Foncea, Valenzuela y Caces son los que portan hoy la bandera de Lucybell, que en 20 años ha flameado al ritmo de distintos sonidos, para construir una sola historia.
El MercurioSi hubiera una postal de la noche, ésa sería "Cuando respiro en tu boca": Viejos y actuales integrantes de Lucybell cumpliendo funciones específicas sobre el escenario, para recrear ese tema del ya lejano disco Peces (1995), con renovada energía. Tanta, que el bajista Marcelo Muñoz debió tocar una parte de la canción desde el suelo, luego de trastabillar a causa de su propio ímpetu. Las risas entonces fueron generalizadas sobre el escenario, mientras el público se entregaba al pulso sentido de esta pieza fundamental en la historia del grupo, la que figura con el número uno en el primer álbum.
Luego, Claudio Valenzuela, Cote Foncea y Eduardo Caces, más los antiguos Muñoz y Francisco González, abrazados en la foto oficial de la celebración. Porque eso fue lo de esta noche, una celebración: De la efeméride que indica que hace 20 años la banda fue creada, pero también de la luminosa historia que a partir de entonces se construyó hasta el presente.
Por esa trayectoria, y por todos los sonidos que hay en ella, es que el grupo se paseó en cerca de dos horas de concierto —tras la apertura del propio González con su trabajo solista—, este sábado en el Teatro Oriente. Fueron en total 25 canciones, representativas de todas las etapas del grupo, desde la más onírica hasta la más rockera.
De ello se encargó el trío actual, que salió a escena con "Fui a cazar", del disco Amanece (1999), para luego avanzar al presente con "Abre tus ojos", el más reciente single de Fénix (2010). Un salto en el tiempo que se mantendría durante todo el concierto, que no tuvo privilegio alguno por un disco determinado.
Así, se pudo seguir por la electricidad de Comiendo fuego (2006) a través de "Infinito amor", e inmediatamente después por la experimentación de Lucybell (1998), con la etérea "Rojo eterno", que mantuvo la misma base electrónica impresa en el tercer disco y el apoyo de trompetas que la decoró luego en Sesión futura (2001).
El recorrido, entonces, era el propicio para el mayor hito que anotaron estas jornadas de viernes y sábado, con la visita de los fundadores Muñoz y González —faltó el tecladista Gabriel Vigliensoni, residente en Canadá y que estará en futuras presentaciones—. Ambos aparecieron en el escenario entrando en el último tercio, para iniciar un segmento de cuatro canciones que por momentos valió sólo por emotividad, mientras en otros se validó por su búsqueda.
Porque si en "Carnaval" Muñoz tomó una guitarra electroacústica que las doce cuerdas de Cote Foncea transformaron en simple decorado, en "Mataz" y "Cuando respiro en tu boca" los seis músicos en escena cumplieron funciones particulares, que dieron a esas canciones renovado carácter.
"Luces no bélicas", "Mil caminos" y "Sólo crees por primera vez" cerraron una noche que abrió las celebraciones por las dos décadas del grupo, pero que también dice algo más: Lo del Oriente ha sido el reflejo de una banda que, pese a los cuestionamientos cruzados de viejos y nuevos fans, crece y se renueva a su manera.
En estos 20 años se ha hablado de dark, de electrónica, de atmósferas y de un power trío, entre tantos otros momentos. De todo eso ha habido, es cierto, con seguidores que se han ido, otros que han llegado y otros que han regresado. El Lucybell de hoy, el que nació en 1991 y el que editó por primera vez en 1995, defintivamente no son el mismo. Y aunque hay varios grupos contenidos bajo ese nombre, lo de este sábado dejó algo en claro: Más allá de un sonido, de una formación o de algunos éxitos, Lucybell también es un espíritu que permanece.