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Más allá del arcoiris

"Tienes / llamadas perdidas de tu corazón", avisa una solista chilena en su adictiva primera canción, titulada igual que su primer disco: Llamadas perdidas (2011). Estos son los viajes y las experiencias detrás de esta nueva cantante de apellido y sonido policromado.

21 de Julio de 2011 | 20:40 |

Ha cantado y tocado el piano por igual en bares y salas de clases, en Santiago y en regiones, en Chile y en Estados Unidos, en tierra firme y sobre el mar incluso, es decir como pianista arriba de un crucero. La cantante chilena María Colores está mostrando en estos días el primer disco de su vida, pero ya trae capítulos escritos desde antes, y parte de esa historia se oye en su debut, titulado Llamadas perdidas.


"Llamadas perdidas" es también la canción pop que ha hecho sonar en redes y radios desde la edición del disco, en mayo, y que volverá a cantar este jueves 21 de julio en la apertura de un ciclo de músicos en vivo en la Sala SCD (ver recuadro). Y es una de las melodías para pianos y guitarras que se escucha en el repertorio multicolor del disco, muy a tono con una cantante llamada María Colores.


-Es bonito el cambio que se ha producido a través de la radio -dice a propósito del efecto de esa canción, amplificado por el de su videoclip, mientras en paralelo ella sigue con el sostenido ritmo de actuaciones que ha tenido por más de un año. María Colores es anfitriona de las sesiones de micrófono abierto, es decir con invitados espontáneos, que cada semana funcionan en el pub La Casa en el Aire del capitalino barrio Bellavista; trabaja tocando covers en restaurantes y ahora ha empezado además a presentar las canciones de Llamadas perdidas en directo.


-¿Se nota el efecto de haber sacado un disco en los últimos meses?
-Impresionante. Por suerte he estado todo el rato en la música, porque hace un año que ya vivo de eso aunque no sea la mía en un cien por ciento, cantando covers o lo que sea. Pero ahora me estoy acercando a vivir de la música que hago yo y me cambió la vida ciento por ciento.


Es un hit, es un hit


"Tienes / llamadas perdidas de tu corazón", avisa María Colores en su primera canción, que compuso en mayo de 2010, misma época de la que data la mayoría del repertorio del disco. Y hoy, a sus ventinueve años, ya tiene música inédita para un segundo trabajo.


-Me gusta estar componiendo. Hace dos semanas agarré el cuatro y compuse un tema y quedó ahí: es un hit, es un hit, pero me salió natural -cuenta, y ya está tocando esa canción en sus conciertos. Se llama "Relámpago".


-Cuando hiciste "Llamadas perdidas" ¿también supiste que era un hit?
-También. ¡Sí!  Paro jamás compongo pensando en eso. Creo que tengo tan metido en mí el formato canción que las melodías simplemente salen. Tengo una estructura clara que repito mucho en mis canciones, me gusta ese orden, la repetición de coros.


Iniciada en la guitarra en 2001 y en el piano en 2002, cuando entró a la Escuela Moderna de Música, María Colores estudió composición durante dos años y se dedicó a aprender de géneros como el jazz, aunque recuerda que ya desde entonces escribía canciones. "Pero no las cantaba. Las tenía hechas. Y después de eso dije 'Tengo que viajar', y me fui en un crucero", recuerda. "Y ése es el viaje que me cambió la vida, pero en trescientos sesenta grados".


Conexión Alaska o el Crucero del Amor


María Colores se embarcó en dos cruceros consecutivos, con destino final a Alaska entre otros rumbos, en 2008 y 2009, primero como vendedora en una tienda a bordo y luego como pianista.


-Pero en el primero estaba acostumbrada a tocar piano todo el rato en el barco. Nunca iba a dejar la música, porque si fui como vendedora fue para juntar plata y volver a Chile para estudiar, o para irme como pianista. Era una salida, un trabajo que me permitía también escaparme, viajar, hablar inglés, y que me dio más seguridad en mí misma, para comportarme como quería.


