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Periodista cuenta cómo conoció a Amy Winehouse en un pub inglés

El reportero entrega su testimonio, que da una idea del deterioro que tuvo la cantante por sus excesos.

23 de Julio de 2011 | 22:18 | AP
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El relato describe a la cantante como ''una estrella amigable, dispuesta a convivir con la gente común, y que pasaba buena parte de su tiempo bebiendo y socializando con los lugareños en Camden''.

Reuters
MIKRO PAPINGO, GRECIA.- Yo estaba en un pub de Londres, relajándome y bebiendo una cerveza con un par de amigos, cuando vi a una joven flaca, vestida de negro y con un voluminoso cabello negro, entrando al bar. Unos segundos después, ella se volteó y me miró directamente. “Hola, Amy”, le dije a Amy Winehouse, quien iba a subir las escaleras, hasta su salón especial en el Hawley Arms, ubicado en Camden.

“¿Estás bien?”, me preguntó, como si fuéramos viejos amigos. Ella jamás me había visto. Así era Amy, una estrella amigable, dispuesta a convivir con la gente común, y que pasaba buena parte de su tiempo bebiendo y socializando con los lugareños en Camden, la zona del norte de Londres donde residía.

El Hawley Arms es un establecimiento que suele atraer a mucha gente. La mayoría de los clientes, lo mismo que el personal y Amy, tenían tatuajes, y el lugar contaba con una zona especial para Amy en el piso superior. El pub perderá sin duda clientela a partir del sábado, cuando la cantante apareció muerta en su apartamento en Camden.

El deceso no ha sido esclarecido por la policía, pero la artista tenía antecedentes de farmacodependencia y alcoholismo. Se le conocía por andar de fiesta en Camden, y por excederse en muchas ocasiones.

La noche en que vi a Amy por vez primera, bajó las escaleras al área principal del bar. Una de mis colegas, quien visitaba Londres para una cobertura noticiosa, no podía creer que la hubiéramos visto, así que le presenté a Amy.

Después de estrecharle la mano, Amy se agachó para levantar la chaqueta de mi amiga, que se había caído, y la colocó gentilmente en el respaldo de la silla. Mi colega estaba ansiosa por tomar el teléfono para contarle a todo el mundo mediante Twitter lo que había ocurrido recién. Pero el ver a Amy Winehouse no era tan raro en Camden.

Me topé de nuevo con ella unos cuantos meses después en el mismo pub, cuando unos colegas y yo andábamos de fiesta. Bebimos unas cervezas, la forma más común de socializar después del trabajo en Gran Bretaña, sentados en una mesa escaleras arriba.
En vez de sillas, había un banquillo sin respaldo. El bar estaba repleto. Amy llegó, con una camiseta roja, y chocó con mi espalda. Me levanté y traté de conversar con ella, como la última vez.

Le dije, “hola”. Pero no reaccionó. Ni siquiera pareció enterarse de que alguien le hablaba. Unos segundos después, una chica en el bar sujetó a Amy por el cuello, la llevó cerca de ella y luego comenzó a besarla en los labios. Se besaron durante unos segundos más, y luego Amy se alejó, como mareada.

Amy Winehouse saltó a la fama después de que su álbum “Back to Black” ganó cinco Grammys. Superesbelta e incapaz de vencer a sus propios demonios, no se aventuró a viajar a Estados Unidos para la ceremonia, de modo que interpretó “Rehab” y “You Know I'm No Good” desde Londres, mediante un enlace de video.

Y para mostrar su amor por Camden, que había sido afectado recién por un incendio que destruyó el Hawley Arms, Amy dijo al mundo, “esto es para Londres, para que el barrio de Camden no sea consumido por el fuego”. Camden está ahí todavía, y el Hawley Arms fue reconstruido. Pero no será posible ver de nuevo a Amy por ahí. Y eso no es bueno.
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