Claudio Arredondo, la directora Monserrat Estévez, el dramaturgo Egon Wolff y la actriz Gabriela Medina, forman el equipo que da vida a ''Háblame de Laura''.
Centro MoriSANTIAGO.- En la realidad priman la complicidad y el cariño. En el drama imperan la frustración y un humor negro extremo, que parcha los efectos de la rutina. Dos relaciones totalmente distintas, pero materializadas por los mismos rostros: Gabriela Medina y Claudio Arredondo, madre e hijo en la vida real, y que representan esa misma relación en "Háblame de Laura", la obra que esta noche estrenan en el Centro Mori de Bellavista.
Se trata del texto que el destacado dramaturgo Egon Wolff ha calificado como el "más querido" de su producción, y en el que muestra a un vendedor de zapatería consumido por la maquinaria productivista, que culmina cada día con el arribo a la casa que comparte con su madre.
El montaje es el segundo que la obra tendrá en Chile, luego de que en los 80 fuera representada por Gloria Münchmeyer y Héctor Noguera. "Yo no la vi. Sabía de qué se trataba, pero no la había leído, así es que fue un descubrimiento, sobre todo al ver lo actual que es. Le decía a don Egon que yo no sé si él se habrá dado cuenta de lo actual que podía ponerse lo que escribió, porque la sociedad de mercado está mucho más salvaje ahora que entonces", dice Arredondo.
Ello se aprecia "especialmente en el hijo, porque él es un vendedor de calzado siempre al borde de que lo echen, de quedar sin trabajo", explica Medina, resaltando la condición de "descartable" con que se trata al personaje de Arredondo. Éste, a su vez, lo resume en un pasaje de la obra: "Los humanos se dividen en lobos y corderos. Los corderos ponemos el cuello para que lo muerdan los lobos. Los mansos de espíritu estamos para saciar la codicia de los duros, que han logrado hacer de esta vida un gran desperdicio. Y a los duros les puedes poner nombre el nombre que quieras: La Polar, el retail, todos los que abusan de la gente".
Después de conocer esos planteamientos, ambos actores dicen comprender por qué Wolff se siente tan cercano a la obra. "Fue una carga tremenda para nosotros, porque nos dijo que ésta era la obra que consideraba más propia, de sus entrañas, la que más quería, y que en Chile nunca había sido muy reconocida, aunque es muy montada afuera. Él cree que Chile tenía una deuda con esta obra", dice Arredondo, mientras su madre aclara que "esperamos pagársela".