LOS ANGELES.- El actor Tom Hank admite que en los años setenta tuvo sus días negros: no tenía trabajo y no sabía qué hacer para pagar su casa. Ese complicado periodo de su vida inspiró su segunda cinta como director, "Larry Crown", que protagoniza con Julia Roberts.
"Cuando vives un momento como este, nunca lo pierdes", comentó Hanks en una conferencia de prensa en Beverly Hills al recordar los años en los que peleaba por obtener un papel en lo que fuera en Los Angeles de los 70, recién casado, con hijos pequeños y una vivienda que pagar.
Aunque parezca insólito, Hanks, que calificó su obra "como una comedia adulta", sostiene que sabe muy bien de crisis financieras y admite que esa sensación de que todo puede irse por la borda en un segundo jamás se va.
Declaraciones que sonaban raras en boca de un actor que llegó a cobrar por "Angeles y Demonios" 50 millones de dólares, "Forrest Gump" (1994) dejó 70 millones en su cuenta bancaria gracias a la recaudación de taquilla y colaboración en producción, y sólo su voz en "Toy Story" se valoró en 15 millones de dólares en su tercera entrega.
En "Larry Crown", comedia romántica agridulce que se estrena el viernes en Norteamérica, Hanks figura como productor, guionista (junto a Nia Vardalos), actor y director.
"Larry", el protagonista encarnado por Hanks -de 54 años-, es gerente en un gran supermercado de suburbio y cuando cree que va a recibir un ascenso, lo despiden por falta de estudios superiores.
El actor de "Philadephia" recordó como tras terminar la secundaria atravesó por una crisis porque no sabía qué hacer con su vida, y optó por ir durante dos años a una escuela comunal donde conoció a gente de todo tipo, como lo refleja en su película.
"Queríamos reflejar el mundo tal cual se ve en la actualidad, particularmente en una escuela comunitaria" donde imparten cursos para salir adelante con ciertas destrezas técnicas, dijo Hanks.
"No es una crisis de los 50, en un desastre de vida a esa edad", apuntó Hanks, al defender la cinta que empezó a escribir hace seis años, de bajo presupuesto, filmada en un suburbio al norte de Los Angeles y que contó con varias estrellas de peso, como Julia Roberts.
"Con Tom somos amigos y me encantó que me invitara a trabajar con él porque me pareció desde el principio una historia universal", dijo la actriz al hablar de su papel como profesora de un instituto universitario con estudiantes de generaciones distintas.
"La historia era encantadora y además de actualidad, por todos los personajes que han perdido la fe y tratan de enfrentar el mal momento redescubriéndose por sí mismos", dijo la actriz de "Mujer bonita".
Otra de las actrices de esta historia, en la que también participa el venezolano Wilmer Valderrama, es Taraji P. Henson, nominada al Oscar por su papel en "El curioso caso de Benjamin Button" (2008), y que aceptó el papel sin leer el guión: "Si Tom Hanks estaba haciendo una película yo quería estar allí como fuera", dijo.
"Tom sigue siendo una súper, superestrella con los pies en la tierra, lo cual hace que sea más fácil para él desempeñar personajes comunes, de gente normal", opinó Henson.