Hecho a propósito o no, es casi un ejercicio de escuela el que este grupo chileno propone y resuelve en la tercera de estas canciones. Se llama "Un minuto" y es una tarea bien hecha para alguna asignatura imaginaria sobre arreglo musical: empieza con timbres acústicos de guitarra y contrabajo a un pulso de swing ligero, y luego la misma composición cambia de vestidura y se transforma en pop rock eléctrico sobre un compás más marcado. Ahí se notan al mismo tiempo el carácter general y la distinción de Tejado Pimiento: una banda chilena de pop rock con buenas herramientas para componer canciones.
Esta es la segunda grabación del grupo después de un disco de larga duración llamado Triciclo (2006), y un dato general por ejemplo es que la banda fue ganadora en 2008 de "Garage music", programa de TV por un tiempo se volvió una especie de fábrica de grupos chilenos de melodías pop rock como éstas, del tipo de Los Humberstones, Los Cosmoparlantez o los propios Tejado Pimiento. Las seis canciones de Nuevo pulso son coherentes con ese dato, y aquí se escucha ese mismo colorido, nunca estridente y hecho a base de guitarras y teclados además de bajo y batería.
En esas ligas Tejado Pimiento tiene además cómo llamar la atención. El cantante, guitarrista y tecladista Nicolás Emden muestra un gusto claro por las melodías, una buena voz para cantarlas y la actitud para escribir versos como "Y la porquería de la tele no es capaz de entregarme lo que necesito más" en esa misma canción con dos vestiduras del comienzo. Se oyen modulaciones creativas al interior de varias composiciones, y la última de ellas, "Campanas de agua", sube cinco veces no sólo de tonalidad sino también de intensidad, lo que implica además una prueba de rango vocal para el cantante. Otra prueba bien lograda en este disco de pop rock con sello personal en los detalles.