Como buena directora, ahora Madonna pasa por las alfombras rojas de los festivales y ofrece conferencias de prensa.
EFETORONTO.- Madonna conoce bien el éxito después de 30 años de carrera musica l, en las que llegó ser reconocida como un icono, y coronada nada menos que como la "reina del pop". Sin embargo, detrás de cámaras, donde desarrolla una carrera relativamente reciente, los elogios le han sido mucho más esquivos.
Pero ahora espera que esa tendencia se revierta, y ya ubica a su eventual entrada en la carrera por los Oscar como el broche ideal. Así lo manifestó hoy en el Festival de Cine de Toronto, hasta donde llegó con su segunda película, "W.E".
"Cruzo las piernas y los dedos", dijo esperanzada en lograr una nominación.
"W.E", que acaba de presentarse fuera de concurso en el Festival de Cine de Venecia y que forma parte de la programación del Festival de Cine de Toronto (TIFF), se estrena a principios de diciembre en Estados Unidos, justo a tiempo para aspirar a la estatuilla dorada.
La segunda película como directora de la "reina del pop", tras "Filth and Wisdom", es la historia de una joven (Abbie Cornish) que se obsesiona con la historia de amor que vivieron el rey británico Eduardo VIII (James D'Arcy) y la norteamericana Wallis Simpson (Andrea Risenborough), por quien el soberano abdicó.
Y después de que la crítica no tratara muy bien a su ópera prima ni quedara muy impactada con "W.E" en Venecia, Madonna reconoce que siempre siente nervios antes de un estreno.
"Claro que siento nervios porque es algo nuevo para mí. Siento la misma presión que cuando comencé mi carrera musica l. Tuve que hacerme mi camino para ser tomada en serio en la música, y soy consciente de que deberé hacer lo mismo en el mundo del cine", dijo la cantante rodeada de sus dos actrices principales, Andrea Risenborough (Wallis Simpson) y Abbie Cornish, además del compositor de la música del filme, Abel Korzeniowski, quien ya había trabajado en cintas como "A Simple Man".
Consultada sobre si sufría con las malas críticas, la "chica material" confesó que "me importan cuando son justas, cuando son sobre la película, pero no cuando se mezclan con otros aspectos de mi vida personal. Cuando son sobre la película, les presto atención".
La "reina del pop" también reveló algunas intimidades y cábalas del rodaje, como que a veces se aparecía con una guitarra en el set y cantaba algunas canciones con su elenco. "Sí, cantamos juntos. Cuando está lloviendo y estás esperando en una caseta sucia a que pare, es una posibilidad".
Entre uno de sus principales rituales, Madonna contó que le gustaba ayudar a sus actrices a dar los últimos retoques a su vestuario. "Ponerles los collares, los brazaletes, arreglarlas, cosas así... era mi excusa para poder tocarlas", contó. De hecho, en el rodaje se usaron algunas de las joyas auténticas de Wallis Simpson.
Madonna confesó que se sintió cautivada por la historia de Simpson, "una criatura misteriosa, dos veces divorciada, bella de una forma no convencional", que logró que un miembro de la casa real abdicara al trono. Pero sobre todo, le pareció interesante como ejemplo del culto a las celebridades de hoy y en el pasado.
"Muchos creían tener la verdad sobre Wallis, pero por mucho que investigué no encontré evidencias de todo lo que se decía. Desde tiempos de Cleopatra, y pasa con todas las figuras icónicas o históricas, tomamos por ciertas cosas que no lo son y terminamos reduciendo a nuestras figuras a apenas una frase. Pero son seres humanos, con sus defectos e imperfecciones".