos días la liberación para descarga gratuita desde Internet de ese primer CD y sus variedades.
-La banda es una ensalada siempre -resume Herbman-. Cada uno tira espontáneamente el bagaje melómano que tiene y armamos esto inconexo que nadie entendería salvo nosotros cuatro.
El gusto por el reggae es uno de esos rasgos más acentuados, tal como se oye en las canciones "Errante", "Bomba a piso" y "Arena en la sangre", que parte con un fragmento del cantante jamaicano de dance hall Capleton tomado del documental "Made in Jamaica".
-Este disco tiene una investigación del reggae, porque aparte de Hernán, que viene de la escuela reggae dura, ni Guagua ni Mariño ni yo habíamos hincado el diente a esa música -distingue Dumay-. Nuestro primer acercamiento fue "Errante", y nos salió un tema súper roots (de raíces) y triste.
-Escuchamos reggae toda la vida, pero nunca lo habíamos tocado -coincide Mariño-. Ésa era una letra que tenía y que casi era una cueca, y llegó Hernán, tocamos esa base y le puse esa letra arriba y funcó.
-¿Cada uno es un especialista en un tipo de música distinto?
-Claro, pero yo me he ido ensuciando por así decirlo, he aprendido a entender el reggae de una manera más rockera -precisa el tecladista-. Llevaba diez años tocando en al escuela clásica del reggae que hay acá, que viene más del hip-hop, pero cuando era chico escuchaba la misma música que ellos (señala a sus compañeros).
-De partida yo desde cabro chico escucho The Clash -consigna el bajista-, una banda que tiene mucho reggae, como dicen en un documental de Film & Arts donde los Clash contaban que los DJs de los clubes donde ellos tocaban eran jamaiquinos.
-Ninguna de esas mezclas es impuesta, no hay dictaduras aquí -agrega el guitarrista-. Todos somos distintos musicalmente. Él (Dumay) es súper punk en el sonido, él (Herbman) es reggae, yo por mi lado soy un poco más volátil, más pegado, por decirlo de una forma. Mi escuela ha sido un poco con jams (improvisaciones), me gusta cuando la repetición suma un sonido y crea una atmósfera, aunque parezca que es siempre lo mismo.
-¿Tiene que ver la psicodelia también?
-Sí, nos acercamos un poco al dub o a las cosas psicodélicas del rock -dice Dumay, y muestras de eso se oyen en canciones largas como "Arena en la sangre" o "Todos necesitamos una sombra". A su vez la versión Chinche para la cumbia "Ya se ha muerto mi abuelo", de Juaneco y su Combo, es consecuencia directa de la exposición del grupo al ya famoso compilado The roots of chicha: psychedelic cumbias from Peru (2007). Y "Volver a caer" también suena como cumbia.
-De repente hacíamos temas cumbiancheros y nos salían medios Auténticos Decadentes -reconoce Dumay.
-Entonces los mandábamos para la casa -recuerda Herbman.
-Eso es por el rollo de hacer cumbia con batería, que no es muy común -continúa el bajista-. Por eso nos salía bien jaivero ese tema al menos, porque Los Jaivas sí tenían un acercamiento al rock desde esos instrumentos. Pero tenemos la inquietud latinoamericana, no miramos sólo a Inglaterra y Estados Unidos al buscar inspiraciones.
En vivo: estrictos versus posmodernos
En 2007 fue el debut de este grupo, cuando ni siquiera tenían claro qué nombre iba a tener y tocaron en la Sala SCD del barrio Bellavista de la capital bajo el nombre apresurado de Os Bombardeiros. En una fecha previa, en el bar Mist, incluso se habían alcanzado a anunciar como Pendex, nombre de la banda previa del bajista y el baterista.
-No nos queríamos llamar Pendex, pero creo que fue una reminiscencia -atribuye Mariño.
-Yo quería -discrepa Dumay-. Yo creía que podíamos refundar eso que habíamos hecho. Pero finalmente Mariño me hizo entender, en largas discusiones, que no era lo mejor.
Esa primera fecha oficial fue compartida con el grupo experimental Trema y con el combo de cumbia global Panamericana, dos bandas integradas por músicos de Pánico. Y la mayoría de las fechas de Los Chinches han tenido ese sello de diversidad compartida con otros colegas. Compañeros de escenario en estos tres años y fracción han sido las bandas rockeras del sello del grupo, Volodia, así como el quinteto de rap y jazz Cómo Asesinar a Felipes y grupos de reggae o de punk, como Radio Moscú y Sin Retornos, con quienes tocaron cierta vez en una casa okupa.
-Pensábamos que nos iban a tirar botellas de chela, porque llegamos y éramos los únicos cuatro con poleras de color -recuerda Herbman-. Pero fue la raja, súper buena experiencia.
-Llegamos con esa fijación de los estereotipos de los '90, y ya no existe tanto -sostiene Dumay-. Nada que una caja de vino no pueda arreglar.
-Hubo un tiempo ortodoxo, pero ya cambió eso -coincide el tecladista, a propósito del circuito del reggae en particular: Los Chinches incluso tuvo una colaboración del dúo de reggae Conciencia Yo y Yo en una versión nueva de la canción "Bomba a piso". "El cantante se mandó una cantada media U-Roy (precursor músico jamaicano de reggae) sobre el tema y calza perfecto. Cuando esté masterizada la vamos a regalar también".
