SANTANDER.- La cantante mexicana
Lila Downs cree que la educación puede ser “una solución” frente a la violencia y el machismo que sufren las mujeres más humildes en su país, mujeres que siguen inspirando las canciones de una artista que vuelve a reivindicar el “orgullo indígena” en su último disco.
Pecados y milagros es el título del nuevo trabajo de Lila Downs, que saldrá en otoño pero que ya está desgranando, junto a su banda, en su gira por España, un país que para ella representa “la afinidad y también el dolor”.
La próxima parada será Santander, donde actuará mañana, dentro de la programación cultural de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Allí ha hablado hoy a los periodistas sobre las canciones que acaba de componer, sobre su “pelea” por la identidad indígena y sobre su labor en Oaxaca para que las mujeres indígenas se eduquen y se conviertan en líderes capaces de transformar sus propias comunidades.
Canciones mixtecas: la educación nos hace libresLila Downs, que desde hace una década colabora con el proyecto que, con ese objetivo, desarrolla la Casa de la Mujer, ha contribuido a que 72 niñas que habían dejado sus estudios acaben su formación de bachiller o incluso, vayan a la universidad. “Es muy impresionante ver el cambio en esas mujeres que vienen de comunidades indígenas”, ha subrayado.
Cada vez que le hacen una entrevista fuera de México, le preguntan por la solución a la violencia y el machismo en su país. Y, ese proyecto, ha explicado, es “una de las cosas más positivas" en las que puede pensar.
"La educación nos libera, hace que la mujer pueda tener una manera de decidir, especialmente cuando viene de una situación muy humilde y de una situación social, como yo misma he vivido, en la que el varón no te respeta por ser mujer. Así, que yo las defiendo y peleo por ellas,” ha afirmado.
En sus últimas canciones habla sobre el mezcal, el “elixir” que los mexicanos “ofrendan a los dioses,” y también de las mujeres indígenas que muelen el maíz para hacer las tortillas, un proceso que describe como “mágico”.
"Vas viendo cómo se cuece el maíz y cómo vamos llorando las lágrimas de nuestra angustia. Y les beso las manos porque siento que su espíritu nos sacará adelante,” ha relatado Lila Downs, quien ha compuesto esa canción precisamente porque siempre la preguntan por la violencia en México y ha querido cantar a esos símbolos que “dan fuerza.”
De madre mixteca y padre estadounidense de origen escocés, la búsqueda de la identidad ha sido “muy importante” a lo largo de su carrera porque a los mexicanos se les “ha negado el orgullo indígena durante muchos años, cientos de años.”
Su “pelea en la música,” ha dicho, ha sido esa pero también la inmigración, a la que ha dedicado muchas canciones, “al ser también una niña yanqui,” que hablan de esa “doble cara” de un Estados Unidos que necesita mano de obra económica, mientras “las vidas de los inmigrantes no son tenidas en cuenta, como si fueran animales.”
En su concierto de mañana, para el que están agotadas las entradas desde hace semanas, volverá a probar si “funcionan” las canciones de su nuevo disco. “Somos músicos tradicionales, a la manera del circo, vas probando tu material con el público, con los distintos seres humanos con los que compartes este camino del arte”.