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ADN en movimiento

Pop rock, viajes y genética musical son los elementos que dan forma a este grupo chileno que se apresta a presentar su primer disco, Sin explicación. Esto es lo que ocurre cuando dos hermanos tienen a Stanley Clarke en la familia y son nietos de una figura fundamental del bolero y la canción chilena.

28 de Abril de 2011 | 17:38 |

Durante un buen tiempo probaron con el deporte. Los hermanos Marco y Felipe Cabeza incursionaron en el vóleibol, este último llegó a ser seleccionado juvenil de la disciplina y además recuerda haber jugado fútbol durante un par de años en las divisiones sub-16 y sub-19 de Universidad Católica, justo hasta cumplir diecinueve años. Eso fue el 2006: el año en que el jugador Felipe Cabeza colgó los botines, a temprana edad, porque había una vocación anterior y de carácter familiar que iba a ser más fuerte.
 
Desde entonces Marco y Felipe Cabeza, que hoy tienen 27 y 24 años respectivamente, son FOS, el nombre de un nuevo grupo de pop rock chileno que este año se apresta a lanzar su primer disco, Sin explicación. Y esa inclinación musical viene en el ADN. Ambos son hermanos de Teresita Cabeza, la cantante del trío de pop y bases electrónica Galatea, y todos ellos son a su vez nietos del astro del bolero y la canción Antonio Prieto, figura fundamental como pocas en la música popular chilena. Ahora, en 2011, FOS viene a sumar de paso un eslabón más a la banda sonora de la familia.
 
Aunque Sin explicación es su primer disco, ellos vienen tocando desde 2006, y de ese año datan sus primeras dos canciones grabadas, con el productor Luis Tata Bigorra, baterista del grupo Funkattack. "Pero no nos gustó el lado por el que nos estábamos yendo, ultra pop, medio Backstreet Boys", recuerda Marcos, de modo que en 2007 pasaron a trabajar con otro integrante de Funkattack, el bajista Toly Ramírez. "Ya teníamos más definido el sonido que queríamos", dice Felipe. "Algo con más guitarras eléctricas, más actitud. No tan mamón", abunda su hermano. "Pop, pero más rockero. Como tipo Soda Stereo, por ahí".
 
Y faltaba más sello familiar por entrar en juego. El disco fue producido por Eduardo Caces, integrante de Lucybell y de Galatea, que es cuñado de FOS en pleno porque está casado con Teresita Cabeza. Y antes de grabarlo, el dúo se dio el lujo de cumplir una pretemporada en Los Angeles, California, por invitación de otro músico de la parentela. En FOS lo llaman simplemente Stanley, porque se refieren a Stanley Clarke, el célebre bajista estadounidense iniciado en la banda de jazz rock Return to Forever y solista desde 1971, quien está casado con la chilena Sofía Espinoza, una de las hijas de Antonio Prieto.
 
-En el intertanto nuestro tío Stanley Clarke escuchó los temas y nos invitó a Estados Unidos. "Chicos, traigan los temas, trabajemos acá". Nos daba consejos, notas para arreglar las canciones. Una experiencia tremenda -recuerda Marcos Cabeza. Fueron seis meses, desde marzo de 2007, los que el dúo pasó en Los Angeles, donde se contactaron con músicos como el citado Toly Ramírez o como Jimmy Paxson, baterista de figuras como Alanis Morissette o Stevie Nicks, quien grabó en las primeras versiones de algunas canciones de FOS durante ese viaje.
 
-Él venía entrenando como loco, de gira con Stevie Nicks, y andaba pero hecho una máquina. Y agarró, escuchó las canciones y dijo "Me encantaron: grabémoslas" -dice Marcos. "Ya cuando tocó la primera canción con Marcos nos mirábamos y nos reíamos solos. El tipo le ponía un corazón al momento de hacerlo", agrega Felipe. "Una locura: nos metimos al estudio, hizo unas maravillas, grabó unas baterías extraordinarias y nos dio un nuevo aire que nos definió al final como FOS", complementa su hermano.
 
-¿Qué fue tan importante de su participación?
-Que haya llegado un músico de primer nivel mundial y nos diga "Chicos, si me estoy equivocando porfa corríjanme" -dice el bajista.
 
-Sí: la humildad y las ganas de sólo querer tocar -coincide el guitarrista.
 
-Esto es lo que queremos como músicos. Para nosotros la música no es flashes ni ser famosos, sino transmitirla del modo en el que él nos la transmitió. Eso al final nos definió mucho como grupo -agrega Marcos, que como parte de esos contactos también menciona un encuentro en el estudio de Stanley Clarke con Adam Moseley, productor de varios discos de Lucybell.
 
-Cayendo parados en todos lados.
-Te juro. Y entremedio nosotros trabajando de lo que fuera. Para ganar plata estuvimos limpiando piscinas asquerosas, (trabajamos como) jardineros latinos, reparando techos de casas…

-¿Y qué cosas se aprenden después de estar seis meses con Stanley Clarke?
-Partiendo con el pensamiento de que lo queremos hacer en serio -dice Felipe-. Es un click.
 
