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Crítico británico Terry Eegleton da la razón de nuevo a Marx

"Por qué Marx tenía razón” se llama el libro del filósofo, quien ironiza sobre los grandes errores del siglo XX y de paso defiende al autor de "El Capital".

21 de Abril de 2011 | 10:25 | EFE
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LONDRES.- El conocido crítico británico Terry Eagleton da de nuevo la razón al autor de “El Capital” en un libro que acaba de publicarse en inglés y en el que se dedica a desmontar una tras otra las principales objeciones que se han hecho al pensamiento de Carlos Marx.

"Por qué Marx tenía razón”, titula Eagleton casi con insolencia su libro (Yale University Press), en el que en un tono nada pedante, extraordinariamente ameno y en el que aflora una y otra vez la fina ironía inglesa, denuncia a quienes, tras la caída del muro de Berlín, se apresuraron a señalar al autor de “El Manifiesto Comunista” como el origen de todos los crímenes cometidos en nombre de la izquierda a lo largo del XX.

Marx no era infalible, reconoce Eagleton, pero tampoco puede afirmarse que el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, no se equivocara más de una vez en sus escritos teóricos o que todos los guiones del cineasta Alfred Hitchcock sean perfectos.

Con todo, pese a ciertas cosas que ese pensador inmerso en la Inglaterra victoriana no supo prever, no tienen ninguna razón los radicales de derechas o los posmodernos de izquierda que con la mayor ligereza han despachado a uno de los mayores pensadores sociales al basurero de la historia.

Contra las caricaturas del pensador

Con un tono que rezuma una gran simpatía hacia el filósofo de Tréveris, Eagleton humaniza al personaje y, mediante una cuidadosa selección de citas de su obra y de los datos biográficos que se conocen de él, le presenta al lector como alguien que nada tiene que ver con la interesada y despreciativa caricatura que han hecho muchos de él.

Eagleton, que enseña literatura inglesa en las universidades de Lancasteer (Inglaterra) y Notre Dame (EEUU) y vive en Dublín, divide el libro en varios capítulos precedidos cada uno de algunas de las críticas más frecuentes que se hacen a la figura y al pensamiento de Marx para refutarlas con claridad, naturalidad y un gran sentido del humor teñido de republicanismo.

Entre esas críticas interesadas, que se repiten hasta el hartazgo, las hay de todo tipo: que el marxismo está acabado porque ya no existe el mundo de las fábricas victorianas en una sociedad móvil posindustrial y de trabajo “flexible”.

Que el marxismo puede estar muy bien en teoría, pero cada vez que se ha puesto en práctica como en la Rusia bolchevique o en la China de Mao ha resultado en terror, tiranía y masacres.

Que es un sueño utópico y si los marxistas creen en una sociedad sin afán de posesión y egoísmo, es un hecho que el individuo es egoísta, agresivo y competitivo por naturaleza, o que Marx todo lo reduce al factor económico y a la lucha de clases sin tener en cuenta la enorme complejidad social.

A todas esas y muchas otras objeciones da oportuna respuesta el autor que demuestra, citas en mano, cómo muchos de los reproches que se le hacen al marxismo, entre ellos el reduccionismo económico, son en realidad una caricatura y estarían mejor empleados para describir al actual capitalismo.

Para Eagleton, que no oculta su admiración por Marx como pensador y como persona, el autor de los Grundrisse se caracterizó siempre por una fe apasionada en el individuo, una profunda suspicacia hacia todo dogma abstracto y una gran hostilidad hacia el Estado.

No fue tampoco Marx un fetichista de la producción material, su ideal era el ocio y no el estajanovismo, reconoció las conquistas de la edad burguesa como las libertades individuales y los derechos civiles y si presta tanta atención en su obra a la economía, es para analizar y disipar su impacto negativo.
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