Kathryn Bigelow ahora se concentra en su film sobre la ''caza'' de Osama bin Laden.
NYTLOS ANGELES.- No sólo por su altura de 1,82 metros encaja perfectamente entre el masculino mundo de cineastas hollywoodienses. Con su look de ex modelo, la realizadora Kathryn Bigelow apuesta por la acción, thrillers con tipos duros y temas explosivos.
Después de ser la primera mujer en alzarse con un Oscar por un film ambientado en Irak, ahora, mientras hoy celebra su 60° cumpleaños, planea hacer una película sobre la captura y muerte de Osama bin Laden.
Hace tiempo que Bigelow se proponía filmar una historia sobre el líder terrorista, pero después de que en mayo un comando estadounidense matara a Bin Laden tuvo que reescribir el libreto. Para ello ha vuelto a trabajar con el guionista Mark Boal, con quien colaboró en 2010 para "Vivir al límite" ("The Hurt Locker"), el thriller que la coronó en Hollywood. Su nuevo rodaje comenzará en breve, y la película llegará a los cines a finales de 2012.
Por suerte, la atlética Bigelow tiene brazos fuertes, porque en marzo de 2010 tuvo que levantar dos Oscars -de cuatro kilos cada uno- sobre el escenario del Kodak Theatre. "Vivir al límite" ganó seis Oscars, entre ellos mejor película y dirección. "Espero ser la primera de muchas", dijo entonces la directora. Y es que en los 82 años de historia de los premios fue la primera mujer en desbancar a la competencia, entre ellos su ex marido y director de "Avatar", James Cameron.
"Vivir al límite" fue la octava película de Bigelow, filmada con un reducido presupuesto de 15 millones de dólares y bajo las condiciones más duras -con tormentas de viento y arena y un insoportable calor-. El thriller se adentraba en las vidas de los desactivadores de bombas del ejército estadounidense en Irak y fue rodado en Jordania, justo en la frontera con el país mesopotámico.
La mujer más dura del cine
Bigelow se crió cerca de San Francisco, como la hija única de una bibliotecaria y el director de una fábrica de pinturas. Pronto descubrió su amor por el arte, se inscribió en la academia de bellas artes de San Francisco y se mudó con una beca para jóvenes promesas a Nueva York. Allí dio el salto al cine. "La pintura es un poco elitista, en cambio el cine supera la cultura y las clases", explicó en 2002 a "Los Angeles Times".
Su primera película, "The Loveless", la filmó a los 30 años. Era protagonizada por Willem Dafoe, al estilo de Marlon Brando en "Salvaje". En el thriller policíaco "Testigo fatal" ("Blue Steel", 1989) convirtió en policía y heroína a Jamie Lee Curtis y dos años más tarde, en "Punto de quiebre" ("Point Break"), transformo a Keanu Reeves en un agente del FBI a la caza de ladrones en un mundo de surfistas, del que formaba parte Patrick Swayze.
Aquella dosis de adrenalina cosechó más de 43 millones de dólares en la taquilla estadounidense, el mayor éxito de la directora hasta la fecha. Fue producida por su entonces esposo, Cameron. La pareja de cineastas sólo duró dos años, pero desde el divorcio, en 2001, ambos mantienen una buena relación.
Cameron también escribió el guión del film de ciencia ficción de Bigelow "Días extraños" ("Strange Days", 1995), con Ralph Fiennes como ex policía que descubre una conspiración. En 2002 fichó a Harrison Ford para el papel de capitán de un submarino nuclear ruso en "K-19: The Widowmaker". La película costó más de 100 millones de dólares, pero sólo recuperó un tercio de su presupuesto. "Vivir al límite" supuso su perfecto regreso.
Después del proyecto sobre Bin Laden, la cineasta planea seguir a todo gas y ya tiene en mente el triller "Triple Frontier". Será un drama sobre el narcotráfico enmarcado en la frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil, donde florece el crimen organizado. Al parecer, Tom Hanks está interesado en el papel protagonista. Un tema que le viene como un guante a la cineasta más masculina de Hollywood.