LOS ANGELES.- Desde la muerte de su esposo, el director Blake Edwards, la vida de Julie Andrews ha estado alejada del canto y la risa de sus personajes en clásicos como "Mary Poppins" y "La novicia rebelde".
"Creo que es una lucha diaria", dijo Andrews, de 75 años y compañera de Edwards por 41. El cineasta de "Desayuno en Tiffany's" murió por una complicación tras sufrir una neumonía en diciembre. Tenía 88 años. Los dos estuvieron casados y trabajaron juntos en la mayor parte de las cinco décadas de la actriz británica en Hollywood.
La primera vez que sumaron esfuerzos fue en el musical de 1970 "Darling Lili", que no tuvo mucho éxito. Eventualmente, Edwards y Andrews alcanzaron el éxito en la gran pantalla: con "10" (1979), la sátira "S.O.B." (1981) y el musical nominado al Oscar, "Victor/Victoria" (1982), el cual Andrews describió como uno de los mejores trabajos de su carrera. También hicieron "That's Life" en 1986, la cual "fue un disfrute tan grande", recordó la actriz.
La vida después de Edwards empezó como una especie de fiesta, a la que asistieron amigos, familiares y colegas de Hollywood.
"Fue un buen funeral", rememoró Andrews en una entrevista. "Lo fue. Quería que fuera entretenido. No quería que fuese una lloradera y algo triste, porque a Blake no le hubiese gustado eso".
Andrews ha continuado desarrollándose profesionalmente, sumando un nuevo libro a su larga lista de obras infantiles, con "The Very Fairy Princess Takes the Stage", publicado recientemente. Esta semana fue además honrada con el premio Geffen Playhouse a un trayectoria distinguida en teatro.
"Creo que todos ustedes saben que ha sido un período difícil para mí, y una gran transición", señaló al aceptar el galardón el lunes en la noche.
Ciertamente, a Edwards le hubiese gustado que continuara con su vida. "No sé", dijo Andrews con una sonrisa, mientras se le nublan los ojos. "No tengo muchas opciones ahora, hasta que nos reunamos en otro parte".