El pasajero Jack Endino siempre va a llevar consigo, aparte de sus maletas, un equipaje extra: la historia de haber grabado a bandas de rock que a fines de los '80 tenían nombres desconocidos, pero que en unos pocos años se iban a volver referentes mundiales. Esos grupos de veinteañeros se llamaban Soundgarden, Mudhoney, Screaming Trees o Nirvana, y Endino fue el primero en registrar cómo sonaban.
Casi dos décadas después, a comienzos de 2011, el mismo Endino recaló en Chile, embarcado en uno de los viajes de su apretada agenda de ingeniero de sonido y productor musical. Son viajes que lo han llevado por destinos como Estados Unidos, Irlanda, Inglaterra, México y ahora Sudamérica desde su natal Seattle, la ciudad estadounidense inmortalizada como la "cuna" del movimiento de esas bandas que luego en los años '90 iban a ser etiquetadas y facturadas a gran escala con la palabra grunge.
-Esos que mencionas son los grupos con los que estás posiblemente más familiarizado -dice-. Son grupos con los que trabajé hace veinte años, y todavía todos quieren saber de ellos. Pero desde entonces ha habido trescientos discos más que he grabado, bandas de otros países o de Seattle que no son tan famosas, pero buenas de todos modos. Un buen grupo puede estar en cualquier lugar, famoso o no.
¿Latin? "No significa nada"
Su viaje a Chile es una prueba. El productor tiene en su currículo a grupos como los mexicanos Guillotina o los brasileños Titás, y desde 2011 hay también un grupo chileno en la lista de Endino. El más reciente trabajo del productor acaba de ser Resistance (2011), el nuevo disco de la banda rockera The Ganjas.
-Éste es el país número once en el que estoy. Es algo especial, porque me gusta visitar lugares nuevos, pero sólo lo hago cada dos años, si la oportunidad se da y si el grupo es bueno. Porque es largo… dieciocho horas en un avión -sonríe-. Toma once días sólo recuperarse del viaje.
Endino y The Ganjas se conectaron a fines de 2010, recuerda él. "Y cuando los escuché estaba muy bueno, así que hablamos. Ellos lo hicieron posible. Me gustan las canciones, es una buena banda. No me gusta trabajar con grupos que no son buenos, de ese modo no me puedo concentrar. Si me gusta lo que estoy haciendo puedo trabajar doce horas al día".
-¿Cómo fue el trabajo con ellos?
-Estaban muy preparados, ensayaron las canciones, grabaron casi todo juntos en vivo en el estudio, excepto las voces. Me gusta todo de ellos, el sonido, la composición, los arreglos, las melodías vocales son buenas y no necesitaron ninguna ayuda de mi parte en los arreglos. Las canciones estaban listas. Todo lo que tuve que hacer es sacar la mejor presentación.
Éste es el quinto disco del grupo, que suma así los trabajos The Ganjas (2003), Laydown (2005), Daybreak (2007), Loose (2009) y Resistance (2011), con la actual alineación de la banda, consistente en Rafael Pape Astaburuaga (voz y bajo), Samuel Maquieira y Pablo Giadach (voces y guitarras) y Aldo Benincasa (batería).
-Tres de ellos cantan, así que había que ser muy cuidadosos con las voces -recuerda Endino-. Pero las guitarras, el bajo y la batería fueron todos grabados en vivo. No cualquier grupo hace eso; tienes que ser muy bueno, practicar y ensayar mucho. Muchos de los discos que he hecho, los de Nirvana y Mudhoney entre los más famosos, así es como fueron grabados. Eran buenas bandas en vivo, estaban preparadas, sabían la canción y simplemente grababan.
-Has trabajado con Guillotina en México, con Titás en Brasil, con The Ganjas en Chile. ¿Encuentras algo en común entre ellos por ser latinoamericanos, o no nay nada de eso?
-No tanto, no. No tanto.
-"Latin" es una etiqueta que significa poco.
-No significa nada. Esto no es latino, esto es música rock. Titás es una banda de rock, y sus canciones son muy brasilero, por la melodía. The Ganjas no suenan exactamente como una banda estadounidense. No sé cómo debería sonar una banda chilena, y tal vez hay una diferencia con una banda estadounidense, pero no sé qué es. Guillotina son de México y cantan en español, pero si no fuera por eso no sabría de qué lugar vienen. Es todo rock, y podría ser de cualquier país. Tal como las bandas de Seattle ahora podrían ser de cualquier lugar, ya no hay sólo un sonido. Es sólo rock todo.
-¿El hecho de que The Ganjas canten en inglés aumenta ese efecto?
-Cantan en inglés, pero su inglés es diferente. Lo que pasa con las letras es que en una canción no estás escribiendo una novela. No es Hemingway ni algo así: son imágenes, es una foto, pintas una imagen con palabras, no cuentas necesariamente una historia. Las letras en inglés de The Ganjas son de verdad bastantes buenas. Ni yo puedo escribir letras en inglés muy bien -sonríe-, me cuesta mucho. Es más fácil para ellos.
-Siempre les preguntan eso: por qué cantan en inglés.
-Es lo que yo les pregunté. Y es porque les gusta como suena.
La mañana siguiente (y las subsiguiente)
Los prodigiosos inicios de Endino como productor musical están marcados por los primeros discos que grabó, y que incluyen registros como Screaming life (1987), el primer EP de Soundgarden; Dry as a bone (1987), de Green River; Superfuzz bigmuff (1988) y Mudhoney (1989), de Mudhoney; Buzz factory (1989), de Screaming Trees; y el más famoso de todos: Bleach (1989), el primer disco de Nirvana.
Después de eso han seguido títulos como Up in it (1990), de Afghan Whigs, y The winding sheet (1990), de Mark Lanegan. Y luego vino la transformación de toda es música en moda, estrellato y posterior decadencia hacia fines de la década.
-Lo llamé la resaca -define-. La resaca del grunge, la mañana siguiente. A comienzos de los '90 Seattle era la gran cosa, los sellos grandes iban allá, todo el mundo firmaba contratos disqueros. Había un chiste, una polera que decía "Fui a Seattle y todo lo que conseguí fue este asqueroso contrato discográfico". Era 1993, y por Nirvana, Screaming Tres, Alice in Chains o Soundgarden la instrucción era firmar a una banda de Seattle.
Endino también estuvo ahí para ver la continuación de la historia.
-Por supuesto todo era basura, un año más tarde estaban todos despedidos. Para mediados de los '90 se había acabado. Nadie quería escuchar a otra banda de Seattle. Yo no quería escuchar a otra banda de Seattle, y es la razón por la que empecé a viajar cuanto pude por otros países, para salir de Seattle y de la cosa del grunge. En los '90 todos querían sonar como una banda de Seattle, y por eso era a mí a quien llamaban, pero yo no estaba interesado en hacer el mismo disco una y otra vez.
-¿Qué queda?
-En 1998 se volvió Ok ser una banda de rock en Seattle de nuevo, hubo una serie de buenas bandas -dice, y menciona a nombres como The Makers o Magazine Devils-. Las cosas se han calmado en Seattle. Hay muchos grupos buenos, de cualquier estilo. Podría ser una banda country, o una banda de improvisación hippy, o jazz… cualquier cosa, en tanto sea bueno. La mayor parte de los '90 estuve viajando, siguiendo esta vía grunge que empezó en Seattle. Ahora eso terminó, lo que está bien: ésta (The Ganjas) no es una banda grunge, no tiene nada que ver con Seattle. Esa es la razón por la cual empecé a tomar trabajos en otros países. Porque la música es distinta.