Suda para mí una vez más. Los Tres, veinte años después de sudar. El concierto de conmemoración de las dos décadas de su disco debut dejó a gente fuera del Teatro Caupolicán.
Marta OleaVa a ser necesario ir a alargue para hacer caber todo lo que Los Tres tienen que tocar en el concierto de celebración de los veinte años de su primer disco, Los Tres (1991). Hará falta un primer tiempo para una selección de éxitos y canciones nuevas, una segunda fracción para tocar completo ese disco histórico y justos dos tiempos suplementarios para terminar todo en una fiesta digna del acontecimiento.
Porque no va a ser sólo recuerdo. Todavía no pasa un año desde que el grupo publicó Coliumo (2010), es decir el otro extremo de su carrera: es el disco nuevo de Los Tres, que contiene algunas de las mejores canciones chilenas de la temporada, y la banda da pruebas de vigencia al tocar tres de ellas sumadas al arsenal de éxitos que tienen para elegir entre sus siete álbumes grabados en estas dos décadas.
La fila avanza más de media cuadra por calle San Diego desde la esquina hasta la entrada del Teatro Caupolicán cuando faltan quince minutos para el show y el teatro ya está copado en cancha y graderías con una audiencia que va a superar las seis mil quinientas personas, según los organizadores. Adentro, el monumental telón brillante de fondo y el vestuario de los músicos anuncian un concierto impecable y de etiqueta que se inicia con las guitarras bluseras de "Hojas de té", la fábula rocanrolera de "La torre de Babel" o un par de muestras de las mejores melodías de los discos La espada y la pared (1995) y Fome (1997) en "Te desheredo" y "De hacerse se va a hacer", entre otras selecciones.
Con los éxitos "Déjate caer" y "La espada & la pared" guardados para el final del primer tiempo, Los Tres dejan en claro además el espíritu de revisión del repertorio, ceñido a las versiones originales de los discos. Casi una hora más tarde, ya entrado el último segmento del concierto, Álvaro Henríquez vuelve a dar esa muestra de canción personal con guitarra eléctrica que suele hacer en "Me arrendé" y con la que ahora se ve como un adelantado a la nueva generación de solistas chilenos. Y poco más tarde el público empieza espontáneo a silbar y hacer palmas como anuncio de tres cuecas de Roberto Parra, una de ellas "El conventillo" a dúo entre el guitarrista Ángel Parra y el acordeonista invitado permanente que es Cuti Aste.
-Concepción todavía está en el suelo… "reconstrucción": segurito -ha dicho ya a esa altura el cantante, en un ajuste de cuentas personal de vuelta en la contingencia y con la invitación a una sonora pifia de seis mil personas al Presidente, antes de otra de las canciones del nuevo disco, dedicado a las víctimas del terremoto que asoló el año pasado la ciudad natal del grupo. Es "Hoy me hice la mañana", una de las melodías emocionantes de Coliumo, rematada por un "Viva Conce" de parte de Henríquez. Hacia el final, un nuevo bis más inesperado dará por cerrado el concierto entre el voltaje declarado de "Bolsa de mareo" y la versión de "Tu cariño se me va" con Buddy Richard traducido siempre a ruido de guitarras eléctricas.
En medio acaba de operar la máquina del tiempo. "De ahora en adelante, para todo el disco, Titae en contrabajo", presenta el cantante al bajista Roberto Titae Lindl, que de hecho toca nueve de las diez canciones del primer disco sobre las cuerdas acústicas del contrabajo. Los Tres recrean en el mismo orden esas melodías del '91 y es un privilegio apreciarlas en retrospectiva: funk auténtico con incrustación de cueca chora igual de auténtica en "Somos tontos, no pesados", rockabilly estricto en "El haz sensor", "Sudapara" y "La primera vez", swing y jazz en "Flores secas", melancolía en "Pájaros de fuego", una prueba de reggae con "En Jamaica", bolero en "Un amor violento", blues en tonos menores en "Amores incompletos" y escuela de jazz guachaca en "He barrido el sol".
Ni va a ser sólo recuerdo, ni el recuerdo va a ser sólo nostalgia. En cualquier momento aquí dentro es posible girar la cabeza en trescientos sesenta grados y hacer un paneo circular por el teatro, para ver a miles cantando al unísono que por ejemplo un amor violento nos deslumbró y un amor violento nos fulminó, o que simplemente en un instante todo se vuelve realidad. Y luego al salir y caminar apenas unas cuadras rumbo a la Alameda es posible llegar a alguna esquina de la Plaza Almagro en la que hace los mismos veinte años, una tarde cualquiera de 1991, al aire libre, en algún concierto organizado por la municipalidad para los vecinos del barrio, está actuando gratis una banda nueva llegada a Santiago y llamada Los Tres, y tocan las canciones de un primer disco sorprendente que está por salir. Con el tiempo varias de esas canciones serán éxitos, pero desde ya son los cimientos sobre los que este grupo va a construir veinte años de música o más para guardar en la memoria.
El repertorio
Cinco canciones de La espada y la pared (1995), cinco de Fome (1997), tres del disco Unplugged (1996), tres de Coliumo (2011), una de Se remata el siglo (1993), una de La sangre en el cuerpo (1999) y una de Hágalo usted mismo (2006), además de las diez del disco debut Los Tres (1991) dieron forma al repertorio del grupo. La siguiente es la lista:
El aval (del disco Se remata el siglo, 1993)
Hojas de té (La espada y la pared, 1995)
La torre de Babel (Fome, 1997)
Rosas al altar (Coliumo, 2010)
Cerrar y abrir (Hágalo usted mismo, 2006)
De hacerse se va a hacer (Fome, 1997)
Te desheredo (La espada y la pared, 1995)
Morir de viejo (La sangre en el cuerpo, 1999)
Cárcel, hospital y cementerio (Coliumo, 2010)
Déjate caer (La espada y la pared, 1995)
La espada & la pared (La espada y la pared, 1995)
Segunda parte (Los Tres, 1991)
Somos tontos, no pesados
El haz sensor
Sudapara
Flores secas
Pájaros de fuego
La primera vez
En Jamaica
Un amor violento
Amores incompletos
He barrido el sol
Bis
Me arrendé (Fome, 1997)
Hoy me hice la mañana (Coliumo, 2011)
El conventillo (de Roberto Parra)
El arrepentido (de Roberto Parra – Unplugged, 1996)
La vida que yo hey pasado (de Roberto Parra – Unplugged, 1996)
Quién es la que viene allí (de Roberto Parra – Unplugged, 1996)
Segundo bis
Jarabe para la tos (Fome, 1997)
Bolsa de mareo (Fome, 1997)
Tu cariño se me va (de Buddy Richard – La espada y la pared, 1995)