Jackson ingería propofol para controlar su insomnio.
APLOS ANGELES.- La última audiencia del juicio contra Conrad Murray, el médico acusado de provocar la muerte de Michael Jackson, reveló que los investigadores encargados de analizar la muerte del músico no hallaron evidencias de que el cantante hubiera tocado los frascos del anestésico que lo mató.
La sesión celebrada este jueves en la Corte Superior del condado de Los Angeles, sirvió para repasar los resultados de las pesquisas policiales, así como los análisis toxicológicos que se realizaron al cuerpo de Jackson tras su deceso el 25 de junio de 2009.
Los policías extrajeron una huella dactilar de Murray, acusado de homicidio involuntario, de uno de los envases de propofol presentes en la habitación y ninguna de Michael Jackson.
Al margen de las de Murray se hallaron otras huellas dejadas por alguna otra persona cuya identidad se desconoce hasta el momento.
El ayudante del fiscal del distrito, David Walgren, encargado de liderar la acusación contra el doctor, leyó al jurado un documento acordado con los abogados de la defensa en el que se dijo que la falta de huellas no significaba que los objetos no hubieran sido "tocados o manejados", sino que las marcas de dedos eran inservibles.
La estancia donde el "rey del pop" sufrió el paro cardiorrespiratorio estaba repleta de frascos de fármacos, entre sedantes, ansiolíticos, analgésicos y cremas para blanquear la piel.
Las pruebas de tóxicos confirmaron que Jackson tenía una alta concentración de propofol en sangre que se determinó como la causa de su muerte y descartaron que hubiera consumido algún tipo de droga ilegal, como cocaína o cannabis.
La Fiscalía insiste en que Conrad Murray cometió una "flagrante negligencia" en sus cuidados del cantante y que eso tuvo como consecuencia directa el repentino final del creador de "Thriller" por una sobredosis de propofol, mientras que la defensa apunta a que fue el propio Jackson quien se autoadministró el anestésico.
Murray, de 58 años, se declaró no culpable y se enfrenta a una pena de hasta 4 años de cárcel si resulta condenado.