-¿Qué música tocabas en el crucero?
-Había un libro de trescientas canciones que eligieron los gringos con arreglos para saxo, batería, y yo tenía que tocar el teclado con distintos sonidos, piano, marimba… También iba a tocar el piano cuando al director le daba lata levantarse de la cama y me mandaban a mí a los cócteles. Pura música obviamente en inglés: Michael Jackson, Elvis Presley, música desde los '50 a los '90, para bailar, Kool & the Gang, Earth, Wind and Fire.


-¿Cómo fue el segundo viaje?
-No lo recuerdo tan bacán como el primero, aunque siendo pianista incluso ganaba más plata y trabajaba menos, entre una hora y tres diarias, cuando como vendedora trabajaba caleta. Pero en el primero estaba la amistad de la gente con la que me junté, era mi primera vez y lo único que quería era conocer, tuve experiencias lindas con amigos mexicanos de otra banda que había en el barco y que todavía me escriben, uno de ellos se casó con una rusa… Son muy divertidas las parejas que se generan en el barco.


La cantante motivó de hecho también a embarcarse a su hermano, un diseñador que partió como DJ  a bordo, que en el crucero conoció el buceo y que ahora se dedica a eso en Tailandia. Y recuerda también a otro de sus amigos, un sonidista ecuatoriano que se casó con una bailarina de Europa del Este que trabajaba en el barco.


-Era El Crucero del Amor ese.
-El Crucero del Amor -se ríe-. No sé, muchas veces pasa que las parejas son de momento porque la gente se va todo el rato, pero también se producen encuentros. A uno de mis mejores amigos lo conocí en el barco y después me alojó dos meses en Nueva York. Y todavía somos como hermanos.


Micrófono abierto: todo tiene una conexión


De vuelta en tierra firme, María Colores se encontró desembarcada en EE.UU.: su siguiente domicilio iba a quedar en el estado de Milwaukee, para seguir viajando y esta vez para componer sus primeras canciones, en guitarra y en inglés y hasta llegar a Nueva York.


-Ése fue el viaje más importante, porque ahí empecé a cantar. Cuando me fui a Estados Unidos ya perdí el miedo con todo, me puse a componer canciones y las cantaba todos los días. O sea, en seis meses debo haber cantado unas cien veces en vivo, sin que me pagaran.


-¿En qué lugares?
-En micrófonos abiertos. Por eso yo hago el micrófono abierto ahora. Todo tiene conexión.

Su primera vez sola sobre un escenario con canciones propias fue en 2009, en Milwaukee. "Un día lunes, en en Up & Under Bar, que quedaba a una cuadra de mi casa", recuerda. "Tengo un cuadernito con las letras de la canciones que seguramente deben haber sido las primeras que anoté, en inglés. Veinte, treinta canciones en inglés. Debo haber hecho una o dos en español, no más".


Su primera vez sola en Chile en cambio fue para su regreso, en enero de 2010, en el club Subterráneo de la capital, seguida por otras en el Phone Box, donde organizó sus primeras sesiones a micrófono abierto en Santiago. Y en el mismo año conoció al cantante porteño Chinoy, según recuerda, cuando aun no se presentaba como María Colores.


-Ahí todavía yo no tenía nombre, y estaban mis canciones todas en inglés, pero en esa época empecé a componer en español. Después de conocer al Chino compuse "Llamadas perdidas". Nos conocimos en un momento en que yo estaba recién llegada, y él ya venía con un camino recorrido aquí, pero después nos reencontramos y yo ya tenía muchas canciones nuevas y el carrete de haber tocado.


Y su primera vez como María Colores, bautizada así por su hermano, fue hacia junio de 2010, según termina de reconstituir. "Una vez antes toqué como María sola. Pero cuando me llegó el nombre fue como empezar del principio de nuevo. Como plantar un árbol, pero ya avanzado. Harto. Creo que venía con todas las semillas de Estados Unidos, de los viajes".


Mi productor ama a Regina Spektor


Es a trío que María Colores grabó Llamadas perdidas este año, con los músicos Max Flynn (bajo) y Felipe Greene (batería). "Eso ahora para mí es un tema, porque todo el mundo me invita a tocar sola, y me encanta hacerlo porque estoy acostumbrada: si es que he tocado quinientas veces, cuatrocientas cincuenta han sido solas. Pero encuentro rica la energía que se produce con la banda".


