Ha estado escrito por tiempos inmemoriales que los siete pecados capitales son lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia. Pero Las Capitalinas vienen a proponer una lectura propia. Son diez canciones las que este grupo ha dispuesto en su nuevo disco, AlterEgo (2011): una por cada pecado, además de una extra dedicada a la mentira y una trilogía final sobre tentación, placer y culpa.
Es el quinto disco de este grupo chileno de "folk, pop y rock" como figura en su presentación oficial: nomenclaturas acuñadas luego de haberse iniciado como parte de la generación de jóvenes grupos de cueca de fines de los años '90 con sus grabaciones tempranas Cuecas para Chile (2002) y Las mejores cuecas con Las Capitalinas (2004), y de probar luego en distintas fusiones musicales en También es cueca (2006), Las capitalinas presentan en el Bar de Verónica (2009) y el propio AlterEgo (2011).
Luego del paso de nueve integrantes por sus filas a partir de su inicio en 2001, desde 2007 el grupo es un cuarteto integrado por Karen Alfaro (voz y guitarra), Nayadeth Godoy (voz y bajo), Leslié Picarte (teclados) y Valeska Duarte (batería), y es la misma formación que en los tres más reciente discos ha probado fusionar la cueca con distintos elementos, entre los diversos géneros musicales de También es cueca hasta la historia que relatan en el Bar de Verónica y la lista de pecados capitales de este año: Las Capitalinas se inclinan por los llamados "discos conceptuales".
"Lo conceptual en También es cueca es el objetivo de hacer cueca fusión dentro de lo latinoamericano, y fue un estímulo grande para empezar con En el Bar de Verónica un proceso más completo. Ahora AlterEgo tiene todo", resume en una frase la baterista, Valeska Duarte. "En cada disco quisimos marcar una diferencia para que la gente se interesara y para sentir que hemos crecido", agrega la cantante y guitarrista, Karen Alfaro. "El mensaje en este disco lo puedes encontrar casi por capítulos: a través de la música, las letras, las fotos y cómo se dicen las cosas. Queremos que la gente se reencuentre con el disco cada vez que lo escuche y descubra cosas nuevas".
Ahí está tu culpabilidad
-Partió casi como una anécdota -dice la guitarrista acerca de la idea de trabajar con los pecados capitales-. Estábamos recién lanzando el disco En el bar de Verónica y apareció como una idea loca.
-Siempre hemos querido ir un poco más allá de -agrega Nayadeth Godoy, cantante y bajista-. Nos propusimos hacer un disco contingente, transversal, por qué no decirlo universal. Esta temática de los pecados capitales cabía de una manera muy concreta, ya que hay plantearlos como conductas que involucran a todos los seres humanos.
-¿No se trata de juzgar entonces?
-Al contrario, al tomar la inspiración de los siete pecados capitales quisimos sacarles un poco el peso religioso. A qué voy con esto: a que el peso religioso está netamente ligado a la moralidad, y esa moral religiosa no abarca a todas las personas, porque no todas son creyentes ni siguen la misma religión, por lo tanto tienen distintos parámetros para relacionarse. Todos nos podemos sentir lujuriosos, perezosos. Las tomamos como conductas inherentes al ser humano.
-Y no necesariamente negativas -agrega Leslié Picarte, la tecladista.
-En un país católico eso sería llamado "relativismo moral" o algo así.
Nayadeth: Es que no sé si es anticatólico. Depende de tu moral: como católico tal vez te sientas identificado y ahí está tu culpabilidad.
Karen: Los pecados no se crearon como un afán que viene de Dios para que la gente no sea pecadora. Si los analizas, son leyes que se pone la humanidad para vivir en armonía. Si cada uno de nosotros, creyente o no, considerara que no es malo matar a alguen, no habría armonía en la humanidad. Son normas creadas para la convivencia. Y eso queremos rescatar, más allá de lo religioso estas conductas son parte nuestra y hay que saber llevarlas.
Leslié: Son conductas para vivir en sociedad, pero llevan a los individuos particulares, que pueden caer en los extremos de la autodestrucción o de la satisfacción ultramegabacán de cada persona. Esa individualidad también llama a la reflexión.
-¿Pero los pecados no son por definición agradables que hacer?
Nayadeth: Depende. La invitación es a reflexionar sobre cuál es la gradualidad con la que pones en práctica esta conducta. Si es una gradualidad extrema eres capaz de dañar al otro, de autodestruirte.
Leslié: En el disco mostramos distintos colores: algunos temas son blancos, grises o negros, todo va a depender de cómo los tomes, el límite de cada persona.
