Andy Bell fue rostro, cuerpo y carisma de Erasure anoche, mientras Vince Clark permaneció en su habitual segundo plano, despachando las descargas de pop bailable que han dado sello al dúo.
Paul PlazaSANTIAGO.- Horas antes había dicho una verdad absoluta y una relativa. "Se van a sorprender de cuántas canciones de Erasure se saben, para ser ésta una banda casi sin rostro", avisó el cantante Andy Bell a propósito del show que su grupo dio anoche en Santiago. Y claro que sí, Erasure vino a probar que es una máquina de éxitos radiales, pero el mismo Bell se encargó además de poner no sólo rostro, sino cuerpo entero y carisma a la entrega a toda prueba del grupo en directo.
Fue una fiesta la que el dúo inglés armó en el Espacio Riesco de la capital. Este grupo es sinónimo de canción de pop electrónico por definición: ritmos bailables, timbres brillantes de sintetizadores y melodías instantáneas. Y sobre esa base tienen fácil una veintena de hits a lo largo de media docena de discos grabados entre 1986 y 1995, un capital que derrocharon con máxima generosidad ante unas cinco mil personas que llegaron a verlos.
El primer atractivo en vivo es el contraste entre sus integrantes. Todo el contraste imaginable. Impasible sobre una tarima trabaja Vince Clarke, cerebro musical del dúo, el hombre que está en la historia por haber fundado Depeche Mode en 1980 y Yazoo en 1981, antes de fijar domicilio definitivo en Erasure en 1985, y que ahora está sobre el escenario en un traje colorado, frente a un laptop y un pequeño teclado para disparar toda la música del show, tocar algunos acordes y notas como pinceladas, y colgarse una guitarra electroacústica para rasguearla en un par de canciones.
Y al frente está Andy Bell, que de entrada viene a encandilar con una chaqueta de lentejuelas rojas y unos anteojos de espejos, pero que a la segunda canción hará volar esa indumentaria para dejar ver una polera negra con un estampado de Michael Jackson y tomar el protagonismo absoluto del espectáculo. Su voz está en plena forma y, sumada al apoyo de dos coristas, la usa para enfatizar la influencia soul que define el sonido del grupo en partes iguales con las bases programadas de Vince Clark. Pero también la usa para transformarse en un animador constante del show.
Andy Bell no sólo hace el amago de hablar en castellano como tantos rockeros y estrellas pop importados que pasan por aquí. Él va a hablar en castellano toda la noche, con un fuerte acento inglés y en un español encomiable, más por lo entusiasta que por lo bien logrado, lo que es mejor todavía. "Ahora esto es mucho más mejor", dice al comienzo para entrar en calor. "Yo veo un grupo de osos", es uno de sus saludos a la platea. "Yo tengo una muy buena sienta en mi corazón", cuenta más tarde, y de inmediato se corrige: "Siento". Y hará una confesión después de cantar "Drama": "Soy totalmente húmedo", dice, entre gritos de la audiencia.
Por si esa espontaneidad no fuera suficiente, hacia el final el cantante hasta se permite pelusear e inducir una partida falsa a su compañero: después de que Clarke toca unos acordes iniciales en su teclado, Bell entona el primer verso de "Nothing compares 2 U", el hit de Prince que popularizó la cantante irlandesa Sinéad O'Connor en 1990. Y cuando Clarke toca de nuevo esos acordes, y comprueba de paso que no todo aquí es música preprogramada, Bell sí se lanza con otro de los hits del grupo, "Oh l'amour".
El escenario dentro de todo es austero, sin pantallas gigantes siquiera y con una escenografía muy elemental a base de bloques blancos. Y el público, más que extravagante, responde a su vez al tipo de parejas de hombres y mujeres adultos jóvenes que en los años '80 crecieron con esta música en las radios FM. El principal protagonista del show es esa misma música, y el carácter definitivo del concierto es la inteligencia con que Erasure sabe dosificar la entrega de todos sus recursos y administrar las emociones de su repertorio.
El grupo parte con las melodías más suaves: ya la segunda de la lista es "Breath of life", la cuarta y la quinta "Heavenly action" y "Always", y la séptima "Ship of fools", en una elección precisa de sus canciones evocadoras para empezar. En cambio la décima canción, casi en la mitad exacta del show, es "Chains of love", y de ahí en adelante diez de las doce restantes van a ser hits para la pista de baile (ver recuadro), en un rendimiento que pocos grupos han venido a mostrar en toda la historia de los shows internacionales en Chile.
Erasure vino a prodigarse en Chile. "Falta una / falta una", gritaban algunos fans justo antes del único bis, porque en efecto faltaba una canción nada más, todas las demás ya habían sido escuchadas: era "Stop!", y fue exactamente la que Clarke y Bell salieron a tocar, esta vez tomados de la mano, para cerrar el show y de paso dar una muestra de dignidad, al no echar mano al recurso fácil de tocar ninguno de los covers de Abba con que ganaron una cuota extra de notoriedad en 1992. Que ni falta que hicieron para armar esta fiesta.
1. "Hideaway", del disco The circus (1987).
2. "Breath of life", de Chorus (1991).
3. "Fingers & thumbs (Cold summer's day)", de Erasure (1995).
4. "Heavenly action", de Wonderland (1986).
5. "Always", de I say, I say, I say (1994).
6. "Push me shove me", de Wonderland (1986).
7. "Ship of fools" , de The innocents (1988).
8. "Victim of love", de The circus (1987).
9. "Breathe", de Nightbird (2005).
10. "Chains of love", de The innocents (1988).
11. "Sometimes", de The circus (1987).
12. "Drama", de Wonderland (1986).
13. "You've got to save me right now", del próximo disco, Tomorrow’s world (2011).
14. "Love to hate you", de Chorus (1991).
15. "Blue Savannah", de Wild! (1989).
16. "Knocking on your door" , del EP Crackers international (1988).
17. "Who needs love (like that)", de Wonderland (1986).
18. "Chorus", de Chorus (1991).
19. "Oh l'amour", de Wonderland (1986).
20. "A little respect", de The innocents (1988).
21. "Stop!", del EP Crackers international (1988).