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50 words for snow

La artista británica integra su lado pop y su cara experimental en esta producción de extensos siete temas, cruzados por la delicadeza y la profundidad.

02 de Diciembre de 2011 | 18:18 |
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Hay un lado pop en la larga discografía de Kate Bush (ahí está "Running up that hill", por ejemplo), pero también una cara experimental ineludible, que la distingue y le aporta carácter al frente de las cientos de cantautoras que se lanzaron a una carrera solista con ella en los años setenta. La gracia de su último disco —el primero desde 2005, y el segundo en doce años— es cómo integra ambas caras en un trabajo a la vez accesible y propositivo. 50 words for snow es un disco atípico, compuesto de siete temas extensos (de al menos siete minutos de duración), levantados como dúos entre Bush y diversos compañeros masculinos, algunos tan famosos como Elton John y el actor Stephen Fry (si con el primero se alía para una provocadora declaración de amor, con el segundo se embarca en el gracioso ejercicio de enumerar cincuenta sinónimos para nieve, en honor al malentendido de que así los tienen los esquimales).

Éste es un disco de concepto, pero, sobre todo, de poderosa construcción metafórica. La nieve está presente en las letras de seis de estos siete temas, presentada como símbolo alusivo a la distancia emocional, la melancolía, el aislamiento, en fin. Cuando su hijo Bertie canta, en "Snowflake" «nací en una nube / y ahora caigo», lo que hace no es más que comparar la humana fragilidad con los copos de invierno. Esa delicadeza cruza el disco completo, un trabajo tranquilo pero profundo, que aunque se agarre de arreglos austeros resulta a veces intimidante. Es música a la vez fina y atrevida, como uno asume puede construirla una mujer adulta, cómoda en su estilo y a la vez segura en la proposición de un sonido que parece gélido pero que quema.

—Marisol García

www.katebush.com