BUENOS AIRES.-Aunque el escritor chileno Jorge Edwards se desempeña como embajador en Francia, no se ha distanciado del quehacer literario. Así lo demuestra su visita a Buenos Aires para presentar su última novela, "La muerte de Montaigne", mientras corrige un primer tomo de memorias que evoca sus épocas de "escritor clandestino".
El Premio Cervantes, uno de los principales invitados a la 37 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que abre hoy sus puertas, confiesa que Michel de Montaigne "es un autor que produce adicción en cierto modo". También destaca que "era un tipo de una curiosidad insaciable". Eso "me gusta, porque creo que la curiosidad es la juventud. Cuando se pierde la curiosidad es como si uno se hubiera muerto".
La novela despliega un interesante juego literario, entre investigación y narración y entre pasado y presente. El escritor de "Persona non grata" y "Adiós, poeta" leyó a Montaigne (1533-1592) desde su juventud, atraído por su estilo y la mirada que el autor de los "Ensayos" arroja sobre el mundo.
Próximo a cumplir 80 años el 29 de junio, Edwards confiesa que siente nostalgia de la época en que empezó a incursionar en la literatura. Y por eso plasmó en París un borrador de un primer tomo de memorias, cuyo título provisional es "Los círculos morados". Allí describe "la entrada de un joven chileno en la vida literaria en tabernas siniestras, viniendo de una casa burguesa".
"Cuando comencé a escribir, como a los 15 años, y como mi familia no era literaria sino más bien del mundo de las finanzas, fui escritor clandestino. Al comienzo escribía en mi cuarto, en unos cuadernitos, y después les leía cosas a mis amigos. En ese tiempo, cuando a dos o tres amigos les gustaba algo, uno sentía un estado de gran felicidad".
"Íbamos a unos lugares sórdidos de Santiago y tomábamos vino muy malo. Y estos vinos le marcaban a uno un círculo en la boca, un círculo de color morado, el círculo que dejan los vinos malos". El primer tomo comprende por ahora su infancia, adolescencia y comienzos de la juventud, adelanta. "No sé si será la primera parte de un libro o un tomo separado. Y como es muy remoto todo eso ya, y ese Santiago no existe, creo que es pura literatura. Creo que nunca he hecho más ficción que ahora".
Los lectores, sin embargo, aún deberán esperar su publicación. "Estoy corrigiéndolo, porque yo escribo primeras versiones rápidas. Si no, me aburro mucho". "Son como 280 páginas, y estoy en las primeras 90", explica el ganador del Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa con "La casa de Dostoievsky".