Señor de las siete décadas. Paul Simon sigue marcando una pauta en la canción folk anglo.
El Mercurio
NUEVA YORK.- Cantó muchas veces sobre el sonido del silencio, pero Paul Simon no tiene previsto apagar su propia voz. El célebre compositor estadounidense cumplirá 70 años este miércoles 13 de octubre y lo celebrará pocos días después con su álbum Songwriter, un balance de sus casi 50 años de carrera.
Como a menudo en todo lo que hace, la colección que se publicará el 24 de octubre dejará patente el particular carácter de Simon. Al músico lo trae sin cuidado la opinión de otros sobre sus mejores trabajos.
Los 32 títulos del álbum son así su selección personal, una especie de regalo a sí mismo. "Ya no me gustan los grandes hits", señalaba un terco Simon en su página web. El célebre tema "Mrs. Robinson", por ejemplo, no está en el CD.
Simon es conocido justamente por esa tozudez y su actitud esquiva. El compositor dice siempre lo que piensa, preferentemente en forma de canción. El pequeño cantante salta al escenario por lo general con un gesto adusto, rara vez sonríe y se suele ocultar bajo una gorra de béisbol.
"Me veo a mí mismo como compositor, el artista de álbumes y músico de conciertos que hay en mí sigue los pasos del que escribe", señala. Y lo dice un músico que suele arrastrar a auténticas masas con sus recitales.
Más público que en Woodstock
Unas 750 mil personas peregrinaron hace 20 años al Central Park neoyorquino para celebrar la carrera como solista de Simon. Una década antes se había presentado en vivo en el mismo lugar con su mítico compañero, Art Garfunkel. Casi 50 mil asistentes convirtieron el evento en el mayor concierto de rock de una sola banda hasta entonces.
Los ex compañeros de colegio se dieron a conocer como Simon & Garfunkel y el álbum The Sound of Silence en 1966. Con "Bridge Over Troubled Water" marcaron en 1970 a toda una generación, antes de dejar consternados a sus seguidores con su separación como dúo.
El folk rock no era suficiente para Simon, que quería experimentar y hacer filosofía. Pero el éxito de antaño no quería volver. Aunque su trabajo en solitario Still Crazy After All These Years recibió el Grammy al mejor álbum de 1975, el compositor nunca alcanzó la popularidad mundial de Simon & Garfunkel. La fama volvió tras la reunificación del dúo, pero los músicos no duraron mucho tiempo juntos.
Un poco de world music
Hearts and Bones debía ser publicado como álbum conjunto, pero Simon lo sacó en solitario en 1983 y se estrelló con él. Después decidió irse de viaje y encontró nueva inspiración en Sudáfrica.
Los cantos corales de Ladysmith Black Mambazo fascinaron tanto al compositor que en 1986 produjo Graceland con ellos. El álbum se convirtió en un éxito rotundo, con más de cuatro millones de copias vendidas y un nuevo Grammy.
La pasión de Simon por la "música del mundo" se mantuvo. Experimentó con tambores brasileños, pero "Rhythm of the Saints" no pudo encadenar con el éxito de Graceland en 1990. Luego siguieron You’re The One (2000) y Surprise (2006). Pero el regreso a primera fila llegó sólo en 2003 con el anuncio de que volvía a tocar con Garfunkel.
El dúo volvió a atraer masas con el exitoso tour "Old Friends". Y en 2009 celebró otra gira conjunta. Simon, sin embargo, no renunció a su carrera de solista. A comienzos de 2011 sacó al mercado su álbum "So Beautiful Or So What". Componer es algo "que sucede de forma misteriosa", comentaba sobre su pasión por seguir trabajando. "No puedo explicar de dónde vienen algunos textos. Aparecen", decía. Y siguen encandilando aparentemente al público.
Cuatro semanas antes de su cumpleaños volvió a vivir otro de esos momentos mágicos: Simon estuvo en la Zona Cero neoyorquina conmemorando los atentados del 11 de septiembre de 2001 y cantó "The Sound of Silence" con su guitarra en mano. El tema convertido en himno que compuso en 1964 tras el asesinato del presidente John F. Kenndy mostró por qué Paul Simon llegó a convertirse en una estrella mundial. Su música sigue teniendo una fuerza única cinco décadas después.