Sonido y teatro para la primera infancia

Mucho más personal que una coproducción, mucho más compartido que una post-dirección: lo que las compañías de teatro y música infantil Teloncillo (de España) y Teatro de Ocasión (de Chile) han compartido en las últimas semanas en Santiago es la co-dirección de una obra. Ambos grupos han colaborado en el primer montaje que el elenco chileno estrenará este 23 de septiembre en el Centro Cultural de España, titulado "Una mañanita partí".

Y es teatro infantil por definición. "Estamos hablando de niños de dos a cinco años", dice el actor Ángel Sánchez Ruiz, que integra la compañía española junto a la actriz Ana Isabel Gallego. De este modo Teloncillo ha trabajado por primera vez en esta modalidad compartida, junto a Teatro de Ocasión, un trío que a su vez consiste en el actor César Espinoza, ya conocido por ser parte del elenco de teatro musical Tryo Teatro Banda, y por la dupla entre María Fernanda Carrasco y Álvaro Sáez, que en paralelo son la cantante y el baterista del grupo musical La Mano Ajena.

-Al final se ha transformado en una co-dirección -define Fernanda-, porque nosotros tenemos parte del trabajo y las ideas, pero ellos han sido los curadores y juntos hemos creado escenas nuevas.

-¿Sí es familiar para Teloncillo trabajar en co-dirección, o es algo novedoso?
-Totalmente novedoso -dice Ana-, porque como trabajamos en España desde la primera idea, el primer afiche, el primer boceto, el punto de partida somos siempre Ángel y yo. Ellos hicieron el planteamiento general del montaje, lo vimos y creo que todos pasamos los mismos nervios el primer día, ellos de enseñárnoslo y nosotros de descubrirlo. Era un riesgo para todos.

-Y por el lado nuestro claro que nos costó encontrar por dónde ir -agrega Fernanda-, si es la primera vez que trabajamos para la infancia con Álvaro (Sáez), aunque César (Espinoza) tenía alguna experiencia. Pero dimos vuelta todo y al fin encontramos algo que mostrar y estamos trabajando a partir de lo que nos gusta.

-Yo añadiría que teníamos más curiosidad que miedo -matiza Ángel Sánchez desde la contraparte-. Pensábanos que nos íbamos a entender, y efectivamente se dio de una forma natural.

Viaje universal

El punto de partida de la obra "Una mañanita partí" es el verso "Una mañanita partí a Concepción" con que parte una de las canciones del LP Tolín, tolín, tolán, grabado a comienzos de los años '70 en Chile por la cantante Charo Cofré, con canciones de María de la Luz Uribe e ilustraciones de Fernando Krahn: una canción que relata un viaje a bordo de los más diversos medios de transporte, entre avión, caracol, pajarito, tren, caballo y otros. "Ésa fue nuestra inspiración", dice Fernanda.

-¿Cómo llegaron a ese disco?
-Es el disco de mi infancia, de mi familia. Un disco que llegó como en los ’70 a mi casa, antes de que yo naciera, pero tengo cuatro hermanos mayores y todo me llegó de herencia -cuenta la actriz. Y aunque al final la obra no es una adaptación directa de la canción original, la compañía alcanzó a contactarse tanto con Charo Cofré como con los hijos de Uribe y Krahn.

"Y se portaron muy bien con nosotros. Finalmente no ocupamos la canción, porque hicimos décimas y cuartetas que acompañan el relato", explica ella. "Fue un proceso de degradés", agrega Álvaro Sáez. "Partimos con la idea de cantar la letra incluso en el mismo orden, del avión, el caracol, el abejorro, el hormigón hasta llegar a Concepción. Y de ahí pasamos a hablar de los elementos, el agua, el aire".

-Se ha convertido en un viaje universal -comenta Ana-. Lo que hemos trabajando es los elementos y hemos viajado al desierto, al mar, a la selva. Qué bueno que cuentas (sobre la importancia del disco original), porque en los trabajos para la infancia la inspiración personal da un punto de honestidad al trabajo: parte de algo que ya estaba en tu imaginario infantil y probablemente en Chile pertenece a más gente.

Tanto Fernanda como Sáez habían compartido experiencias teatrales previas de teatro físico con la compañía Mendicantes, teatro con elementos de animé y hasta una compañía previa y propia, La Fiambre. "Que le tuvimos que cambiar de nombre para teatro infantil", se ríe ella.

