El documental muestra imágenes que nunca antes se habían visto fuera de Alemania.
Metropolis Productions
BUENOS AIRES.- El documental "Nüremberg: It's Lesson for Today" revive los horrores cometidos por el régimen nazi con una rigurosa crudeza que conmovió al público del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI).
En una especie de viaje en el tiempo, el film, de producción alemana y estadounidense, combina imágenes del juicio contra los principales acusados del régimen de Hitler, otras de la Segunda Guerra Mundial y otras que probaron durante el proceso el horror al que eran sometidas las víctimas en los campos de concentración.
Esta cinta es fruto de la minuciosa restauración del documental que 1948 dirigió Stuart Schulberg, padre de la prestigiosa productora de cine independiente Sandra Schulberg, quien, junto al documentalista Josh Waletzky, recuperó este material histórico exhibido en Alemania en 1948 y 1949, pero prohibido en Estados Unidos y jamás visto en el resto del mundo.
El nuevo documental, estrenado en 2010 en Estados Unidos, se nutre del material fílmico utilizado como evidencia en el juicio de Nuremberg, así como de imágenes del proceso, celebrado entre noviembre de 1945 y octubre de 1946, explicó hoy a Efe Sandra Schulberg, de visita en Buenos Aires para acudir a la proyección de la película, en el marco del festival que finaliza este domingo.
Schulberg encontró en 2003 una copia de 16 milímetros del antiguo film guardada en cajas en un viejo armario cuando fue a vaciar la casa de su madre, que había fallecido el año anterior.
"Eso hizo que quisiera restaurar el documental. A partir de allí descubrí una historia fascinante y me di cuenta de que ni mi papá ni el periodismo habían contado la realización del juicio, ni el uso de estas películas probatorias" durante el proceso de Nuremberg, dijo.
Ese tribunal fue el primero en la historia que aceptó usar películas y fotografías como parte de la evidencia para condenar a los nazis. Uno de los encargados de recorrer Alemania en busca de registros filmados del horror nazi fue Stuart Schulberg, quien también recibió el encargo de elaborar la película oficial.
La copia de esa película hallada por su hija en las cajas "ya no servía de mucho, así que recurrí a otra copia mejor, de 35 milímetros, obtenida tras investigar en "los archivos nacionales de Estados Unidos y documentos de Alemania", explicó Schulberg, con más de 20 años de trayectoria como productora y directora de finanzas de la industria cinematográfica.
El antiguo documental sólo había sido exhibido en Alemania ya que EEUU decidió no exhibirlo en otros países porque, entre otras cosas, uno de los fiscales del juicio de Nuremberg era soviético.
"El documental fue víctima de la guerra fría y, además, Estados Unidos pensaba que el largometraje iba a suscitar un nuevo odio hacia los alemanes", en un momento en que se intentaba despojar a la nación europea del fantasma del horror nazi, explica Schulberg.
Finalmente, el film ha vuelto a revivir después de que un laboratorio especializado restaurara el material, se reconstruyera el sonido y la música, y se grabara nuevamente la narración, sin perder el aire histórico y dramático que conservan las imágenes.
"Que Nuremberg sirva de advertencia a todos los que planean y lanzan una guerra agresiva", afirma el fiscal estadounidense Robert Jackson, en uno de los pasajes que exhibe el documental.
Sin evadir las crudas imágenes de las víctimas en los campos de concentración y su agonía en las cámaras de gas, la película también muestra la estrategia bélica de Hitler, escritos que constataron los crímenes nazis y los argumentos a los recurrieron los acusados en sus últimos intentos por minimizar hechos que eran innegables.
El gran juicio contra los veinticuatro principales acusados del régimen nazi, desarrollado en la Sala 600 de Nuremberg, terminó el 1 de octubre de 1946 con la lectura de las sentencias, entre ellas once penas de muerte "en la horca".
A este primer proceso de las potencias aliadas siguieron, entre 1945 y 1949, varios juicios, en la misma sala, contra presuntos artífices directos de crímenes nazis o sus cómplices.
Los aliados decidieron trasladar el juicio a Nuremberg por ser un escenario simbólico durante el nazismo ya que esa ciudad acogió entre 1933 y 1938 los grandes congresos del Partido Nacionalsocialista para glorificación de Adolf Hitler.