Del mismo modo Los Chinches han actuado en el Rip Curl Festival celebrado en 2008 en el court central del Estadio Nacional junto a músicos como Ana Tijoux o Cultura Profética, y en un festival de reggae en el Galpón Víctor Jara, con cultores como el cantante Oskr-T y el grupo Kingo Roots.
-Y ahí nosotros éramos los raros -recuerda el tecladista-. Como yo era el nexo con los cabros que hacían ese festival, nos invitaron. Hasta que nos escucharon una vez. Y nos nos invitaron más.
-No había chelas: había jugos -sonríe Dumay-. Son estrictos. Nosotros somos posmodernos.
El efecto de la pistola plástica
-¿Qué representa este grupo para las historias previas de cada uno?
-Yo veo a Los Chinches como la graduación musical -dice Herbman-. Me pasé diez años conociendo y tocando reggae con bandas como los Tanaka, en cambio Los Chinches es una banda que se arma entre todos. Es mi primera banda propia.
-Puedo hacer lo que quiero en las bandas que quiero -dice Mariño-. Con Chinches nunca podría tocar lo que toco con Fangal: la música la crea la dinámica de la gente. Yo iba a todas las tocata de los Pendex y siempre quise tocar con Guagua (Bawlitza) y con Felito (Dumay).
-¿Y Pendex qué tiene que ver Los Chinches?
-Hasta hoy mi banda de cabecera son los Ramones -declara Dumay-. Es la esencia con la que aprendí a tocar. Patudamente podría comparar a Pendex con el primer disco de Clash: un vómito punk. Tuvimos las ganas de seguir creciendo y nos atrevimos a acercarnos a otros ritmos, sigo con la comparación, como lo hizo The Clash. Guardando las proporciones, que son gigantes.
-Varios grupos de esa época, de 2001 en adelante, se han convertido en otros nuevos: Ramires! en Ramixes!, Guiso en Los Lentos, Pendex en Los Chinches. ¿Qué ven en esas transformaciones?
-Para mí esa época fue una efervescencia muy juvenil -recuerda el guitarrista-. Todos hacían buena música y se apoyaban entre sí. Esa hermandad existe hasta la fecha, cuando están todos más maduros, pero está más que claro que no es la misma época, ya está más decantada. Me acuerdo de cuando se acabó Tsunamis: uno echaba de menos de repente una tocata de ellos, pero es la vida.
-Nosotros compartíamos sala con Familea Miranda, con The Ganjas, con Perrosky, que viven -agrega el bajista-. Los que han seguido dándose cabezazos con la misma muralla han conseguido cosas.
-¿Se profesionalizó el rock independiente? ¿Ahora consigue auspicios de marcas, por ejemplo?
-Hubo un acercamiento de las marcas en este país donde todo funciona desde lo privado, porque antes nosotros nos financiábamos todo, nunca hubo una marca cerca -continúa Dumay-. Cuando sacamos el disco hicimos una red de apoyo entre mucha gente y a eso básicamente le llamamos un sello. Para el Servicio de Impuestos Internos posiblemente no somos una casa discográfica.
-Pero no se pierde la música ni el sentido de ser independiente: hacer lo que uno quiere y ser sincero con lo que uno es -agrega Mariño.
Discos Volodia es ese sello, un colectivo de grupos, productores, DJs y diseñadores que por ahora incluye a tres grupos, dos de ellos con discos editados: Los Dolores y Los Chinches. "Principalmente es por amistad, y dio la casualidad que todos tenían bandas", explica Herbman. "Por el momento estamos concentrados en que las tres bandas crezcan, lancen sus primeros discos, avancen, metamos ruido, y cuando dé para otros feliz de invitar a otras bandas. Pero como no tenemos nada más que ofrecer que buena onda, por ahora la podemos concentrar entre nosotros".
Ya hay planes próximos en marcha para Los Chinches, un grupo que prepara un disco nuevo con versiones dub del primer álbum y que hace planes para grabar canciones nuevas en junio. Por mientras rota en YouTube un video para otra de las canciones de ese primer disco: "Embargo", en la que Dumay ya no anuncia la guerra nuclear, sino más bien parte cantando "Muy buenas tardes / Cómo le va / No es un saludo, es una formalidad".
-Fue coincidente con el año en que estaba reventando la burbuja gringa de Lehman Brothers y todo eso -recuerda-. Escribí esa letra pensando en la gente que se embauca en Falabella, donde asaltan a la gente con una pistola de plástico que es una tarjeta. La otra vez vi el documental de Michael Moore "Capitalismo, una historia de amor", que parte con puras escenas de embargos de bancos que van a botar a gente de sus casas en EE.UU. Es el videoclip perfecto (para "Embargo"). Es la letra más social del disco.
-¿El reggae también es protesta?
-Nuestro reggae no es como el de Gondwana o de los Pericos, que es como amor y la playa -distingue Herbman-. Es como el de (Bob) Marley al principio o el de Peter Tosh, con personalidad para decir las cosas.
-Si nace hablar del embargo o de pasarlo mal en una letra, es por momentos que se vivieron -agrega Dumay-. No es "hagamos un rocanrol que hable de la violencia policial". No: es espontáneo.
-Espero que no te hayan embargado entonces.
-No -sonríe-, pero rompí mi tarjeta de crédito el día que me la dieron.