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Una cosa lleva a la otra

Hace poco más de un año quiso grabar unas canciones como recuerdo, hoy ése es uno de los discos de una nueva generación de solistas chilenos debutantes en 2011. Carolina Nissen revisa aquí cómo es la nueva vida de cantante, comparada con una antigua vida de profesora. "Ése público sí que era difícil", compara.

21 de Julio de 2011 | 20:40 |

Cada día tuvo su afán para que Carolina Nissen llegara a sostener un disco firmado con su nombre, con once canciones y dos videoclips dentro, y con la determinación de emprender una carrera en la música. En abril de 2010 quería apenas registrar unas canciones para guardarlas. Pero poco después el ingeniero a cargo de la grabación, Claudius Rieth, distribuyó algunas copias en CD entre la prensa, luego vino un lanzamiento íntimo para gente cercana, y ya en 2011 Carolina Nissen, ese disco, acaba de ser reeditado a gran escala por la disquera Sello Azul.


-Yo me metí al estudio de grabación para tener un registro para mí. Nunca fue con el propósito de iniciar una carrera, que es en lo que se transformó finalmente -revisa ahora en retrospectiva esta cantante, que se apresta a actuar en un ciclo organizado por el mismo sello en la Sala SCD Bellavista en Santiago (ver recuadro), donde ya actuó días después de reeditado el disco-. Cuando hice el lanzamiento fue la familia y los amigos, y los amigos de los amigos se empezaron a pasar el dato. Ahora está empezando a llegar gente que no conozco. Y con eso se pone más entretenida la cosa.


Carolina Nissen, cantante y compositora, pianista y guitarrista, nacida en Valdivia y establecida en Santiago, con apellido de origen danés y nieta de una inmigrante alemana que llegó desde Hamburgo a vivir a Punta Arenas, está feliz comiendo guindas de una fuente en la portada de ese primer CD de 2010, como parte de una serie de fotos también tomadas por Claudius Rieth, quien aparte es el baterista del disco y por lo demás está casado con la cantante. En la portada nueva en cambio ella está mirando desde arriba la pintura de una ciudad.


-Para mí este disco ya había nacido, y estuve un poquito reticente a hacer una nueva carátula, porque la creación va desde la música y el texto hasta el arte (diseño de la portada) del disco, y para mí era algo redondito. Lo grabé yo sola, todo súper propio y autogestionado, y me perturbaba un poco que terceras personas opinaran sobre la carátula, pero después me relajé con eso. Ahora le tomé harto cariño a la nueva. Me gusta la idea de observar desde arriba la ciudad, mi mundo, y la leyenda que puse adentro tiene mucho sentido con la última canción.
 
Crear más que enseñar
 
Esa leyenda al interior del disco parte con la frase "Tratar de ver las cosas con distancia, desde otra perspectiva, siempre sirve", y concluye con "Ser honesto con el resto y por sobre todo con uno mismo es acercanos a la felicidad, por lo menos un poco". Parece un buen resumen de cómo la autora resolvió la disyuntiva concreta que motivó estas canciones, entre fines de 2008 y 2009: la época en que Carolina Nissen se debatía entre continuar o no con su trabajo como profesora.


-No tenía muy claro en qué me estaba metiendo -recuerda, acerca de la decisión de reeditar su disco este año-. Yo hasta hace dos meses era profe en un colegio, y con el horario de profe no iba a resultar. Y nada: tomé la decisión de que si esto está funcionando, y si a la gente le gusta y si a mí también me gusta crear más que enseñar, me la voy a jugar.


Chile perdió entonces una profesora de educación musical en enseñanza básica y ganó una cantante.


-Fue un desahogo. Mi época más oscura -se ríe-. Emocionalmente.


-¿Encuentras que te salió un disco oscuro, o al revés?
-Creo que es más bien melancólico, porque tiene muchos elementos alegres, juguetones. Es divertido, pero finalmente te queda un gustito a melancolía. Definitivamente fue mi terapia.


-Aunque no sean literales son letras personales entonces. ¿No es complico exponerlas?
-Es que siempre fui súper enrollada con lo que pensaba el resto, pero con esto me liberé. Por eso las letras son así, escribo lo que pienso, lo que siento, para nada rebuscado.


-Y por eso ¿la gente se identifica más? ¿Qué respuesta has tenido al disco?
-Heavy. Heavy. Me han llegado muchos como "testamentos", de gente súper tocada por el disco, que me dice que mi música los ha acompañado y agradecen, o de mamás embarazadas que te dicen "Ponía la canción a mi hija antes de que naciera y se quedaba tranquilita cuando la escuchaba". Son confesiones heavy. En esa época no tenía Facebook, y me llegaban mails súper inspiradas, y largos. Y con ese tipo de feedback fue como "chuta"… Porque uno hace la música porque la necesita, pero las creaciones toman vida propioa y la gente se las adueña. Eso todavía me impresiona. Aumenta día a día.
 