-¿Cómo se conecta esta obra con la experiencia previa de ustedes tres como actores? ¿Apela a algo de lo que han hecho antes en teatro o es algo nuevo?
-Lo más nuevo es la manipulación de objetos -dice Sáez. "Apela a todo y a lo desconocido también, porque esta alianza que se creó acá para nosotros es el inicio de un proceso. También es nueva la relación que vamos a vivir ahora cuando hagamos funciones para los niños", agrega Fernanda, que recuerda que con La Fiambre montaron la obra "Escribiendo la memoria con la tinta de la lengua" (2003), para adultos mayores.

-¿Y ahora es todo lo contrario, pasaron de adultos mayores a guaguas?
-Sí, así nos fuimos -dice ella.

-Una pregunta que nos hicimos desde el comienzo es para quién estamos haciendo teatro -plantea Sáez-. Y lo mismo nos pasa en el arte en general, en la música. ¿Estamos haciendo música o teatro para los artistas, con un lenguaje específico, o para buscar nuevos públicos? Siempre fue una inquietud para nosotros ir en busca de nuevas audiencias.

-¿Para César hay una continuidad de Teatro de Ocasión con Tryo Teatro Banda?
-Para mí es una evolución, un seguimiento -responde el actor-. Yo estudié teatro, pero en Tryo Teatro Banda empecé a desarrollar mucho mi encuentro con la música, que siempre me llamó la atención. Y esto para mí es como darse un gusto, musical y actoralmente. Desarrollar algo centrado en la música que para mí ha estado pendiente, a pesar de que la música ha sido un elemento importante.

-¿En cambio para los que vienen de La Mano Ajena aquí están haciendo más teatro que música?
-En todo el tiempo que he estado en La Mano Ajena nunca he dejado de hacer teatro -dice Fernanda-. Una sola vez me dediqué todo el año a La Mano Ajena, y nunca más.

-¿Incluso algo de teatro hay en La Mano Ajena también?
-Sí, pues. Debería -se ríe ella-. Lo intentamos.

-Creo que lo de La Mano Ajena hemos tratado que sea más natural, que de a poco los colegas músicos se vayan sintiendo cómodos en el escenario -agrega Sáez.

La presencia de Teloncillo en Chile también incluyó presentaciones de su obra "Otto", que ni siquiera es para niños de dos a cinco años. Es para guaguas de seis meses. "Y a veces nos meten incluso (a niños) de cuatro meses", dice Ángel Sánchez.

-Aun más extremo.
-Pero es un público que está descubriendo el mundo -explica Ana-. Y la música es una de las mejores maneras de descubrir el mundo. La atención de los niños con la música es instantánea, tocas un instrumento, cantas con una voz bonita y adquieren interés. Con la música es muy fácil mantener una relación con los niños.

-Es importante el teatro para la primera infancia, y en ese sentido el trabajo de ellos es nuestro punto de partida -reconoce Álvaro Sáez a propósito de Teloncillo-, para ver también el modo de trasladar esa experiencia a Chile y hacerlo con una perspectiva nueva, no la de Walt Disney.

-¿Hay planes de seguir colaborando a partir de esta obra?
-Claro, y creo que estamos haciendo algo muy importante juntos -dice Ana-, que es atender a estas nuevas audiencias, compartir con estos nuevos espectadores momentos que para ellos sean inolvidables y que para nosotros son muy energéticos y alimentadores. Porque no hay precedentes. Yo esto lo entiendo como una semillita que, si florece en Chile, Teatro de Ocasión va a hacer algo que no había y que es necesario, que es teatro para la primera infancia. Y creo que va a haber otras compañías que lo hagan desde la danza, el circo, la música. En España ha sido así: hemos cogido Ángel y yo la música, otros la danza, otros los objetos, y estamos atendiendo a ese público. Y está siendo exitoso.

-¿Sería descabellado pensar que, si dos tercios de Teatro de Ocasión están dentro de La Mano Ajena, la compañía podría aprovechar una gira internacional de esa banda para presentarse también?
-Ya estamos siendo descabellados -sonríe Fernanda-. En eso estamos. No es tan descabellado.