Insoportable estrella de rock. Axl Rose se apersonó en el escenario en una fecha que no estaba programada en el show. El cartel decía 5 de octubre y Guns N'Roses actuó el 6.
El MercurioLos fans saben que los "plantones" de Axl Rose son parte del espectáculo de Guns N' Roses. Forma parte de la experiencia de ver a la banda. Y aunque para algunos -los no fanáticos- les puede parecer una estupidez, para los admiradores la espera del cantante -el único miembro original- es un rito. De ahí que no haya habido grandes problemas en el Movistar Arena para una presentación que estaba programada para las 23 horas y que recién comenzó a la 01:30.
Aunque las expectativas ya estaban calmadas tras su show del año pasado (con el disco Chinese democracy aún fresco), la presentación resultó entre fascinante y enrarecida. Por un lado, la banda no le hizo el quite a clásicos como "Wellcome to the jungle" o a rescatar piezas como la intensa "Estranged" (del Use your illusion 2, 1991). Todo con un sonido que replicaba la clásica explosión guitarrera con que la banda superó en poderío a colegas como Motley Crüe o Poison.
Pero también hubo muchos temas del Chinese democracy, un álbum que, por los mismos cambios de la industria discográfica, fue muy difícil posicionar como "gran regreso" de la banda, aunque varias de sus canciones sean sobresalientes. Y ahí hubo problemas, porque muchos no lo conocían, a pesar de estar en internet o de poder verse en YouTube.
Axl, mucho más delgado que cuando visitó el país en 2010, hizo su trabajo de forma correcta. Aunque el peso de los años se nota (especialmente en géneros como el rock de estadios), no tuvo problemas en encarar un show de tres horas. Si, porque el recital recién terminó a las cuatro de la mañana, el particular "premio" para el sacrificado fan de Guns N' Roses.