Durante la apertura se presentará ''Hamlet'' en una singular versión del director Thomas Ostermeier.
El MercurioBUENOS AIRES.- Con una fuerte apuesta a los grandes espectáculos teatrales se inauguró el sábado el VIII Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA). La singular versión de "Hamlet" presentada en la apertura por la Schaubühne de Berlín, con dirección de Thomas Ostermeier, marcó esta tendencia.
"Buenos Aires tiene un liderazgo tremendo en materia teatral, pero después de los años 90 ya no en los grandes espectáculos, sino con características más pequeñas, con el acento puesto en la dramaturgia y en las actuaciones y menos en el recurso técnico y en el gran escenario", explica Darío Lopérfido, director artístico de esta edición del FIBA.
"Tratamos de traer espectáculos que no se ven habitualmente en Buenos Aires, por su modo de plantar la obra sobre el escenario. Me gusta que haya un intercambio de miradas, porque si no es muy difícil hacer un festival en Buenos Aires que tiene una oferta tan vasta".
Entre las 13 obras internacionales que integran la programación del FIBA se cuentan "Una flauta mágica" de Peter Brook sobre la ópera de Mozart, "Eraritjaritjaka, museo de las frases", con textos de Elías Canetti, en una puesta del director y músico alemán Heiner Goebbels con el Cuarteto Mondriaan sobre el escenario, "El gran inquisidor", un unipersonal dirigido y protagonizado por el director y cineasta francés Patrice Chéreau sobre textos de Dostoievsky, y una versión de "Medea", de Eurípides, ambientada en Burkina Faso, dirigida por el francés Jean-Louis Martinelli.
Se produce de este modo cierto giro con respecto al último FIBA, en el que el eje estaba en la búsqueda de espectáculos "por fuera de los mercados teatrales habituales y del mercado de los festivales internacionales, que, por ser programados siempre por la misma gente, terminan siendo iguales en todas partes", según expresó el director teatral Rubén Szuchmacher, uno de los codirectores de esa edición, en declaraciones a la revista "Ñ", del diario "Clarín".
"Este Festival también tiene espectáculos más pequeños, más reducidos", aclara por su parte Lopérfido. "El espectáculo italiano ("Alexis, una tragedia griega", una puesta de Enrico Casagrande y Daniela Nicoló) es casi de investigación de una dramaturgia sobre 'Antígona', utilizan la anécdota de la muerte de un chico en Grecia durante unas manifestaciones antiajuste y trabajan experimentando y probando. O los espectáculos chilenos ("La amante fascista", dirigida por Víctor Carrasco, y "Villa + Discurso", una puesta en escena de Guillermo Calderón), que son fuertemente políticos."
Lopérfido retorna al Festival que creó en 1997, cuando era subsecretario de Cultura de Buenos Aires, durante la gestión al frente de la ciudad del luego presidente Fernando de la Rúa.
Obras de México "Las cajas voyeuristas", con dirección de Dora García), Brasil ("Gnawa" y "Preludio a la siesta de un fauno", coreografías de Iracity Cardoso e Inés Bogéa), España ("Yo no soy bonita", de Angelica Liddell, y un concierto de la cantaora Estrella Morente) y Uruguay ("Chaika", dirigida por Mariana Percovich), así como una amplia muestra del teatro argentino completan la programación.
La primera reacción del público a la programación del FIBA fue positiva. "Fue el aplauso más fantástico que jamás recibí en mi vida", dijo al finalizar la función de apertura Lars Eidinger, el protagonista de "Hamlet" que es considerado una de las nuevas estrellas del teatro y cine alemán.