Aún no está claro por qué emisora se transmitirá la próxima gala de los Globos de Oro.
AP
LOS ANGELES.- Un tribunal federal podría completar esta semana el anuncio de cuál será el canal que emita los Globos de Oro y posiblemente alterar el futuro de una de las grandes ceremonias de premiación de Hollywood.
Desde hace meses, los abogados de los organizadores, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, y de los productores de larga data, Dick Clark Productions, disputan a quién corresponde negociar los derechos de transmisión de la ceremonia.
Si bien la entrega de los Globos de 2012 no está en peligro, hay decenas de millones de dólares en juego, ya que el espectáculo atrae anualmente una enorme audiencia global en plena temporada hollywoodense de premiación.
La cadena NBC transmite el programa desde 1998 y tiene un acuerdo con Dick Clark Productions (DCP) para hacerlo hasta 2018 inclusive, que es lo que está en disputa. La asociación demandó a DCP en noviembre e intenta anular el contrato con la NBC.
La productora, que ya no pertenece al precursor del espectáculo televisivo Dick Clark, sostiene que el contrato es válido y le da derecho a producir y distribuir el rutilante show durante el tiempo que lo emita la NBC.
En una audiencia el martes, las partes intentarán convencer a la jueza federal Valerie Baker Fairbank que debe concentrarse en un acuerdo de 1993 que devolvió el show a una de las cadenas de audiencia masiva por primera vez en más de una década. Una serie de escándalos relegaron la ceremonia a los canales de cable desde principios de la década de 1980 hasta que DCP negoció un contrato inicial a 10 años con la NBC.
El acuerdo benefició a todos, ya que los Globos por la NBC tuvieron una audiencia de más de 20 millones a fines de la década de 1990 y años siguientes.
Desde que DCP y la asociación iniciaron su relación en 1983, se dividen los ingresos a medias. La productora insiste que una "cláusula a perpetuidad" incluida en el contrato original es válida.
La asociación, integrada por unos 80 periodistas extranjeros del espectáculo, sostiene que la cláusula a perpetuidad es inválida, ya que consta en un documento firmado por su entonces presidente, pero no ha sido aprobada por la membresía en pleno.