-Al contrario de lo que uno pensaría de músicos tan importantes, lo que nos enseñó Stanley fue simplicidad -agrega Marcos-. "Chicos, como consejo les voy a dar que no es mejor músico el que mete más notas por segundo. Ése es un gimnasta", nos decía. Pero si con una nota puedes hacer que a la gente se le ponga la piel de gallina, eso es ser músico. Para nosotros esa fue una enseñanza heavy.
 
Lo que ayuda la genética 

De regreso a Chile, a fines de 2007 el grupo completó su formación actual a trío junto al baterista rancagüino Sebastián Rojas. Y en 2009 grabaron su disco con el ingeniero de Lucybell y con la citada producción de Eduardo Caces.
 
-¿Cuál fue el efecto de trabajar con él?
-Bueno, le dio un toque rockero -dice el bajista.
 
-Edu entendió perfecto lo que queríamos hacer, siguiendo la línea de las guitarras recatadas, sin tanto virtuosismo -agrega el guitarrista.
 
Entre el repertorio de ese disco se destaca la canción "Sin explicación", que ya cuenta con un videoclip dirigido en diciembre de 2010 por María Carla Falcón, quien es novia de Marcos Cabeza y además hija del actor Juan Falcón. Hay otras canciones recientes como "Hasta ti", "Papel" y "Nada es nada", además de algunas compuestas a su paso por EE.UU. como "Cuántas veces" y "Para qué".

Y FOS ya habían hecho antes de su periplo californiano la canción "Quédate", inspirada en un amigo del dúo que murió en un accidente, y a quien está dedicado el disco por lo demás. "Es la canción impulsora de FOS como banda", dice el bajista. "Habla de cómo él sigue acá, desde un recuerdo con alegría, dejó algo lindo dentro de todos lo que lo conocemos. Esa es la fuerza que tiene FOS. Tiene alma".
 
El cumpleaños de Marcos Cabeza en 2006 había sido el debut del grupo, en una formación inicial junto a Julián Ulloa (bajo) y Paco León (batería), compañeros de colegio, antes de una serie de bateristas transitorios. Otras fechas iniciales en 2008 fueron un festival llamado "Arde en vivo" junto a los grupos Cholomandinga y Papanegro, y una actuación como teloneros de Lucybell en el gimnasio Hermógenes Lizana de Rancagua, a fines de ese año y ante unas mil personas.
 
-Nos fue muy, muy bien -dice Felipe.
 
-Íbamos a tocar cuatro canciones y terminamos tocando siete. No: tremendo -agrega Marco-. Vaquero, el manager de Lucybell, antes de salir nos había dicho "Chicos, si los pifian no se preocupen, sigan tocando no más". Pero al final la gente estaba tan prendida que Claudio (Valenzuela), el vocalista, salió a mirar a ver quiénes eran estos chicos.

Desde entonces el grupo ha tocado en lugares como Ópera Catedral, Sala SCD o La Batuta y en programas de TV como "Sin dios ni late" o "Alfombra roja". "Hay que tocar en todos lados. A nosotros nos da lo mismo. Creo que a la gente le gusta escuchar diversidad", dice el guitarrista. "FOS le puede gustar a alguien súper rockero como a alguien súper popero. Con Felipe hacemos lo que nos gustaría escuchar en la radio".
 
-¿Hay una complicidad extra en cantar a dos voces entre hermanos?
-Sí, porque no tenemos timbres tan distintos, no es tan brusco el cambio -dice Felipe-. Conocemos de memoria como canta cada uno y las limitaciones. Marcos entiende perfecto lo que quiero hacer, las segunda voces que le hago son las que él está pensando.


-En ese sentido la genética ayuda muchísimo -agrega Marcos.
 
-Y ya que lo dicen, ¿en esa genética también influye una figura musical como la del abuelo?
-Cien por ciento -dice el bajista-. Tata para nosotros es lo máximo. Es mi cantante favorito. Él es el que nos enseñó a escuchar música, desde chiquititos, a todos. Todas las comidas era con música, me acuerdo de que yo tenía dos o tres años y él nos mostraba música en unos audífonos enormes, o en programas de televisión para que lo viéramos actuando, o en sus discos. Eso fue otro plus para ver la música como la vemos ahora. Porque mi abuelo, pese a ser un prócer musical, era tan amistoso con todo el mundo que dijimos "Esto es ser músico". A pesar de ser muy autodidactas hemos tenido muy buenos profesores. A tocar se puede aprender en el camino, y pero de qué se trata se tiene que aprender de alguien que ya lo ha vivido.
 
Un efecto colateral de esa experiencia familiar se escucha en cierto acento bonaerense que mantienen los dos hermanos, en especial Marcos Cabeza. Los dos nacieron en Argentina, país donde el patriarca de la familia desarrolló parte importante de su carrera, y llegaron por primera vez a Chile en 1992, cuando tenían nueve y cinco años. "Para nosotros Chile es nuestro país. Aquí es donde salimos del colegio y tenemos nuestros amigos. Pero Argentina es donde nacimos, y donde uno nace siempre tira. Queremos ir a probar suerte a ver qué pasa allá", dice Marcos. "Nos encantaría", agrega Felipe, "estar en todos lados, no solamente Argentina. Queremos invadir todo Sudamérica, todo el mundo si se puede".