Como resultados de esos viajes se escuchan ahora entre las canciones del disco las variedades pop de "Paraíso" y "Tren de tiempo", el folk de "El mundo de tu mano", dedicada a Chinoy, letras en inglés en "Hello", "My own sky" o "Missed calls" y un sonido de piano y voz de mujer en "Llamadas perdidas" que le ha valido comparaciones con cantantes como la mexicana Ximena Sariñana o la moscovita-neoyorquina Regina Spektor.


-¿Te gusta Ximena Sariñana?
-Me han comparado con ella, pero sabes que no la conozco.


-¿Y Regina Spektor?
-A ella la cacho. Pero la conocí después de componer "Llamadas perdidas" -sonríe-. Cuando la escuché pensé que de todas maneras me iban a relacionar con ella, y cuando decidí que ése iba a ser el single me quedó más claro que iba a aparecer esa asociación. Pero si indagas un poco en mi disco y en el de ella son totalmente distintos. "Llamadas perdidas" tiene una similitud, quizás por el arreglo de piano, y lo más chistoso de todo es que el arreglo de piano es lo únco que no hice en Llamadas perdidas.


Ese arreglo de piano fue hecho por el productor del disco, Mauricio Dell, acredita la cantante. "Y es justo lo que más se parece a ella en el estilo de tocar. Porque mi productor ama a Regina Spektor. Pero suena distinto si toco el tema en guitarra, que de hecho lo hago, o con ritmo de bossa. De todos modos yo le escribí al productor de la Regina Spektor. Le puse Hola, sabes que curiosamente me comparan mucho con ella".


–¿Sí? ¿Y qué te dijo?
-Dijo que no se parecen en nada -sonríe María Colores-. Y que le había gustado mucho mi disco y buena onda.


Por creer en la magia


-Tus canciones suenan luminosas y optimistas. ¿Se genera el mismo efecto en la gente que las escucha, cómo ha sido eso?
-O sea, para mí es lo más importante. A veces escucho música ahora y hay unas letras tan banales. Porque ahora me fijo más en las letras. También valoro la melodía, la música, pero a veces pienso qué superficial, qué huevón, qué superfluas las letras, muy de cuerpo, me deja de gustar un poco la canción por eso, cuando es demasiado banal ya no le presto atención. Pero eso es un tema mío, decidí cantar sobre conciencia, sobre el tema invisible y espiritual de la vida que es tan importante, que es más importante que todo lo otro, porque el que tú vivas así hace que todo lo demás que va por fuera cambie.


"De hecho todas las cosas que me están pasando es por la forma que tengo de ver la vida", continúa. "Por creer en la magia, por hacer conexión con todo lo que me ocurre, por cachar que cada cosa que me pasa tiene un significado y está todo relacionado, y por tener claro lo que quiero. No sólo porque yo fuera talentosa o qué sé yo. Es un tema mucho más profundo detrás. Y eso es lo que trato de cantar. Y es lo que pasa cuando alguien me dice que yo le sano el corazón o que le alegré la vida o el día, o que la motivé para hacer otras cosas o que le cambié la forma de pensar…"


–¿Y te pasa eso mismo, pero a ti con otros músicos?
-Uy, buena pregunta, pero no sé. Mira: siento que ahí están todos los compositores nuevos chilenos, y sobre todo muchos que nadie conoce y que los conozco yo por el micrófono abierto. Mi banda favorita es De Reyes, Príncipes y Populachos, y siempre los estoy promoviendo en cada entrevista prque me fascinan. Tienen canciones bellas y profundas y me gusta mucho la mezcla de música e instrumentos y la onda que se genera cuando tocan. Están los que ya son conocidos, y muchos jóvenes que he escuchado. Algunos están muy pegados con la cosa contestataria pero de una manera un poco negativa. Yo prefiero mil veces lo más positivo, porque en el fondo no sacamos nada con estas separados todo el rato.


–Si la tierra nos quiere juntar.
–Claro, po. Hay que ser en ese sentido más sabios. Y creo que hay muchachos jóvenes que ya están despertando, que cachan y están cantando todo el tema del corazón, el Nano (Stern), Camio Eque, el mismo Chino tambén lo hace a su forma, también tira harto amor. Me gusta mucho eso, es importante.

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