Joe Jonas y Kesha ponen a prueba la paciencia de sus fans en errático concierto para la TV

CIUDAD DE MÉXICO.- Era una actuación hecha para ser grabada y emitida después en televisión, y ello se notó desde la primera canción del "MTV World Stage", que por segunda ocasión aterrizó en México, esta vez con Joe Jonas y Kesha en el escenario.

Largas paradas entre canciones, errores y repeticiones fueron los protagonistas de la noche; tanto así, que eclipsaron a las estrellas y enfriaron a las cerca de 10.000 personas que llenaron el recinto.

El Auditorio Nacional se vistió para la ocasión: Arrancó las primeras filas de sus butacas —normalmente el público está sentado— para dejar que los asistentes, la mayoría chicas adolescentes, saltaran y dieran el color necesario a las grabaciones, que se emitirán los próximos 23 y 30 de septiembre.

El más festejado de la noche fue Joe Jonas, que apareció cantando entre el público, por sorpresa, parapetado entre sus guardias de seguridad y formando un remolino de fans enloquecidas por tocar algún milímetro de su traje azul cielo.

El cantante subió al escenario para cantar "Love slayer" arropado por dos cantantes, uno a cada lado, repitiendo la estructura que impuso junto a sus hermanos Kevin y Nick, de quienes se ha separado por un tiempo para editar Fast life, su primer disco en solitario. "Estoy muy feliz de estar aquí de vuelta", aseguró el vocalista de los Jonas Brothers, de 22 años.

Fueron varios los intentos de las chicas por subir al escenario y dos de ellas lo lograron, pero los guardias de seguridad lograron frenarlas.

Como parte del escenario, una estrecha pasarela en forma de T se adentraba entre una marea de brazos empeñados en tocar aunque fuera una zapatilla de Joe Jonas, que interpretó temas de su trabajo en solitario, como "Just in love with you".

Tras algunos temas del trío que forma con sus hermanos, el cantante buscó cerrar con "See no more", y en las estrofas finales salió a acompañarlo la cantante mexicana y ex RBD Dulce María, quien cantó en español.

Entre concierto y concierto hubo media hora de espera amenizada por los presentadores de MTV, lapso en que el escenario cambió de decorado, para dar paso a estructuras metalizadas.

Allí, subida en una plataforma, apareció Kesha vestida con un corsé color bronce y unas gafas luminosas, que se quitó para cantar "Take it off". Así también dejó ver dibujos en su ojo derecho, labios color verde, cabello despeinado y ropas raídas, medias destrozadas y manchas por todo el cuerpo.

Quizás porque no habían pagado por las entradas al concierto, el público no se quejó de la larga espera entre canción y canción para cambiar de vestuario y sacar diversos artilugios, lo que enfrió aun más un ambiente que la cantante nunca logró calentar.

Durante una hora y media, el público soportó incluso que la intérprete estadounidense les escupiera cerveza encima, además de escenas como la de la canción "Cannibal", en la que simuló el descuartizamiento de un cuerpo, con brazos, piernas y vísceras esparcidas por el escenario.

Entre estas últimas, tomo el "corazón", se bebió la supuesta sangre y luego se la derramó por la cara y el cuerpo, como si estuviera en una cinta gore.

Pese a tanta espectacularidad, ni con "My love is your drug" acabó de hacer explotar al público, para terminar en una explosión de papel picado que, por suerte, no hubo que repetir como otros temas. Lo más seguro es que la paciencia del estoico público no hubiera dado para una segunda toma tras una larga sesión de limpieza.