Valeska: El objetivo es que el oyente llegue a una reflexión: ¿estoy cayendo en un círculo vicioso?
Karen: Y aparte de reflexionar sobre sí mismo, queremos hacer una reflexión sobre lo que pasa hoy día, en situaciones que vemos a diario, como lo que pasó este año en La Polar, que es algo tangible, innegable, que tiene que ver con la avaricia, por ejemplo. Es reflexionar sobre qué está pasando en la humanidad.
-¿Aparte la idea del pecado es atractiva, tentadora, de eso se trata?
Karen: Eso es pecado: te tienta aunque tú no quieras.
-¿Por lo tanto también era atractivo para hacer un disco sobre pecar, tiene algo de morbo?
Nayadeth: Absolutamente, de hecho en la portada del disco nosotras quisimos jugar con la morbosidad de la gente. Si te das cuenta (la imagen de la carátula) es un edificio, son las casas de las personas, estás viendo la realidad en cada casa, metiéndote más allá.
Karen: Creo que en un principio también influyó eso: quisimos hacer un disco que tuviera sentido en todo ámbito, que reflejara un tema interesante para la gente, en el que tuviéramos una opinión y obviamente hacerlo más atractivo aun.
Nayadeth: Cuando compusimos esto hubo un cuestionamiento súper grande de cada una frente a estas conductas.
-¿Eso sí es moral?
Nayadeth: Yo creo que sí. Me preguntaba en qué estoy cayendo, cómo soy, qué estoy haciendo por esto. Para componer algo honestamente también hay que sincerarse consigo misma. Fue un proceso de reconocimiento propio, de identificarme como ser humano.
Para ti serán eróticas
-El disco anterior también se trata de una cuestión prohibida, ¿no? El Bar de Verónica era un lugar pecaminoso. ¿Se conecta con esto?
Valeska: Se conecta y sabes que tiene un doble significado, porque Verónica se planteó como una prostituta, pero era una mujer que asume lo que le toca vivir y con el tiempo se quiere reivindicar. Y eso tiene mucho que ver con este disco también. Cuando investigamos acerca del tema, nos dimos cuenta de que la mujer siempre es la castigada, la pecadora o la que incita al pecado. Desde la manzana de Adán la ofrece Eva a Adán: es la culpable.
-¿Y cuál es el punto de vista del grupo frente a eso?
Nayadeth: Tiene directa relación con cómo planteamos la culpabilidad en este disco. En qué sentido: ok, somos mujeres, pero por nigún lado éste es un disco feminista, al contrario. Nos dimos cuenta de que tanto el hombre como la mujer tienen la misma conciencia de culpabilidad o inocencia. Planteamos una igualdad de género. Decir que las mujeres estamos disminuídas sería suponer que las mujeres somos irracionales o de alguna manera tontas. Y no lo somos. Las decisiones que una toma como mujer frente a esto son conscientes y sabemos las consecuencias que acarrean, así como también un hombre. Existe una igualdad de condiciones.
-¿Pero lo que dice Valeska es cierto, culturalmente las mujeres han sido castigadas?
Nayadeth: Claro. Obviamente. Nosotros queremos postular esa igualdad de condiciones de ambos géneros frente a la culpabilidad. En la realidad en lo absoluto es así, seguimos siendo juzgadas, aunque hemos dado hartos pasos como mujeres.
Valeska: Es que también tiene que ver con la cultura. Por ejemplo Latinoamérica es una cultura matriarcal donde la mujer tiene el poder y la importancia: la Pachamama, la diosa de la tierra, la que da la vida. Y América fue colonizada por una cultura patriarcal que es la europea, donde Dios tiene el poder. Nuestro pensamiento y concepción de las cosas se relaciona con un poder matriarcal.
-A propósito de eso, desde el disco anterior algunas fotos del grupo apelan también al erotismo. ¿Eso valida la idea de una mujer como un objeto sexual, atractivo por su aspecto?
Nayadeth: Yo creo que…
Karen: Te puedo decir… (se interrumpen), perdón.
Valeska: Todas queremos decirte algo.
-Adelante.
Karen: Eso tiene relación con lo que hablamos de la entrega del mensaje por capítulos. Esto depende de cómo la gente es y de la interpretación. El arte va a ser subjetivo según la persona que lo vea.
Karen: Por ejemplo aquí jugamos irónicamente con lo que la gente asocia a la lujuria, que es la serpiente y la manzana de Adán. ¿Qué era lo típico en lujuria? Poner una tipa desnuda. Pero si te das cuenta la cara de esa mujer es más dulce.
