''Nuestro terremoto'' estará disponible en todas las librerías, a un precio promedio de $10.000.
Ediciones BSANTIAGO.- La última vez que se supo de una iniciativa relacionada con Celulosa Arauco (Celco), el desenlace fue un escándalo: Sergio Nuño y su emblemático programa "La Tierra en que Vivimos" terminaron fuera de TVN, luego de que se supiera que el realizador recibió pagos por parte de la empresa a cambio de imágenes registradas en el río Cruces.
Lo reciente del caso hace que el terreno pueda no estar lo suficientemente apto como para que salgan a la luz nuevos proyectos culturales ligados a la compañía, pero eso no fue inconveniente para que los autores de "Nuestro terremoto" —libro que esta semana llega a librerías— finalizaran el ciclo que abrieron en abril de 2010.
Se trata de los destacados periodistas Alfredo Sepúlveda y Francisco Aravena, quienes asumieron el encargo hecho a la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, para relatar lo que estaba sucediendo en torno a la empresa en los días posteriores al terremoto del 27 de febrero del año pasado.
"Ellos sentían que en medio de toda la tragedia había algo excepcional que les estaba pasando. La primera reflexión que tuvieron fue cómo registrar todo eso, eran cosas que nunca habían vivido. Con la Universidad entramos con la idea de no hacer una memoria, que no fuera un libro que se pone en la mesa de café, que fuera narrativo, que se pudiera sostener como un libro de divulgación para todo público, y que se vendiera en librerías", cuenta Sepúlveda.
El autor de los exitosos libros históricos "Independencia" y "Bernardo", define el resultado como "la historia de lo que le pasó a la empresa, pero considerando que ésta es una compañía cuyos trabajadores forman parte de las comunidades de manera muy fuerte, por lo que las diferencias son muy borrosas en localidades como Arauco, Constitución o Nueva Aldea".
-Está entonces la historia particular de una empresa afectada por el terremoto, el libro por encargo, y el enfoque comunitario...
-Sí, porque finalmente el periodismo abarca todo. Nosotros creemos que había una historia que lo englobaba todo. El subtítulo dice "lo que le pasó a la empresa y a las comunidades en que está inserta". No se puede entender una cosa sin la otra. De nuestras fuentes, el 80% son trabajadores, con su historia en el trabajo y la historia privada. La idea era que este libro se sostuviera como cualquier otro de no ficción en una librería.
-¿Qué destacas de esta historia, en relación con otros libros publicados sobre el terremoto?
-Yo creo que tiene la particularidad de tomar el terremoto desde el mundo del trabajo, más que desde las vidas privadas o el mundo público. En los lugares que reporteamos, la frontera entre comunidad y empresa es más bien borrosa. Diría que es el único testimomio grande y extenso que recoge lo que pasó en el mundo del trabajo, porque la detención de actividades en estas comunidades tuvo un impacto brutal, que desde Santiago no se dimensiona. La incertidumbre en los primeros meses fue muy terrible.
-¿No les complica aparecer en un proyecto financiado por Celco, estando fresco el caso de Sergio Nuño?
-Nuestra participación fue anterior a ese caso. Pero no nos complicó, porque lo de nosotros fue transparencia total desde un principio. Durante todo el proceso la empresa nos pidió que no fuera un libro de relaciones públicas, que reporteáramos como nosotros creíamos que había que hacerlo. A ellos no les interesaba defenderse de cosas a través del libro. El resultado es un híbrido bastante especial.
-Celco es una empresa que ha visto perjudicada su imagen por problemas medioambientales...
-El caso de los cisnes está en el libro, contamos lo que pasó con independencia, recibimos la señal de que éramos libres de reportear y así lo hicimos. Quisimos contar con el testimonio de Acción por los Cisnes, pero ellos no se sintieron muy entusiasmados con la idea de aparecer. Y en Valdivia, que es una de las zonas que menos sufrió con el terremoto, hay muchos trabajadores que son de la octava región, y formaron un grupo de rescatistas. Sólo a ese grupo seguimos, porque las comunidades de Valdivia no tenían mucho que ver con el terremoto, que es el tema del libro.
-Siendo un autor de prestigio, ¿no te sientes arriesgando algo al participar de una inicativa como ésta?
-No. Me sentiría mal si hubiera hecho un trabajo malo, pero el trabajo quedó bueno. Y lo hubiera dejado en caso de recibir presiones, pero no las hubo. Hay una cosa que se tiene que entender bien: El tema es el terremoto. No obstante, igual sentimos que había que explicar las crisis por las que había pasado la empresa, las eventuales metidas de pata que pudo haber tenido, las relaciones no tan buenas que tiene con algunas comunidades. No sólo en Valdivia, también está el problema histórico que la empresa ha tenido con Constitución por el tema de los olores, y eso también lo tomamos. Pero el foco es el terremoto.