McCluskey y Humphreys, con una historia en común que se remonta a principios de los 80, volvieron a reunirse en 2007. El año pasado se atrevieron con un nuevo álbum.
PíasMADRID.- Han pasado más de treinta años desde que lanzaron su primer álbum, y menos de un lustro desde que su núcleo se reuniera, pero Andy McCluskey, cofundador del grupo OMD, asegura que el grupo atraviesa una época "muy emocionante" y que están con todo el vuelo para "intentar crear otra vez el sonido del futuro".
Otra vez, porque los integrantes de la agrupación, que actúa este martes en Madrid y el miércoles en Barcelona, aseguran que ya lo hicieron a principios de los ochenta, cuando lanzaron discos que hasta hoy marcan el estilo y sonido de diversas bandas.
"Ellos aman la música electrónica, treinta años después vuelve a estar de moda", dijo McCluskey en referencia a grupos como Hot Chip, MGMT o Cut Copy, que han triunfado en los últimos años con un electro pop de claras reminiscencias ochenteras y al sonido de sintetizadores.
Todo lo contrario de lo que vivieron en sus inicios, cuando el prog rock de los setenta movía masas. "Todos mis amigos escuchaban Genesis y Pink Floyd", recuerda.
Pero un día de 1975, en la radio, McCluskey escuchó Autobahn, de los alemanes Kraftwerk. "¡Guau, es diferente, me gusta, las melodías son realmente interesantes!" recordó —no sin cierta nostalgia— haber pensado en aquella ocasión.
El músico quedó tan impresionado con el sonido de la banda germana pionera en la electrónica, que ese mismo año fue a verlos al concierto que dieron en el Liverpool Empire Theatre.
"Puedo recordarlo perfectamente, fue el 11 de septiembre y me senté en el asiento Q36", relató emocionado. "Cuando los vi aparecer con baterías electrónicas y sintetizadores pensé 'quiero hacer eso'. Aquel fue el primer día del resto de mi vida", aseguró.
Junto a uno de sus amigos de la infancia, Paul Humphreys, emprendió varios proyectos, hasta que en 1978 crearon a Orchestral Manouvres in the Dark (concepto que abrevian en la sigla OMD). "Sólo nos contrataron para un concierto, pero tuvo tanto éxito que pronto nos propusieron dar otros", rememoró.
"Electricity", "Enola Gay" y "Souvenir", fueron algunos de los éxitos que impusieron sin señales de desgaste, hasta que en 1988 vino un gran cisma, que no sería más que la antesala hasta el definitivo final. Fue la nueva ola de grupos llegados del Reino Unido la que inició la decadencia de OMD. "Todas las generaciones rechazan a la anterior. En los noventa el monstruo de la música rock volvió en forma de britpop, que se oponía a la música electrónica", apunta McCluskey.
Por eso en 1996, cansado del desinterés del público por la antigua electrónica, el fundador de la agrupación se dio por vencido: "Estábamos solos, las modas habían cambiado, las bandas de sintetizadores ya no se llevaban", comenta.
Pero el rechazo generacional que tanto daño les hizo en los noventa, les volvería a poner en órbita a mediados de la década pasada, cuando la influencia de grupos como Oasis y Blur comenzó a diluirse en favor del rescate del viejo electro pop.
"Había nuevos artistas que nos mencionaban como influencia, nuevos fans, así que en 2007 nos pusimos en gira, dimos cuarenta conciertos en Europa", cuenta sobre el momento en que regresó con Paul Humphreys. "Creo que volvíamos a disfrutar los dos juntos", señaló.
El grupo terminaba así con años de disolución, en los que ambos, en distintos momentos, aprovecharon la herencia de su banda de origen. Humphreys incluso anota un paso por Chile en 2006, cuando llegó para recrear los éxitos de OMD y de Propaganda junto a Claudia Brücken, ex cantante de esta última agrupación.
Tras la gira de regreso, en 2010 McCluskey y Humphreys publicaron un nuevo disco, History of Modern, en el que, como curiosidad, incluyeron "Sister Marie Says", una canción que descartaron cuando eran jóvenes "porque se parecía demasiado a 'Enola Gay' ".
Sin la presión "de que la compañía te diga que tienes que tener listo el nuevo disco para Navidad", y con la misma libertad que sentía cuando era un adolescente, McCluskey concluyó: "Si seguimos teniendo buenas ideas puede que aguantemos mucho tiempo".