PARÍS.- La exposición “Aimé Césaire, Lam, Picasso”, que debía cerrar sus puertas el próximo 6 de junio será prolongada hasta finales de mes debido a su éxito, anunció hoy la Reunión Nacional de Museos franceses (RMN).
El 27 de junio podrá contemplarse por última vez esta exhibición sobre la fructífera amistad que compartieron el poeta martiniqués, el pintor cubano y el maestro malagueño, abierta al público desde el pasado 16 de marzo en el Grand Palais.
Artistas que fueron como hermanos
Con el subtítulo “Nous nous sommes trouvés,” la exhibición celebra el 70 aniversario del encuentro y la amistad entre Wifredo Lam (1902-1982) y Aimé Césaire (1913-2008), a quien Francia rindió el pasado abril un homenaje nacional en el Panteón, donde reposan algunas de las más ilustres figuras de la historia del país.
Una amistad que fue “un flechazo” entre “dos artistas hermanos”, según resumía el propio Lam y que surgió en 1941 de un encuentro fortuito, en la Martinica, cuando el poeta cubano intentaba escapar de la ocupación nazi en Francia, en un barco que las autoridades de Vichy retuvieron a la fuerza en esa isla francesa del Caribe.
Decenas de intelectuales franceses, entre ellos el surrealista André Breton, el antropólogo Claude Lévi-Strauss (1908-2009) y la escritora alemana Anna Seghers (1900-1983) habían partido con Lam desde Marsella (sureste), en un navío fletado por Emergency Rescue Committee.
El dato es importante porque ese periplo es el que llevó al pintor cubano a conocer a Césaire, gracias a Breton, ya entonces conocido escritor y por ello algo más libre de sus movimientos que el resto de los pasajeros.
Un vídeo relata aquel histórico viaje y el nacimiento de una amistad surgida gracias al absoluto azar que llevó a Bretón a topar con una revista de la calidad y el contenido de “Tropiques,” publicada por Suzanne y Aimé Césaire.
La exposición subraya el “flechazo” inmediato que sintió el poeta martiniqués al ser presentado a Lam y descubrir que compartía con él una misma manera de entender el mundo, el arte y sus respectivos exóticos orígenes. Algo esencial para comprender la obra de Lam, quien tras haber defendido la República, llegó a Francia como un exiliado más procedente de España, país al que había llegado en 1923 para completar su formación de retratista.
Era 1938, el año en el que conoció a Picasso, uno de los artistas que más influyó en su arte, quien le abrió además las puertas de un nuevo universo artístico y también vital, al introducirle en su círculo de amigos.