Leslié: Por qué la quisimos retratar blanca: porque es uno de los hechos por lo que es más juzgada la mujer, por las parejas, por casarse cuatro veces. Quisimos retratar que es algo súper natural, algo de hoy, una mujer actual.
Valeska: Cuando un hombre es liberal y vive la vida solo es admirado. Pero la mujer es juzgada: "oye, qué mala es esta mina, cómo se mete un día con éste y al otro con otro". Oye, pero si está sola, que haga lo que quiera. Ése es el punto.
Nayadeth: Hay algo fundamental en el arte, que es que el cuarenta por ciento en lo que tú ves está acá, pero el otro sesenta por ciento es tuyo. Para ti son eróticas (las fotos). Para mí no, para mí reflejan un mensaje distinto. Entonces ahí está el juego: planteas algo pero no puedes esperar que la gente vaya a pensar lo mismo que tú. La (foto de la) gula puede ser súper controversial. Gula todos la asocian a la comida: si te fijas en los detalles, esta mujer está despedazándose.
Leslié: Su cara es terrible. Nada de sensual.
Nayadeth: Qué tiene de sensual eso. Ahí está la doble lectura.
-Es cierto, es una lección para los hombres que lo que primero ven es un cuerpo desnudo.
Nayadeth: Igual son imágenes súper fuertes. Esa (la de una familia) apunta al tabú chileno de la familia: de la puerta para afuera somos todos felices y no reconocemos la infelicidad que tenemos por dentro.
Karen: Y esa foto es absolutamente real, es de un titular que vimos en el diario, en el verano, que decía "Nana sostiene quitasol por más de quince minutos a dueña en la playa".
Nayadeth: Y ésta (la de la gula) fue inspirada en otro titular.
Valeska: Sobre la esposa del Mago Valdivia y sus mil zapatos.
Nayadeth: Gula. Claro.
Karen: Aquí ves cosas de la historia, de la actualidad, de todo.
Folk fusión a coro
Una discordancia que existe entre nosotras
-Después de las varias integrantes que han pasado por el grupo, ¿dirían que ésta es la formación definitiva de Las Capitalinas?
Nayadeth: Sí. No concibo la banda con otra estructura, y creo que va más allá de la música, por un tema fraternal.
Valeska: ¿En serio no musical?
Leslié: No.
Nayadeth: No. Yo creo que musicalmente estamos súper afiatadas, complementadas, nos llevamos muy bien, nos conocemos sobre el escenario. Pero a modo personal me pesa mucho más el tema emocional que el musical. Yo toco en otra banda y no es lo mismo.
-¿Cuál?
-Otra banda de rock terrible under con la que hago otras cosas -dice, y cuenta que el grupo se llama Cunilingüe.
-¿Es una defensa del cunilingus?
Leslié: Tocan para los cumpleaños.
Nayadeth: Es verdad, tocamos para los cumpleaños míos.
Karen: Las Capitalinas estamos súper bien compenetradas, pero no significa que no podamos incorporar nuevos sonidos a los trabajos que se hagan. Está el mismo Pablo (Espinoza, guitarrista invitado) desde que incorporamos la guitarra eléctrica en la banda, y en este disco tenemos percusiones latinas, bronces.
Leslié: Pero siempre van a ser hombres. Los músicos invitados. Porque las únicas mujeres somos nosotras.
Valeska: Ah, no, ahí no estoy de acuerdo.
Leslié: Es una discordia que existe entre nosotras.
Valeska: Por ejemplo sería súper rico un día mandarnos una volá con una DJ, una mina con sus trenzas... Yo no tengo problema con que sean hombres o mujeres.
Karen: Quizás si incorporáramos mujeres sumaría más que restaría, porque sería más (acorde con) el concepto.
Nayadeth: Pablo (Espinoza) es el músico invitado más generoso que he visto en la vida, con respecto cómo se comporta en el escenario y con nosotras. Él tiene una llegada con el público y se desenvuelve increíble en el escenario pero jamás nos opaca. Pablo es el músico invitado a una banda más estable que existe en el mundo. Llevamos cuatro años tocando con él.
-¿Y no está frustrado? El eterno invitado que nunca va ser un Capitalino.
Karen: Es que tendría que depilarse y ponerse mini.
Nayadeth: Te lo voy a graficar de una manera súper musical: él es el Billy Preston de las Capitalinas.
-¿Entonces ustedes son las Beatles?
Nayadeth: No. Guardando las proporciones. Porque Billy Preston participaba en las composiciones, grababa los temas, pero nunca estaba en la foto. Pero era como uno de los Beatles.