"Es el último concierto también hoy, como la última vez", dijo Patton con su característico sarcasmo.
Cristian Soto, El MercurioSANTIAGO.- Sus últimas y recientes presentaciones en Sudamérica habían sido sesiones de grandes éxitos acordes a las de un grupo de larga data, reunido tras una extensa separación y sin canciones nuevas que mostrar a sus seguidores.
Una apuesta comprensible para cualquiera en la condición de Faith No More, pero no cuando la ecuación cruza a este grupo con Chile, país en que en los últimos dos años acumulan presentaciones tanto de regreso como de despedida. Los músicos lo saben, y festinan con el hecho de la mano del siempre sarcástico Mike Patton.
"Es el último concierto también hoy, como la última vez", dice ante la incredulidad de la audiencia. La actitud es refrendada por el propio vocalista sólo un par de segundos después, cuando agrega que "la verdad es que cada año estamos acá, wey".
Por eso el grupo buscó justificar el regreso en Maquinaria con una apuesta distinta, y ésa fue la de presentar por completo el disco King for a day, fool for a lifetime, uno de los álbumes más radiales de su carrera, y editado en 1995.
La partida, entonces, estuvo dada tal como en esa producción, con las rockeras "Get out" y "Ricochet", para luego completar en estricto orden los 14 cortes del disco.
"Evidence", en su olvidable versión en español, dio el primer giro hacia sonoriades fuera de lo eléctrico, lo que se repetiría con los aires de salón de "Star A.D.", y los tintes cariocas de "Caralho Voador".
La exitosa "Digging the grave" volvió a agitar el ambiente a los pies del Claro Sony Ericsson Stage. Y literalmente a los pies, ya que la escasez de volumen permitía conversar sin problemas a los asistentes que se encontraban a 50 metros de los músicos, consagrando las primeras irregularidades que en ese ámbito se percibieron durante la presentación de Alice In Chains.
"Sabemos qué estamos tocando... No pidan canciones de Myriam Hernández, putos", dijo Patton en uno de sus tantos jugueteos en castellano, para dejar en claro cuál era la apuesta de hoy, conocida por todo fan bien informado.
Sin embargo, tras finalizar el repaso a King for a day... el grupo se permitió revisar un par de temas ajenos a ese álbum, entre ellos el esencial "Ashes to ashes", para luego bajar la cortina definitivamente entre fuegos artificiales.
Fue el cierre de algo que, fallas de sonido o incidentes mediante, no puede ser menos que una fiesta: La del reencuentro siempre efectivo de Faith No More con su tierra prometida, y que hace que todo anuncio por un próximo fin del grupo se evapore pronto. Como "cada año, wey".