QUITO.- La cantante española Concha Buika brilló y conquistó al público ecuatoriano en su primera actuación en el país, que formaba parte del concierto inaugural del Festival Internacional de Cantautores que se desarrolla estos días en Quito.
La artista saltó al escenario con “Oro Santo,” escoltada por un piano y un cajón flamenco, sus únicos acompañantes en una actuación que duró aproximadamente dos horas y que, en más de una ocasión, puso a los presentes en pie por la emoción.
El Teatro Nacional Sucre, el más importante del país, estaba repleto y la cantante de flamenco no defraudó a sus seguidores.
Buika, con un vestido con lentejuelas, brilló en Quito como la gran estrella que es, al tiempo que su ropa relucía entre la oscuridad con sus movimientos de cadera y su voz resplandecía en medio del silencio.
Con la humildad que le caracteriza, al inicio del concierto presentó al maestro Iván Melón en el teclado y al maestro Ramón Porris en la percusión y se dirigió a su público que, según ella, "está lleno de maestros también".
Buika, antes de cantar “Volver” de Carlos Gardel, dijo que siempre que va a un sitio que le gusta deja algo suyo para poder regresar a buscar ese objeto. “He decidido dejar aquí mis zapatos de andar lejos,” aseveró.
Antes de interpretar el tema, “Se me hizo tan fácil,” Buika dijo que de “su mama Chavela (Vargas)” aprendió a “desdramatizar el amor,” porque el enamorarse es caminar rumbo a una persona, mientras que desenamorarse significa volver a andar hacia uno mismo, por lo que “aunque no lo parezca siempre se gana".
La artista no paró de interactuar con el público, explicó aventuras y anécdotas propias, que los presentes recibieron con carcajadas.
Una de estas historias,relató, es que un día cuando era pequeña estaba ensayando en el coro de una parroquia cuando, de repente, la maestra dijo: “hay alguien cantando mal, como un perro” y todas las chicas clavaron su mirada en Buika. Entonces la maestra hizo que la niña se sentara a su lado, le dio una coca cola y la pequeña se pasó el ensayo susurrando las canciones, con temor de que la escucharan.
"Mi voz tiene tela, pero sé cómo usarla,” dijo la artista y, entonces empezó a realizar sonidos melódicos con su garganta. Por suerte, Buika no desistió en dejar el canto y hoy interpretó a la perfección el tema de Chavela Vargas “En el último trago,” que hizo que los presentes se levantaran.
A lo largo del concierto, la cercanía, la sencillez y la entrega de la cantante conquistó al público que aplaudió enérgicamente cada pieza que la artista interpretó.
Y es que la velada de hoy, como dijo la misma Buika, fue “una noche mágica” y, mucho de ello, gracias a que la cantante se dejó piel y alma encima de un escenario, algo que los presentes supieron valorar y devolverle a través de su calor.
"Dedico esta canción a todos los ecuatorianos del mundo,” resaltó Buika antes de dar paso a uno de sus grandes temas “Mi niña Lola,” con la que ganó en 2007 los premios de la música, dentro de la categoría de mejor álbum en español, que otorga la Academia de las Artes y la Ciencia de la Música de España.
Al final del concierto, el público no dejó que la cantante se fuera y Buika agradeció este recibimiento interpretando varios temas más. A la actuación de Buika le precedió la de la cantautora ecuatoriana Gloria Arcos. Arcos, vestida de blanco y descalza, deleitó a los presentes con una potente voz que ella misma acompañó con una guitarra.
Interpretó temas propios como “Se me clavó la luna” o "Enyutados,” mientras que uno de los momentos más bonitos fue cuando su hija cantó con ella una pieza. Ambos espectáculos formaban parte del concierto inaugural del "Encuentro Internacional de Cantautores,” que tendrá lugar en el Teatro Nacional Sucre hasta el próximo sábado 26 de junio.
Este certamen cuenta con la presencia de reconocidos artistas a nivel internacional como el israelí David Broza, los españoles Javier Ruibal y Quique González, el argentino Víctor Heredia o el nicaragüense Perrozompopo.
