María Martha Serra Lima aún recuerda a Sandro: "En un espectáculo me puse a llorar"

SANTIAGO.- "Yo le canto al amor. No le canto a mi patria, ni a los árboles, ni al planeta, ni a mis hijos. Yo le canto al amor entre un hombre y una mujer. Me gusta cantarle a un hombre, porque soy romántica, sentimental", dice María Martha Serra Lima apenas le hablan de romanticismo, su tema favorito.

La argentina, insigne voz del bolero en el continente, está de regreso en Chile para ofrecer un concierto esta noche en el Teatro Caupolicán, pero ha aprovechado de reencontrarse con el país, al que en 2009 regresó tras muchos años de ausencia.

"Me fascina venir a Chile. Santiago es una locura, se ha puesto esta ciudad cada vez más linda. De verdad. Donde vas, por cualquier calle, todo bien cuidado, los edificios preciosos, unas torres increíbles. Es una belleza", dice.

Sus encuentros con la gente, en tanto, son esporádicos, porque sus salidas son sólo a comer y a tomar "ese pisquito sour que me encanta", pese a ser abstemia. Sin embargo, es en los teatros donde se concretan los encuentros con sus seguidores, a quienes define como "personas como yo: románticas".

Ésa, dice, es la clave para seguir entusiasmando tras 34 años de carrera. "Aunque seas medio frío, medio seco, cuando alguien se enamora de ti, y tú te enamoras de alguien, no hay plata que pague lo que se siente. Qué bien que te pone. Todo lo ves lindo, todo te gusta, la lluvia te parece una caricia... en fin. ¡Soy una romántica empedernida!", dice.

Todas esas sensaciones, cuenta, las ha experimentado "cientos de veces", incluidos tres matrimonios y un ilustre romance: Nada menos que con el fallecido Sandro, a quien hoy llama "mi gran amor", mientras habla sobre su show de esta noche.

"Voy a cantar las canciones más lindas de mi repertorio y tres temas de un disco que acabo de hacer, pero no por querer vender un disco, sino porque son tan divinas. Una la grabé con mi gran amor, Sandro, la escribió para mí, se llama 'Cosas de la vida'. Yo canto la parte mía en vivo y la voz de él está grabada", explica.

Interpretar ese clásico del cancionero romántico latinoamericano no ha sido sencillo tras la partida del Gitano, en enero de 2010: "Cuando empiezo a oír la voz de él que dice 'hola qué tal, cómo estás', me da una impresión... Parece que me está cantando, y a veces me cuesta sobreponerme, se me aprieta la garganta. Esas cosas no las sé dominar muy bien, entonces tengo que cantarla con el corazón más frío. Este verano, en un espectáculo, me puse a llorar con esa canción, tuvieron que llevarme un vaso de agua. Parecía una idiota, hice llorar a todo el teatro y a mis compañeros".

Por eso, hoy recuerda la muerte de Sandro casi como una lección. "Fue espantoso, horrible. Los dos tratamos de dejar de fumar muchos años. Yo lo logré, por suerte, pero él no pudo. Cuando se dio cuenta, ya era tarde".

Es que la argentina aún recuerda cuando se juntaba con Sandro décadas atrás y fumaban un cigarrillo tras otro noches enteras. "Hasta hace 22 años fumaba 50 cigarrillos por día, y cantando. Pero te digo, si yo pude dejar de fumar, cualquiera puede. El vicio que yo tenía era espantoso, estaba cantando y mientras me cambiaba en el show daba dos o tres pitadas a un cigarrillo que me tenían preparado. Una enferma, una adicta. Acá hay mucha gente que fuma. Hay salones para fumar. En otras partes no se puede".