A profesor que le preguntes
 
-¿Cuál es tu mirada frente a la crisis en la educación, con la experiencia de ser profesora tan reciente?
-Si decides ser profesor tienes que tener la gran vocación, encuentro yo, porque tiene de dulce y de agraz. La pedagogía es súper bonita, tiene lados bellos de verdad, que te reportan mucha energía positiva y es un constante aprender de tus alumnos también, pero tiene una parte súper ingrata que va desde los sueldos hasta la crisis actual de la educación  Creo que el sistema así como está no da: los cabros se aburren en el colegio, y yo estaba en una posición súper privilegiada, porque trabajaba en un colegio particular, con todos los medios, pero los cabros están súper sobreestimulados entre Internet y toda la información que existe. Ése público sí que es difícil.


-¿Después de estar en una sala de clases, enfrentar al público de un concierto es más llevadero?
-De verdad. No, los alumnos son de verdad súper exigentes. Tienes que estar ahí, todo el tiempo encima, ser creativo, con energía, y lamentablemente nadie se motiva si le pagan mal, si está con sobrehoras de trabajo, si en fines de semana y días festivos tiene que trabajar y preparar las clases. Es todo un sistema que está viciado. A profesor que le preguntes ya para esta época del año está reventado, más de alguno está tomando pastillas, sobre todo entre los profesores de colegios municipales.


-¿Hay un problema también en el modo en que están siendo formados?
-Creo que en lo único que estaba de acuerdo con Lavín (ex ministro de Educación desde esta semana) era en que estaba incentivado a los puntajes de seiscientos puntos (para entrar a las carreras de pedagogía). Los puntajes pueden ser poco exigentes, en principio es eso, pero después no hay incentivos si no pagan bien, y volvemos a la misma cuestión. Y es feo hablar de uno mismo, pero a pesar de que no me gustaba, me lo tomaba súper en serio y trataba de ser creativa, de motivar a los cabros.
 
Con piano y guitarra
 
El aprendizaje ha estado presente desde temprano en la vida de la cantante. En la casa familiar de Valdivia en la que creció había un piano, y ella estudió ese instrumento en dos etapas distintas de su vida, primer cuando era niña en el conservatorio de la ciudad y luego mientras cursaba la carrera de pedagogía en música en la universidad, durante cuatro años.


-Yo me iba de vacaciones y lo primero que hacía cuando volvía a la casa era abrir la puerta y sentarme al piano. Pero ahora, en este disco, aunque hay canciones con piano, también hay varias con guitarra como instrumento principal. Por razones prácticas en los conciertos toco más guitarra, y no sé si me definiría como "la chica del piano". Creo que ahí está la Fran Valenzuela o la María Colores. A mí me gusta pasearme entre los instrumentos, y para componer a veces me siento más a gusto con la guitarra, porque es más pa'dentro, por la posición incluso. Es más íntima la relación con la guitarra que con el piano.


-¿Fue una opción no querer llamar a más músicos para hacer tu disco?
-Sí. O sea, de hecho me cuesta trabajar con más gente. Soy súper mandona y tengo muy claro lo que quiero. Aparte era un proyecto personal, y en el estudio de grabación también había mucho de jugar, la mitad de los arreglos nacieron en el estudio.


Ahora, en cambio, para llevar su música a escena, Carolina Nissen toca con Arturo Zegers (teclados), Bettina Nissen, hermana de la cantante (glockenspiel), Jorge Fortuna (bajo) y el citado Claudius Rieth (batería), a quien es posible ver además en el video del primer single del disco, "Miedo". "Estoy tocando con Claudius, con mi hermana y con dos buenos amigos", saca la cuenta la cantante. "Entonces es súper familiar".


-A propósito de familia, ¿mantienes relación con Valdivia, vas a menudo?
-Claro. Esuve hace poquito para el cumpleaños de mi viejo, aproveché de hacer una ronda en las radios y la televisón local. Es súper bonito, porque de verdad me paseé por todas las radios y me recibieron con mucho cariño, como orgullosos: "y es valdiviana".


Carolina Nissen ya hizo una primera presentación de su disco en octubre de 2010 el aula manga de la universidad en Valdivia, y tiene entre sus planes volver el 19 de agosto en dupla con Claudius Rieth al bar Ocio y en noviembre con la banda completa al Teatro Municipal de la ciudad. Y la misma convocatoria vale para su próxima fecha en la capital.


-Me gusta mucho interactuar con el público, hacerlos participar. Trato de que no solamente sea escuchar. Ésa es la principal invitación, que vayan porque no se van a aburrir -sonríe-. Voy a presentar el disco y prometo diversión.

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