Pinti no hablará de educación ni del gobierno chileno en su espectáculo, aunque sí dedicará minutos a la crisis internacional.
FénixSANTIAGO.- "Nosotros pertenecemos a la época del café concert de los 70, que después evolucionó y algunos, a nuestros 70 años, seguimos trabajando", dice Enrique Pinti, un decano del monólogo de humor latinoamericano, en plena época de stand-up comedy. "Nuestro café concert era transgresor, iconoclasta, juguetón", recuerda.
Ya han pasado más de 30 años, pero esos sellos no se han perdido en el comediante, identificado por su ametralladora manera de hablar. Y son esas características, precisamente, las que volverá a desplegar en Chile este fin de semana, cuando se presente en el Teatro Oriente.
Hasta allí llegará con el mismo espectáculo que trajo en 2010, ya que "mucha gente se quedó sin entrada", aunque con algunos retoques dados por la actualidad y bajo el nombre "Pinti" argentino.
"Los mismos temas que me siguen preocupando son la situación mundial, con el primer mundo resquebrajándose; nuestra situación, de Argentina; y por supuesto la sátira de costumbres que es lo clásico: Cómo se viaja, el argentino en el exterior, la imposibilidad de usar la tecnología, las cirugías estéticas... Todo lo que tenga que ver con la realidad", cuenta.
-¿Cirugías estéticas? Su país se ha especializado en exportar modelos siliconadas al nuestro...
-Creo que sí. Pero los que dieron cátedra son los venezolanos. La Miss Venezuela dictó una cátedra que llegó hasta la Italia de Berlusconi. Las primeras que parecieron un ejército de clones lobotomizados fueron ellas. Ellas difundieron por toda Latinoamérica un tipo de mujer alta, con tetas, si no tenía se agregaba, labios carnosos, morenas teñidas de rubia, con lentes de contacto celestes. Muñecas barbies en versión latina. Por intermedio de las chicas nuestras, eso lógicamente tenía que llegar a Chile.
-¿De las autoridades también habla?
-Para mí no existe nunca un humorismo oficialista, tiene que ser siempre crítico, por lo tanto uno debe señalar defectos del gobernante. Yo igual no lo hago con los países a los que visito, porque no los conozco lo suficiente. Además, una cosa es la política norteamericana, hablar de Obama, de Sarkozy, de Berlusconi, porque son los países que rigen al mundo. Respecto de los demás, de Latinoamérica, las características personales de cada presidente las sabe fundamentalmente la gente del lugar. Uno no puede venir y hablar de Piñera por lo que conoce. ¿Que podría decir? Que cuando vine el año pasado lo alababa todo el mundo y ahora lo quieren matar. Pero eso le pasa a todos los presidentes.
-De todos modos, no ha habido artista que visite Chile en los últimos meses y que no tenga una palabra para los estudiantes...
-Desde luego. Yo no lo hago desde el escenario, pero sí como una cosa personal. Creo que el problema de la educación es un problema delicadísimo, en todas partes del mundo. Hay lugares como Argentina que tienen enseñanza gratuita, inclusive la universidad. Eso debe defenderse a rajatabla. Pero eso solo no alcanza, hay que tener una buena calidad de la educación, que en la República Argentina ha bajado mucho en los últimos 30 a 40 años. Pero no se debió a tener enseñanza gratuita u obligatoria, sino a un deterioro del sistema, de la sociedad. De todas maneras, siempre hay que defender que se instruya lo más mayoritariamente a un pueblo, porque un pueblo educado puede tirar para adelante. Cualquier persona medianamente progresista va a apoyar a los estudiantes cuando piden estudiar. A estas alturas de la vida, un país como Chile merece tener una educación accesible.