SANTIAGO.- En su sexta visita a Santiago, Deep Purple volvió a agitar a sus fanáticos con un enérgico concierto en que demostró que, a pesar de las más de cuatro décadas de trayectoria, su sonido de hard rock puro combinado con los pioneros sonidos del heavy metal británico, se escuchan aún vivos.
Con media hora de retraso, los primeros acordes de "Highway star" provocaron el estallido del variopinto público, caracterizado en diversas generaciones, entre personas de la tercera edad, adultos, jóvenes y hasta niños.
Una viva evidencia de que desde su primera visita en Chile, cuando en 1997 realizaron ese histórico concierto en el estadio Santa Laura donde estuvo tan lleno que el público provocó la caída de una torre, el lazo con la fanaticada local se acrecienta.
El quinteto cautivó a los cerca de 8 mil asistentes que asistieron al Movistar Arena, en un escenario que estaba ubicado en media cúpula. Se pasearon por los mayores éxitos que lo catapultó en la escena rockera mundial de los '70, principalmente por su disco más insigne, "Machine Head" (1972), con hits como la canción de apertura, "Space truckin'", "Lazy" y "Maybe I'm a Leo".
Es verdad que los años han provocado constantes entradas y salidas en sus integrantes —el único miembro fundador es Ian Paice (batería), además de los históricos Ian Gillan (voz) y Roger Glover (bajo)—, pero aún así demostraron ser la banda legendaria que siempre ha sido.
Principalmente en ese juego de solos entre la guitarra de Steve Morse y los teclados de Don Airey. El primero, por ejemplo, deleitó con la sutil "Contact lost" y la agresiva "The well dressed guitar", mientras que el segundo sorprendió a todos cuando finalizó un solo entonando "Gracias a la vida", de Violeta Parra.
Gillan se merece un punto aparte. Fuente de inspiración para innumerables vocalistas del heavy metal, demostró que a sus 66 años aún posee el aguante de antaño, pese a que constantemente entraba y salía del escenario. Pudo cantar durante casi dos horas de show, donde se incluyeron temas como "Strange kind of woman", "Mary long", "Perfect strangers" y "Rapture of the deep", este último de su más reciente disco homónimo a la canción.
Pero faltaba la más emblemática de todas. Morse jugando al suspenso con el público, hizo un megamix de riffs introductorios de clásicos del rock. Se paseó por "You really got me" de The Kinks, "Purple haze" de Jimi Hendrix, "Day tripper" de The Beatles y "Back in black" de AC/DC. Tras esto, siguió con ese reconocido comienzo de "Smoke on the water", como si con creces y con justa razón estuviera en el mismo podio de los riffs rockeros más pegadizos y emblemáticos de la historia. De inmediato, el público estalló.
Con ese knock out se terminó la primera parte. El encore continuó con más clásicos: "Hush" y "Black night", que coronaron nuevamente una noche brillante entre el público santiaguino y la agrupación británica.
Pero ésta no será la única oportunidad de ver a Deep Purple en Chile este año. Su gira por el país continuará este sábado en la Quinta Vergara de Viña del Mar, el domingo en el Gimnasio Olímpico de la Ufro de Temuco y culminará este lunes en el Estadio La Tortuga de Talcahuano.
No será la primera vez que hagan un tour por regiones. Ya lo hicieron en 2006, cuando debutaron en Viña del Mar, en 2008 en Concepción, y en 2009 en Puerto Montt y Antofagasta.