SANTIAGO.- Deben contarse por miles las dueñas de casa y ciudadanos anónimos que en este momento lloran la partida de alguien a quien nunca conocieron personalmente, pero que llegaron a sentir tan cercano como si hubiera formado parte de su propio entorno. Se trata de Felipe Camiroaga, rostro principal de TVN en la actualidad y uno de los animadores más relaventes de la televisión chilena en las últimas décadas.
Hasta ese lugar llegó de forma progresiva, y tal vez incluso sin ánimo de alcanzar una fama como la que llegó a disfrutar. Ello porque sus inicios no fueron frente a cámaras, sino tras ellas, luego de arribar a Chilevisión para desempeñar labores de producción en la entonces señal de la Universidad de Chile.
En esa especialidad se formó en el instituto profesional Inca-Cea, luego de cursar estudios básicos y secundarios en los colegios San Ignacio El Bosque y Marshall. Y aunque nació en Santiago, el 8 de octubre de 1966, parte de su infancia está también ligada a Villa Alegre, localidad de la región del Maule en la que pasó sus veranos y donde en 2011 fue nombrado hijo ilustre. . Su bitácora de estudios, en tanto, anota también un año de Periodismo en la Universidad Las Condes y otro de teatro en la Escuela de Fernando González. Esta última esfera nunca la abandonaría del todo.
Su trabajo como productor en canal 11 comenzó a fines de los 80. Allí cumplió funciones detrás de cámara, hasta que en el programa "Extra Jóvenes", donde eran habituales las interacciones al aire con todos los trabajadores del equipo, el rostro y la personalidad de un joven Felipe Camiroaga comenzaron a destacar (antes se había estrenado como presentador en "Videotop").
Así dejó paulatinamente el trabajo tras las cámaras, hasta ubicarse como una suerte de coanimador de Katherine Salosny, para después subir al puesto titular cuando ésta emigró a TVN. Su siguiente dupla sería con Claudia Conserva, con quien continuó haciendo gala de un espíritu lúdico que lo identificaría a lo largo de sus más de dos décadas de carrera televisiva.
Los proyectos en el canal universitario se seguirían abriendo para su chispa, espontaneidad e innato manejo televisivo. Así llegó al equipo del matinal, que también integraban Juan La Rivera y Tati Penna.
Ese formato, y parte del sello que Camiroaga imprimía, fue lo que quiso TVN para el matinal que comenzaría en el año 1992. Así es como el animador formó parte de los inicios de "Buenos días a todos", programa que en años venideros intentaría dejar, pero al que finalmente siempre regresaría.
Porque intentó levantar sin éxito estelares como "Motín a bordo", inaugurando un período de altibajos que luego tendría alzas con su anecdótica incursión en teleseries ("Jaque Mate", "Rojo y miel"), y nuevas bajas en fracasos como "Contigo en verano".
Otras alzas vinieron luego con "La noche del Mundial", en 1998, y "Pase lo que pase", donde surgieron personajes tan recordados para el público, que cada tanto tendría que volver a ellos. Fueron sobre todo el pícaro e inocente Washington, y el irreverente Luciano Bello, resistido por los críticos en un principio, pero validado y celebrado con el paso de los años.
La primera temporada del reality "Pelotón", los inicios de "Pasiones" y estelares como "Ciudad Gótica", fueron parte de sus siguientes pasos en la última década, cuando también inició un progresivo regreso a "Buenos días a todos": Cada tanto con un reemplazo; luego, como parte de un trío de animadores junto a Jorge Hevia y Tonka Tomicic, desde 2004. Finalmente, como rostro principal, inamovible e irremplazable, dueño de una popularidad y una credibilidad enormes, ratificadas en más de una ocasión con galardones que el propio público entrega (Copihue de Oro, revista "TV Grama"), y que lo coronaron como el animador favorito de la audiencia.
Así el matinal se ratificó como su plataforma televisiva principal, la cual no dejó a la hora de asumir la animación del estelar "Animal nocturno", u otro de sus mayores desafíos: Hacerse cargo del Festival de Viña del Mar en sus ediciones de 2009 y 2010 junto a Soledad Onetto, gracias a la sociedad acordada entre TVN y Canal 13.
Ésta fue sólo una de las formas que Camiroaga encontró para expandir los horizontes de su carrera, que también encontró un nicho importante en cada Teletón. Ese espíritu fue parte de lo que lo llevó al sitial de avanzada entre los animadores chilenos, y quizá fue también el que lo llevó a abordar el avión de la Fach para ver por sí mismo las labores de reconstrucción en Juan Fernández, tras el terremoto de 2010. Fue la última aventura de un profesional que tanto la industria televisiva como los telespectadores hoy lloran en su partida, y cuya marca seguro permanecerá.
"El Halcón de Chicureo". De los muchos apodos que Felipe Camiroaga debió tener a lo largo de su vida, ése fue el que más lo identificó en la esfera pública. Desde luego, hay dos razones obvias: El animador vivió los últimos años en la zona metropolitana de Chicureo, donde crió diversos animales. Entre ellos, más de una decena de halcones, una de sus especies favoritas.
Pero una segunda lectura también encuentra a Camiroaga y esa ave en otro ámbito: Porque tras esa personalidad televisiva lúdica, bromista y algo irreverente, el rostro de TVN escondía también un perfil mucho más solitario, libertario y galante. Cuánto de mito y cuánto de realidad había en ello, son cosas que comenzarán a saberse a partir de ahora, o que tal vez nunca se sepan con exactitud.
Dueño de un reconocido atractivo, siempre llamó la atención entre las muchas admiradoras del animador su eterna soltería. A sus 44 años, Camiroaga siempre optó por vivir solo en el mundo que construyó, entre un departamento en el sector de El Golf y su querida casa de Chicureo, que en febrero de este año perdió en un incendio. Sin embargo, apenas horas después del siniestro mostró su voluntad de reconstruir ese refugio, hogar de muchos de sus recuerdos.
En ese lapso, sus relaciones sentimentales fueron varias. Desde el juvenil romance con Katherine Salosny, en tiempos de "Extra Jóvenes", hasta su actual pololeo con la periodista Fernanda Hansen. Con ella tuvo una primera relación iniciada en 2009, que fue revelada tras un grave accidente ecuestre de la también animadora, en casa de Camiroaga. Luego de una ruptura, en los últimos meses habían vuelto a encontrarse.
Y entre ambas, otros nombres, varios de ellos pertenecientes al mundo de la televisión o el espectáculo. Lejana ya es la sólida relación que mantuvo con la ex modelo Angélica Castro, y que se extendió por algunos años en los 90. Luego, Bárbara Rebolledo, Karen Doggenweiler y la actriz Paz Bascuñán fueron otras de sus parejas.
Felipe Camiroaga era hijo de María de la Luz Fernández, fallecida en 2006 en España, y Jorge Camiroaga, con quien tenía una cercana relación. Su familia la completaban cuatro hermanos.