Move like this

Vuelven los héroes del power pop. Los emperadores de la modernidad ochentera. La banda que azotó las radios a puro virtuosismo new wave. Y lo hacen con un disco de época. Porque Move like this -tal como Saint of Los Angeles de Mötley Crüe- es un disco-retorno que suena exactamente como si estuviéramos en 1981. O, al menos, el 1981 que musicalizaron The Cars. En lugar de adaptarse a las bandas actuales (que más que homenajear, ironizan los '80), ellos retoman el mismo viejo sonido que los hizo famosos. Es decir: sintetizadores, guitarras repletas de efectos, la inconfundible voz de Ocasek, una base bajo-batería arrasando con todo y sus clásicas baladas o distorsión inesperada.

Las nuevas composiciones de The Cars, evidentemente recuerdan a las clásicas. Por ejemplo, "Sad song" tiene los aplausitos de "My best friend girl" y el ritmo de "Let's go". Pero incluso, hay momentos en que uno siente que Move like this puede rozar la calidad de los discos clásicos. "Blue tip" y "Keep on knockin" suenan poderosas y son difíciles de sacar de la cabeza. Baladas como "Soon" o "Take another look" también son excelentes.

Incluso a ratos los músicos suenan más sólidos que antes, como recordando que fenómenos como Teenage Fanclub, Ash o Weezer son la herencia directa de ellos. "Drag on forever" es implacable con ese punteo de guitarra que domina la canción. Lo mismo que en los contagiosos juegos de guitarras rítimicas procesados de "Hits me" o "It`s only". Así, Move like this se convierte en una prueba de vigencia de un género tan atractivo -y a la vez, tan nerd- como el power pop. Se extraña a Benjamin Orr, claro. Pero la fidelidad al histórico sonido patentado por The Cars llega a ser estremecedora. Ojalá que este disco no pase desapercibido, como suele suceder con estos lanzamientos.

—JC Ramírez Figueroa