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Siete canciones

25 de Julio de 2011 | 09:36 |
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Tanto cantautor de dormitorio soltado de pronto al descampado de internet ha estandarizado un tipo de canción popular sobre guitarra que, a falta de mejor definición, se nos insiste en presentar como parte de un neo-folk (aunque no tenga, en rigor, nada de nueva y bien poco de folclórica). Es necesario comenzar a introducir matices. Las canciones que por primera vez edita en disco Juan Pablo Abalo se levantan, sí, sobre una guitarra acústica pero necesitan por igual de una serie de timbres y arreglos para adquirir su peso definitorio. Su molde sencillo se emparenta a veces a la samba argentina, a veces a la sicodelia medio bucólica (del tipo Robert Wyatt), y aventaja al rasgueo sentimental de la actual cantautoría-ambiente en una oferta exigente, cuya profundidad sonora está dispuesta como en capas a descubrir. No dejan por ello de ser composiciones asequibles. Lo que hace este compositor docto y crítico musical (para The Clinic) es, en definitiva, cometer la osadía de hacernos pensar en otros modos de concebir la canción popular.

Hay varios instrumentos, no demasiados: guitarra, cuatro, tiple, violín, piano, batería. La voz de Abalo es como la de cualquiera: afinada pero en lo absoluto dotada por los ángeles, cosa que el intérprete compensa con giros inesperados, pausas ingeniosas, repeticiones como en loop ("Vuelta") y una justa cesión del protagonismo a los arreglos. Las letras son imágenes reconocibles y sugerentes («te quedabas mirando de memoria / protegida por las ramas de un nogal») que nunca cierran en una idea evidente y que prefieren hablar en segunda persona más que compartir los sinsabores del yo.

De las siete canciones, hay dos musicalizaciones del peruano César Vallejo ("Bordas de hielo", "Sauce") y una de Gabriela Mistral ("Adiós"). Siete canciones adopta una materia prima sencilla pero selecta, que elige evadirse de la responsabilidad intimista que hoy se alaba en tantos cantautores jóvenes. Parece como si Abalo prefiriera homenajear la plataforma infinita de posiblidades de una canción antes que su propia voz autoral.

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