Canto con años de guarda

Más allá de las cuatro décadas de vida que por lo bajo suma cada uno de los tres conjuntos convocados, hay también años de historia previa en la gira que Illapu, Inti-Illimani y la alinación de Quilapayún lideradad por Rodolfo Parada y Patricio Wang han emprendido este año, y que este fin de semana recalará en la capital (ver recuadro) con dos actuaciones en el Teatro Caupolicán.

Identificados entre los nombres principales surgidos en el movimiento de la Nueva Canción Chilena de los años '60 y '70 y desarrollados bajo la condición común e impuesta del exilio durante la dictadura de Pinochet, los tres grupos no habían sin embargo compartido un mismo escenario sino hasta 2003. Ese año los tres se reunieron en concierto "Allende en la memoria" celebrado en Ciudad de México, con motivo del trigésimo aniversario de la muerte del Presidente Salvador Allende.

-Para los treinta años de Allende esto se realizó en el Auditorio Nacional y en El Zócalo en Ciudad de México: la única vez en que los tres grupos hemos estado juntos en un escenario. con jóvenes que tienen a todos los sectores, y sobre todo a los políticos, puestos de cabeza. Jóvenes que al igual que nosotros ayer soñábamos cambiar el mundo y que creen que todo es posible.

Jorge Coulon, uno de los integrantes de larga data de Inti-Illimani, pone más historia en juego y se remonta a los conciertos de regreso de Inti-Illimani e Illapu en Chile tras el exilio. "Este encuentro debería haberse producido cuando regresamos a Chile, y que finalmente fue un encuentro entre Inti-Illimani e Illapu en el Parque La Bandera", recuerda. "La idea y las comunicaciones febriles que tuvimos cuando supimos que podríamos volver del exilio fue hacer el regreso de los tres grupos juntos, pero al final por problemas de logística y lo apremiado del tiempo no alcanzó a llegar Quilapayún".

Contra el Club de Toby: las invitadas

"Juntos, aquí estamos" es el nombre del espectáculo, que se inició con fechas el 8 de octubre en La Serena, el 9 en Talcahuano y el 10 en Maullín, y que se extenderá a Buenos Aires la semana entrante con el concierto que el elenco dará el lunes 17 de octubre en el Teatro Gran Rex de la capital argentina.

Como parte del concierto cada uno de los grupos presentará una antología de su repertorio en vivo y estrenará también versiones de canciones de los otros dos conjuntos. "Admiramos desde siempre a los Inti y los Quila, de quienes tomamos la idea de hacer el grupo Illapu", pone en contexto Roberto Márquez. "Tocábamos canciones de los Inti y de los Quila en festivales en el norte, y estar con ellos en este Caupolicán además lleno de historia es una experiencia increíble".

-Creo que lo que estos grupos representan es un cuestionamiento muy fuerte que se hizo a lo que significaba ser chileno o latinoamericano desde el punto de vista musical -analiza Jorge Coulon-. Nosotros mismos nos sorprendemos de todos los frutos que han salido de esta pasión, porque no creo que ni Quilapayún ni Inti-Illimani ni Illapu hayamos nacido pensando en hacer revoluciones musicales de ningún tipo: lo que nos movía era el maravillarnos frente a un patrimonio musical que íbamos descubriendo, y eso se sintonizó con un sentimiento que en toda América Latinas floreció muy fuerte.

Aparte de los tres grupos habrá invitadas como parte del elenco. "Resulta que este es un tremendo, gigantesco y grosero Club de Toby, entonces la idea es que sean invitadas", sonríe Coulon. "Invitadas jóvenes también, para equilibrar un poco", agrega Márquez. "Todos los grupos estamos permeados por mucha juventud, así que vamos a haber distintas generaciones, y mujeres son las que faltaban. Hay excelentes cultores hoy día entre los nuevos trovadores y grupos chilenos, por muchos de los cuales sentimos una gran admiraicón. A lo mejor no en presencia física pero sí estaremos ahí, como un movimiento, una forma de mirar la vida y la música y nuestra historia".

De alguna manera mántrica: el movimiento social

La gira que hoy protagonizan los tres grupos viene siendo planeada además desde el año pasado, con motivo del concierto que la alineación de Quilapayún que encabezan Parada y Wang dio con diversos invitados en el mismo Teatro Caupolicán. Y tanto Márquez como Wang conectan a su vez esta gira con el contexto de movilizaciones sociales que se ha vivido en Chile durante este año.

-Ojalá que este encuentro haya propiciado de alguna manera mántrica lo que está pasando, que para algunos es muy preocupante pero que para nosotros es refrescante -dice Coulon-. Si las cosas están mal tenemos todo el derecho a cambiarlas. Si se hizo un sistema para que la educación fuera mejor y ese sistema lleva treinta años y no sirve... hagamos otro. Si el sistema de salud también lleva treinta años y la salud pública es un desastre, hagamos otro sistema. No estamos más que recordando a los chilenos que Chile les pertenece.

-Sentimos que este movimiento es la punta de lanza para los muchos cambios que hay que hacer en nuestro país. Se habla del lucroo en la educación, pero acabamos de ver el lucro en la salud que es increíble también -agrega Márquez, en alusión a las millonarias utilidades obtenidas por las Isapres en 2011-. Lo que hay que hacer es cambiar esta sociedad de lucro. Y también hablar sobre los medios de comunicación, la televisión sobre todo, que dicta lo que ven o no ven los chilenos, lo que es bueno y lo que no, lo que vende y lo que no vende. Y utilizan criterios que muchas veces tienen muy poco que ver con la misma gente. Y obviamente son medios muy masivos, de mucha penetración.

El caso de los programas de moda en la televisión local sirve de ejemplo al director de Illapu. "Hoy la televisión dice que la música no vende, entonces no hay música en la televisión, a no ser que sean imitadores. En Chile el mercado de la imitación es increíble cómo ha llegado a la televisión: que un tipo imite y se disfrace muy bien es terrible, es alguien que vive una vida que no es la de él, y es lo que hoy día prilivegia la televisión y lo que hoy día todo el mundo aplaude. Por eso estamos jugándonos también los músicos", dice Márquez. Y las revindicaciones sociales bien se pueden aplicar también al ámbito de la música, agrega Coulon:

-Se ha instalado en Chile también un sistema mediante el cual pocas personas controlan los espacios en los que se puede hacer música, incluso en las iniciativas públicas como el GAM, Matucana 100 -ejemplifica el músico-. Esto de la existencia de pocos personajes que obtienen un gran profito de su intermediación entre las necesidades de la gente y los recursos del Estado es una situación que atraviesa a toda la sociedad. Y creo que la cacterística de este movimiento estudiantil, que, ojo, no es sólo estudiantil, no es tanto una rebelión popular sino una rebelión de la clase media. Y eso es lo más importante que tiene, porque la clase media es muy complicada de mover, por sus características, porque son los administradores del sistema, pero cuando se mueve es muy difícil pararla.