Aunque llega con una traducción en la que abundan los españolismos, la lectura de ''Tarifa nocturna'' resulta dinámica y amable.
Ediciones BSANTIAGO.- Una historia de una mujer adulta, soltera, habitante de una ciudad agitada y cosmopolita, amiga de otras mujeres igualmente adultas y solteras, y que se divierte en diversas aventuras aunque, en el fondo, busque el amor.
La descripción innegablemente conduce a obras como "Sex and the city", principal referente sobre historias "de la mujer moderna" en los últimos años, e iniciadora de una verdadera corriente, que motivó tanto la imitación como la invitación al atrevimiento en otras escritoras.
Si la alemana Ildiko Von Kürthy vivió algo similar con la historia de Candace Bushnell, innegablemente va por el segundo aspecto. Primero porque el orden temporal abre la posibilidad de que la periodista no haya conocido a Carrie Bradshaw y sus amigas al momento de escribir su primera novela; y, luego, porque "Sex and the city" guarda más de una similitud, pero también varias diferencias con "Tarifa nocturna".
Ése es el nombre de la obra que en 1999 Von Kürthy publicó en su país natal, provocando un fenómeno similar al de su antecedente neoyorquino, con ventas por más de un millón y medio de ejemplares en Alemania, traducciones a más de veinte idiomas, y la publicación en decenas de países.
Sin embargo, Chile no estuvo en esa lista. Y ahora, doce años más tarde, los lectores locales tendrán la oportunidad de comprobar si tamaño fenómeno tenía o no asidero literario, con el tardío arribo de la novela a las librerías nacionales (Ediciones B, $8.000).
Lo cierto es que "Tarifa nocturna" responde a la misma matriz de una historia como "Sex and the city", con similares cuotas de picardía, honestidad, desfachatez y dinamismo. Sin embargo, difícilmente Cora Hübsch podría haberse desenvuelto con comodidad en los rincones en que lo hacía Carrie Bradshaw.
Porque si bien la alemana pasa ocasionalmente por eventos de la alta sociedad, no es ése su mundo. Su departamento, en tanto, es un caos lejano al estilo, y por él puede pasearse exhibiendo la figura imperfecta que en el día oculta a punto de trucos de vestuario.
Si las cuatro chicas de Nueva York lucían siempre espléndidas, Cora se despierta con el cabello más indomable de la raza humana. Y si ellas tenían una vida social agitada e intensa, la alemana cuenta por decenas las horas muertas refugiada en su casa.
Pero Cora no es un desastre como Bridget Jones. Ella, finalmente, es atractiva, y en su biografía los hombres abundan. Sin embargo, a los 33 años tiene otras expectativas, y son éstas las que finalmente ensamblan en un mar de dudas y contradicciones, que hacen de la protagonista un personaje entrañable.
Cora, en el fondo, espera el amor en la sucesión de hombres a los que busca seducir, hasta que aparece el especimen soñado en Daniel, un médico al que le derramó una bandeja de comida en una aburrida premiación. Con él revive sus eternos cuestionamientos: Qué palabras debe decirle, cuánto debe esperar antes de llamarlo, y cuántos días desaparecido son suficientes para asumir que las cosas no resultaron.
Porque tanto o más que las historias, son las risibles reflexiones de la protagonista las que estructuran "Tarifa nocturna", que a pesar de su españolizada —y a ratos insufrible— traducción, resulta un entretenido paseo por alguno de los más desinhibidos clichés de la psiquis femenina.