El gobierno de Argentina fue el que inicialmente pagó por el traslado de los restos de Facundo Cabral.
EFE
GUATEMALA.- La viuda del cantautor argentino Facundo Cabral, asesinado en Guatemala el pasado 9 de julio, pidió al empresario nicaragüense Henry Fariña pagar los 7.000 dólares que costó el traslado del cadáver del trovador a Buenos Aires, informó hoy la prensa local.
Silvia Pousa, esposa del artista, dijo al local diario "Prensa Libre" que Fariña, quien contrató a Cabral para cantar en Guatemala y contra quien se supone iba dirigido el ataque en el que este murió, debe pagar los gastos de traslado de los restos de su esposo.
Fariña "debe pagarlo todo porque irresponsablemente llevaba a Facundo en su auto sin ninguna protección" en el momento del ataque, señaló la venezolana Pousa.
La viuda aseguró que el seguro que tenía contratado su esposo solo cubría accidentes que ocurrieran en los escenarios donde se presentase, mas no ataques violentos como en el que perdió la vida.
Cabral fue asesinado a tiros por un grupo de sicarios que atacó el vehículo en el que Fariñas lo llevaba al aeropuerto de la capital guatemalteca, luego de haber realizado dos presentaciones en este país centroamericano.
Los gastos del traslado de los restos del trovador fueron cubiertos por el Gobierno argentino, y según la Fiscalía se desconoce si Fariñas pagó a Cabral por sus presentaciones en Guatemala y, si es así, dónde se encuentra el dinero.
Fariña, quien se recupera de las heridas sufridas en el ataque, declarará el viernes a través de una videoconferencia ante el tribunal que investiga el asesinato de Cabral.
Por este hecho se encuentran detenidos Wilfred Allan Stokes Arnold y Juan Hernández, supuestos integrantes del grupo de sicarios que cometieron el ataque, así como Elkin Hernández, quien aceptó ser "colaborador eficaz" de la Fiscalía.
El supuesto autor intelectual del homicidio del cantautor argentino ha sido identificado como el costarricense Alejandro Jiménez, alias "el Palidejo", quien se dedica al lavado de dinero del narcotráfico en su país, según fuentes oficiales de Costa Rica.
Se sospecha que Jiménez, quien sigue prófugo, ordenó el asesinato de Fariña como una venganza por una supuesta disputa interna en el grupo criminal, integrado por al menos unas 20 personas.